Rusia Democr¨¢tica crece al mismo ritmo que se hunde el PCUS
El movimiento de Yeltsin debe decidir en el congreso de oto?o si forma un partido
Los resultados de las elecciones presidenciales en la Federaci¨®n Rusa han acelerado crisis paralelas en el Partido Comunista de la URSS (PCUS) y Rusia Democr¨¢tica (RD), las dos organizaciones pol¨ªticas enfrentadas que constituyen los puntales de Mija¨ªl Gorbachov y Bor¨ªs Yeltsin, respectivamente. Para el PCUS, cuya gigantesca mole (16,5 millones de afiliados a fines de 1990) se desintegra lentamente, se trata de la p¨¦rdida de facultades que advierte de la vejez (un 40% de los militantes no pagan cuotas) y para RD del estir¨®n que marca la salida de la infancia.
Todos los l¨ªderes y posiciones defendidos por RD lograron la victoria en las urnas el 12 de Junio, desde la candidatura de Yeltsin a la presidencia de Rusia a la de Yuri Afanasiev a un esca?o parlamentario en esta rep¨²blica y las de Gavril Popov y Anatoli Sobchak a las alcald¨ªas de Mosc¨² y Leningrado, respectivamente, adem¨¢s de la recuperaci¨®n del nombre de San Petesburgo.Consecuentemente, todas las posiciones defendidas por el PCUS -que como tal no se responsabiliz¨® de una campa?a activa definida- fueron derrotadas. Ambas organizaciones sacan ahora conclusiones.
Las elecciones han servido a RD para consolidar su estructura regional, formada seg¨²n un modelo an¨¢logo a la Asociaci¨®n de Electores de Mosc¨², una entidad surgida en las elecciones de 1990.
A la vista de los comicios que han de seguir, Lev Ponomariov, responsable de organizaci¨®n en RD, cree que es importante formar un aparato en Mosc¨² capaz de mantener unas relaciones estables con la enorme estructura formada durante las elecciones.
RD tiene por objeto "luchar contra el monopolio de poder del PCUS y por una sociedad civil", afirma Ponomariov. No es un partido, sino la concentraci¨®n de muchos partidos que cubren un amplio espectro, desde la democracia cristiana (Movimiento Dem¨®crata Cristiano ruso o RJDD) hasta posiciones m¨¢s radicales representadas por el Partido Democr¨¢tico de Rusia (PDR), que dirige Nikol¨¢i Travkin, o el Partido Republicano (PR), producto de la escisi¨®n del PCUS protagonizada en 1990 por el grupo Plataforma Democr¨¢tica.
Adem¨¢s, RD integra la parte rusa del Grupo Interregional de Diputados (GID), surgido como la primera fracci¨®n democr¨¢tica del Parlamento sovi¨¦tico, y una amplia masa de afiliados que no pertenecen a un partido pol¨ªtico. Los sin partido constituyen un 80% de los miembros del movimiento, que tiene 300.000 activistas, seg¨²n c¨¢lculos aproximados de Ponomariov.
Partido o movimiento
Hoy, el problema m¨¢s agudo para RD es decidir si se organiza como partido o contin¨²a siendo un movimiento amplio. Las opiniones en el Consejo Coordinador de RD est¨¢n divididas sobre este tema, que se plantear¨¢ sin duda en el pr¨®ximo congreso previsto para el oto?o. Las tensiones internas que existen en el movimiento han surgido en las elecciones al esca?o ruso por el cual el historiador Yuri Afan¨¢siev compet¨ªa con un ide¨®logo del Partido Comunista Ruso. Pese a lo ajustado de las apuestas entre Afan¨¢siev y su rival comunista, Antonovich, el partido de Nilcol¨¢i Travkin sacrific¨® la unidad del movimiento democr¨¢tico a su deseo de actuar como partido por cuenta propia y mantuvo un tercer candidato poco conocido que logr¨® un 5% de los votos y que f¨¢cilmente hubiera podido hacer fracasar a Afan¨¢siev.
RD no tiene un programa como tal, -pero se pronuncia sobre los distintos temas y Ponomariov siente que ha llegado la hora de que los pronunciamientos vayan por delante de los acontecimientos. RD ha creado una estructura que hoy cubre desde el Instituto de Literatura Gorki de Mosc¨² hasta el Ayuntamiento, pasando por las guarniciones militares donde se ha fomado Militares por la Democracia.
RD, cuya sede sufri¨® un incendio poco antes de las elecciones, act¨²a hoy desde el edificio del Parlamento ruso y, desde all¨ª, suministra informaci¨®n sobre c¨®mo fundar c¨¦lulas en los lugares de trabajo. Ponomariov concibe esta estructura, que reproduce el modelo organizativo del PCUS, como una red de clubs pol¨ªticos.
Cuatro de los candidatos que se presentaban a las elecciones eran del PCUS, pero esta organizaci¨®n, dividida en diferentes tendencias, no ha recomendado a ninguno de ellos oficialmente. Despu¨¦s del fallido intento de escisi¨®n del 281 Congreso, hoy ni conservadores (dogm¨¢ticos marxista leninistas) ni reformistas (socialdem¨®cratas) se arriesgan a encabezar un cisma, tratando ambas partes de provocar la salida de los dem¨¢s.
V¨ªa democratizadora
En los ¨²ltimos tiempos ha habido varios intentos de dar forma a la corriente democratizadora dentro del mismo partido. Por una parte, el coronel Alexandr Rutskoi ha dirigido el movimiento Comunistas por la Democracia. Por otra, el ex ministro de Exteriores Edvard Shevardnadze ha exhortado a fundar un nuevo partido democr¨¢tico y Alexandr Yakovlev, el consejero de Gorbachov, se ha reunido con los l¨ªderes de RD.
Los analistas est¨¢n divididos sobre el grado de coordinaci¨®n interna de todos estos movimientos y su inserci¨®n en un plan general cuya cabeza podr¨ªa ser Gorbachov.
A estas figuras se a?aden Stanislav Shatalin, afiliado al partido de Travkin; Arkadi Volski, el jefe de la Asociaci¨®n Cient¨ªfico Industrial de la URSS; Vadim Balcatin, miembro del Consejo de Seguridad de la URSS, y Gueorgui Shajnazarov, consejero de Gorbachov. La relaci¨®n personal de cada uno de estos reformistas con el l¨ªder sovi¨¦tico y lo que cada uno espera a¨²n de ¨¦ste es un factor clave en el desarrollo de posiciones.
Medios de RD miran con suspicacia a los dem¨®cratas del stablishment, que tantean la posibilidad de ocupar posiciones ya copadas por RD. En RD hay todav¨ªa sillas para los dem¨®cratas del stablisment, afirma Ponomariov.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.