Vac¨ªo de poder
EL REFERENDUM celebrado el domingo pasado en Croacia ha dado una victoria aplastante a la causa de la independencia. No ha sido una sorpresa: todo lo ocurrido en los ¨²ltimos meses indica que el nacionalismo croata se ha fortalecido de forma considerable y que el presidente, Franjo Tudjman, cuenta con el apoyo de su pueblo. Por otra parte, no es un caso ¨²nico: hace varios meses el pueblo esloveno dio una respuesta semejante a la pregunta de si deseaba la independencia. Estamos, pues, ante una realidad inocultable: dos de las principales naciones que constituyen la Federaci¨®n Yugoslava han expresado de manera inequ¨ªvoca su voluntad de independencia.?Significa ello el fin de Yugoslavia como entidad pol¨ªtica, como miembro de la comunidad internacional? Un dato esencial para responder a esa pregunta es que, en los referendos de Croacia y Eslovenia , los ciudadanos, junto a su deseo de independencia, , han afirmado la aceptaci¨®n de una nueva forma de asociaci¨®n entre rep¨²blicas de Yugoslavia que garantice la soberan¨ªa de cada una de ellas. Por tanto es posible una nueva Yugoslavia, con una estructura m¨¢s flexible. Lo que est¨¢ caduco y acabado es la Federaci¨®n , que ha funcionad hasta hace unos meses. Y la prueba m¨¢s evidente de ello es el vac¨ªo de poder que ha surgdo en su ¨®rgano supremo, en la presidencia con car¨¢cter rotatorio.
Una nota peculiar de la presidencia yugoslava, formada por un representante de cada rep¨²blica Serbia, Eslovenia, Croacia, Montenegro, Flosnia-Herzegovina, Macedonia -y de dos provincias aut¨®nomas Kosovo y Voivodina, integradas en Serbia-, es que tiene un presidente que se turna cada a?o, seg¨²n un orden autom¨¢tico. El pasado 15 de mayo le tocaba al croata Stipe Mesic ocupar ese cargo, pero Serbia, que de hecho dispone de tres votos una vez que ha liquidado la autonom¨ªa de las dos provincias, cerr¨® el paso a Mesic, con el apoyo de Montenegro. Por cuatro votos contra cuatro, la presidencia ha quedado bloqueada, y los esfuerzos por volver a la regla constitucional han sido infructuosos.
Resulta particularmente significativo que sea Serbia -defensora de la Constituci¨®n titista- la que est¨¢ saboteando su funcionamiento para impedir que un croata acceda a la presidencia. No se trata s¨®lo de una incongruencia total. Esta actitud refuerza los argumentos de croatas y eslovenos, que, para rechazar el sistema actual, alegan precisarnente que facilita la hegemon¨ªa de Serbia.
En esta situaci¨®n l¨ªmite, el primer ministro federal, Ante Markovic -cuya pol¨ªtica econ¨®mica le ha prestigiado en el plano internacional , ha creado un Gabinete de crisis, con participaci¨®n de los vicepresidentes de los Gobiernos esloveno y croata, para intentar llenar el vac¨ªo de poder. Es un esfuerzo por no dejar al Ej¨¦rcito sin una autoridad civil capaz de controlarlo y por mantenerse como interlocutor con Occidente, de donde deber¨ªa llegar tina ayuda indispensable para paliar el catastr¨®fico devenir de la crisis econ¨®mica. Poco despu¨¦s, Mesic se ha autoproclamado presidente, considerando que su nombramiento es autom¨¢tico y no requiere ser votado por la mayor¨ªa de la presidencia colectiva. Es cierto que en las a?os anteriores la designaci¨®n se ha hecho sin una vetaci¨®n especial. Pero hoy se abren varios interrogantes: sobre todo, el de la actitud del Ej¨¦rcito -cuyos mandos son serbios en gran mayor¨ªa- y, asimismo, el de la relaci¨®n que podr¨¢ establecerse entre Mesic 5 Markovic.
En todo caso, la Comunidad Europea, EE UU, y la reuni¨®n celebrada en Bolonia por los ministros de Exteriores de Italia, Austria, Checoslovaquia, Hungr¨ªa y Yugoslavia, han expresado su deseo de que se evite la intervenci¨®n militar, que hoy aparece como la amenaza m¨¢s grave. La preocupaci¨®n internacional por lo que pueda ocurrir en Yugoslavia es l¨®gica. El desmembramiento de dicho pa¨ªs tendr¨ªa efectos muy negativos para Europa. Por ello, la CE deber¨ªa estudiar la conveniencia de ofrecer v¨ªas de mediaci¨®n que puedan ayudar a la b¨²squeda de f¨®rmulas realizables en un marco de paz y estabilidad.
El problema es sumamente complejo y no podr¨¢ resolverse de manera simplista. Una disgregaci¨®n -como desean ciertos sectores nacionalistas- crear¨ªa grandes dificultades: las etnias est¨¢n muy entremezcladas, con extensas zonas serbias en Croacia, hoy puntos de m¨¢xima tensi¨®n. Un desplazamiento masivo de las poblaciones supondr¨ªa sufrimientos dificiles de cuantificar. El futuro aparece sombr¨ªo, a menos que las principales fuerzas de las rep¨²blicas logren un acuerdo en torno a una nueva f¨®rmula de asociaci¨®n que impida el hundimiento en la desesperaci¨®n y la violencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.