Amor a la tierra

Por fin, los lectores de su digno peri¨®dico, en el d¨ªa de hoy, s¨¢bado 25 de mayo, nos hemos podido desayunar con un art¨ªculo pre?ado de amor a la tierra y a sus gentes.Por fin, una pluma l¨²cida, derrochando amor a la madre com¨²n a todos los mortales, alza su voz en defensa de una forma de vida que, muchos, con nombres y apellidos, desear¨ªan desterrar al pozo de la historia.

Por fin, con argumentos tan s¨®lidos como los que se desprenden del m¨¢s elemental sentido com¨²n, se ponen frenos a las insensateces que desde despachos oficiales, algunos lejanos a nuestros lares, mentes falsamente progresistas tratan de lavar el cerebro al espa?olito de a pie, que la mayor¨ªa de las veces s¨®lo se acuerda del campo y de sus gentes cuando las desgracias asuelan sus territorios o cuando los precios, esos dioses de nuestra cotidianeidad, se disparan a velocidad tal que no hay ministro que los frene por muy Solchaga que sea.

Si los agricultores y ganaderos, Solbes dixit, han de reducirse a un porcentaje que s¨®lo nuestro ministro conoce y confirman sus adl¨¢teres de la CE, ?por qu¨¦ no explica a la Espa?a agr¨ªcola y ganadera cu¨¢les van a ser las medidas de ayuda a los cada vez menos numerosos trabajadores del sector?

Parece m¨¢s l¨®gico y evidente que si menos agricultores y ganaderos van a ser responsables de alimentar a m¨¢s espa?olitos y no tan espa?olitos, los responsables pol¨ªticos deber¨ªan buscar las medidas m¨¢s eficaces para mimar a tales trabajadores. Y no parece precisamente mimo el trato con que, de entrada, nuestro ministro de Agricultura ha esgrimido en ¨¦sta su andadura por los prolijos vericuetos de nuestro agro.

Gracias a Manuel Rivas por su art¨ªculo Puerca tierra, y que EL PA?S abra al debate los problemas de la Espa?a agr¨ªcola y ganadera, que son muchos y nada f¨¢ciles.-