Estados Unidos prepara una nueva estrategia ante la Uni¨®n Sovi¨¦tica
La Casa Blanca, que hace s¨®lo unos meses calificaba a Bor¨ªs Yeltsin como "peso ligero" por temor a ofender al presidente sovi¨¦tico, Mija¨ªl Gorbachov, se dispon¨ªa ayer a preparar una nueva estrategia para hacer frente a la nueva situaci¨®n de poder planteada en la URSS tras la arrolladora victoria de Yeltsin en las elecciones para la presidencia de Rusia.
Por primera vez, Washington se encuentra ante una situaci¨®n completamente in¨¦dita en sus relaciones con Mosc¨². De una parte, el poder real, que descansa en la estructura del partido comunista, las fuerzas de seguridad y el Ej¨¦rcito, sigue en manos de un funcionario nombrado por el aparatchik, Mija¨ªl Gorbachov. De otra, y los porcentajes del triunfo de Yeltsin no dejan ninguna duda al respecto, el poder popular se ha desplazado hacia un l¨ªder como Bor¨ªs Yeltsin, que propugna abiertamente una ruptura con el pasado por medio de una reforma radical del pa¨ªs, basada en la instauraci¨®n de una democracia pluralista y la adopci¨®n de un sistema econ¨®mico apoyado en el mercado.Ante esta nueva situaci¨®n, la Casa Blanca se apresur¨® el mi¨¦rcoles a congratularse de la victoria de Yeltsin y anunciar que el presidente George Bush hab¨ªa invitado al l¨ªder ruso a celebrar una entrevista en Washington el pr¨®ximo jueves.
El portavoz presidencial, Marlin Fitzwater, manifest¨® que la elecci¨®n de Yeltsin -en los primeros comicios por votaci¨®n directa que celebra Rusia en sus mil a?os de historia-, constitu¨ªa "una buena se?al en el proceso democr¨¢tico". "?sta es la primera elecci¨®n que se celebra en Rusia y nos alegra que haya tenido lugar", a?adi¨®.
Fitzwater intent¨® evitar que el anuncio de la visita de Yeltsin fuera interpretado como un desaire por Gorbachov y se apresur¨® a recordar dos cosas: primera, que Bush hab¨ªa recibido tambi¨¦n a los l¨ªderes de las rep¨²blicas b¨¢lticas, y segunda, que Yeltsin hab¨ªa sido invitado a Washington por los l¨ªderes del Congreso y no por la Casa Blanca.
Sin embargo, el paralelo no es v¨¢lido porque Washington no ha reconocido la anexi¨®n sovi¨¦tica de Estonia, Letonia y Lituania en 1940 y, hasta ahora, Bush no ha mostrado el m¨¢s m¨ªnimo inter¨¦s en recibir a los l¨ªderes de otras rep¨²blicas sovi¨¦ticas.
La entrevista del jueves es delicada porque Bush, que ha apostado fuertemente por Gorbachov y su programa de reformas, no puede dar la impresion de que ha cambiado de caballo de la noche a la ma?ana, minando el ya disminuido prestigio del presidente sovi¨¦tico en la URSS.
Poder popular
Pero el presidente norteamericano tampoco puede ignorar ese poder popular representado por Yeltsin, que ha conseguido por lo menos el 60% de los votos de los 150 millones de habitantes de la federaci¨®n rusa, en un acontecimiento que el New York Times no dudaba ayer en calificar de "nueva revoluci¨®n sovi¨¦tica".
La posibilidad de que la cumbre. entre Gorbachov y Bush, pendiente desde febrero por la guerra del Golfo y la represi¨®n sovi¨¦tica en el B¨¢ltico, se aplace de nuevo hasta oto?o, permitir¨¢ al presidente norteamericano abrir un conveniente comp¨¢s de espera para ver c¨®mo se desarrollan las relaciones entre Yeltsin y el poder central sovi¨¦tico.
Aunque Bush declar¨® ayer mismo, en ruta hacia California, que ten¨ªa la esperanza de entrevistarse con Gorbachov a finales de este mes o principios de julio, funcionarios de la Casa Blanca, citados por el diario neoyorquino, manifestaron que los desacuerdos en las conversaciones que las dos superpotencias mantienen en Ginebra en torno al tratado para eliminar un tercio de las armas nucleares estrat¨¦gicas hac¨ªan improbable una cumbre antes del pr¨®ximo oto?o.Si no hay cumbre, Bush tendr¨¢ la oportunidad de ver a solas a Gorbachov durante la visita que el presidente sovi¨¦tico realizar¨¢ a Londres a mediados de julio para explicar ante los l¨ªderes del Grupo de los Siete su plan de reforma econ¨®mica en la URSS. En este contexto, el economista sovietico Gregori Yavlinski present¨® ayer ante un grupo de asesores y colaboradores de Bush un plan de reforma del sistema econ¨®mico sovi¨¦tico.
Yavklinski acompa?¨® al enviado especial de Gorbachov, Yevgueni Primakov, a una entrevista mantenida con Bush en la Casa Blanca la semana pasada, pero la inc¨®gnita todav¨ªa no despejada en Washington era saber si el plan de reforma econ¨®micacontaba con el apoyo total del presidente sovi¨¦tico o si, por el contrario, se trataba simplemente de un sondeo oficioso.
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