La radicalidad de los sentimientos y la palabra
La poes¨ªa de ?lvaro Valverde, hasta la actualidad, se ha mantenido fiel a un modo de escritura que cabe aventurar como novedoso si se tiene en ,cuenta otras aportaciones m¨¢s recientes.Desde su primer libro, Territorio, se inauguraba un registro donde la reflexi¨®n era el m¨®vil para desentra?ar los signos que lo real nos ofrece. Un mundo, no por cerrado menos atrayente, en el que la visi¨®n se un¨ªa a la memoria e intentaba descifrar un paisaje que a la vez era el de la propia poes¨ªa.
En este libro, como volver¨¢ a ocurrir en su ¨²ltima entrega hasta la fecha, Las aguas detenidas, la tradici¨®n que sigue Alvaro Valverde no es otra que la recuperada en estos tiempos por Mar¨ªa Zambrano y Jos¨¦ ?ngel Valente.
Pero s¨®lo como s¨ªntomas dentro de una forma de concebir el hecho po¨¦tico cabe aqu¨ª referirse a estos nombres. Junto a ellos, la m¨ªstica y los rom¨¢nticos, trazaban una cadena que llega hasta los griegos y hasta los antiguos textos sagrados.
Se comprender¨¢ entonces que hablemos de una nueva forma de entender la poes¨ªa. Frente al prosa¨ªsmo reinante, frente al abuso de una lectura simplista del yo siempre cifrado en un recorrido de bares y nocturnidades, de novias y cotidianidades intimistas y poco trascendentes, esta poes¨ªa se alza desde un af¨¢n de trascendencia.
Y esto es perceptible en Una oculta raz¨®n, premio Loewe 1991, donde se nos muestra, con ese verso de Auden que da t¨ªtulo al libro, que la poes¨ªa debe ser desvelamiento, aventura espiritual, y que para que esto ocurra se debe aspirar a la radicalidad de los sentimientos y de la palabra.
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