El pintor Jos¨¦ Caballero muere en Madrid
Una retrospectiva de su obra se presenta en varias ciudades de Andaluc¨ªa
El pintor Jos¨¦ Caballero, uno de los principales miembros de la vanguardia hist¨®rica espa?ola, vinculada a la Generaci¨®n del 27, falleci¨® ayer en Madrid a los 75 a?os, a causa de un enfisema pulmonar. El artista recibir¨¢ a mediod¨ªa de hoy sepultura en el cementerio de Alcal¨¢ de Henares, localidad en la que resid¨ªa y hab¨ªa donado la totalidad de su obra. Natural de Huelva, se incorpora en Madrid a los movimientos, impulsados por la Residencia de Estudiantes. Mantuvo amistad con Garc¨ªa Lorca, Dal¨ª, Bu?uel, Picasso, Neruda y otros nombres de una ¨¦poca dorada de la cultura espa?ola. Una retrospectiva con 50 obras de presenta actualmente en varias ciudades andaluzas.
Calurosamente elogiado por los mejores poetas de la Generaci¨®n del 27, empezando por el propio Federico Garc¨ªa Lorca, que le incluy¨® en la animosa troupe de La Barraca y escribi¨® sobre ¨¦l en 1935 c¨¢lidas palabras anunci¨¢ndole un venturoso porvenir, dadas, dec¨ªa, "sus magn¨ªficas dotes pl¨¢sticas" y su "profunda imaginaci¨®n po¨¦tica", y terminando por Rafael Alberti, cuya amistad prolong¨® hasta ahora mismo, la llegada a Madrid a comienzo de la d¨¦cada de los treinta desde su Huelva natal y con apenas 15 a?os, de Jos¨¦ Caballero, fue como la entrada con pie derecho de un seguro triunfador.Ten¨ªa para ello todas las condiciones y talentos: incre¨ªblemente joven, atrayente, sensible, con cierto aire t¨ªmido de desamparo, pero, sobre todo, una excelente mano de dibujante, unido a eso que impact¨® tanto en Lorca y que era el don m¨¢s preciado en el momento en que estaba triunfando la segunda gran oleada surrealista, tambi¨¦n protagonizada por espa?oles: imaginaci¨®n.
No es, pues, extra?o que durante esos momentos pol¨ªticamente convulsos e inquietantes de la II Rep¨²blica espa?ola, pero tambi¨¦n quiz¨¢ los m¨¢s felices de la creaci¨®n cultural en nuestro pa¨ªs durante el presente siglo, Jos¨¦ Caballero, que cambi¨® enseguida sus estudios universitarios de ingenier¨ªa industrial por los de la pintura, se convirtiese en una de las figuras m¨¢s prometedoras de la vanguardia local de nuestro pa¨ªs, suscitando elogios de los mejores escritores y cr¨ªticos, entre los que hay que destacar, adem¨¢s de los antes citados, a Pablo Neruda, Jos¨¦ Bergam¨ªn, Manuel Abril y el mismo Eugenio d'Ors.
Al revisar la iconograf¨ªa de esta ¨¦poca agitada, casi febril, es raro no hallar la imagen de Caballero en casi todas las divertidas instant¨¢neas del grupo que dan fe de las acciones y diversiones de los vanguardistas espa?oles de aquel momento, principalmente en lo que se refiere a los grupos de la Residencia de Estudiantes y al formado por los disc¨ªpulos de V¨¢zquez D¨ªaz.
Trauma
Fueron, en efecto, a?os fecundos y felices, que, no obstante, tuvieron el m¨¢s tr¨¢gico final: la guerra civil. Algunos de sus compa?eros, amigos y maestros no lograron sobrevivir, como el propio Garc¨ªa Lorca, asesinado en Granada, pero tampoco el surrealista y falangista Ponce de Le¨®n, que corri¨® la misma suerte pero en sentido contrar¨ªo. Jos¨¦ Caballero vivi¨® este terrible trauma sin salir de Espa?a, ocult¨¢ndose, primero, y, despu¨¦s en la inmediata posguerra, tratando de hacerse perdonar con sus colaboraciones ilustradas en la revista falangista de vanguardia V¨¦rtice o en el Libro de las Laureadas.
Esta acumulaci¨®n de miedos y sinsabores no consiguieron, sin embargo, desalentar a Jos¨¦ Caballero y, en estos momentos dif¨ªciles, trat¨® asimismo de sobrevivir haciendo decorados folcl¨®ricos, algo que, dado su talento para la escenograf¨ªa teatral, le sal¨ªa casi sin pensar. Ya en la d¨¦cada de los cincuenta, cuando las iras vengativas parecieron apaciguarse, Jos¨¦ Caballero se reincorpor¨® con ¨ªmpetu a las huestes de la vanguardia renaciente, donde enseguida se le trat¨® como a un maestro. Su nombre no falt¨® en las m¨¢s honrosas convocatorias del momento, como las Bienales Hispanoamericanas o la Bienal de Venecia.
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