Como un espejo
Despu¨¦s de dos a?os de ausencia, Silvio Rodr¨ªguez cant¨® en Madrid durante m¨¢s de tres horas. Con esta duraci¨®n, un recital suele repartirse entre dos artistas. Silvio Rodr¨ªguez es un artista que dio dos recitales.El primero, con un repertorio de canciones in¨¦ditas, fue ¨¢spero y duro, quiz¨¢ por la compleja relaci¨®n musical entre el cantante cubano y su grupo de acompa?amiento. Di¨¢kara es un sexteto instrumental -dos teclados, guitarra, bajo, bater¨ªa y percusi¨®n-, que se inspira en algo parecido al jazz fusi¨®n. Pero su fusi¨®n ya pas¨® por Espa?a hace diez a?os. No es una mala fusi¨®n. Es antigua.
Una fusi¨®n antigua puede aguantar las canas si mantiene firmes las ra¨ªces- con su tradici¨®n musical, porque se convierte en ¨²nica. Pero si, como Di¨¢kara, se aceptan otras influencias, la antig¨¹edad carece de sentido. Hoy, esta fusi¨®n no puede ser internacional. Lo fue hace diez a?os. Es buena m¨²sica, pero sin originalidad. Di¨¢kara practica esa fusi¨®n antigua en la que los mejores m¨²sicos se complican la vida complicando la m¨²sica con arreglos complejos. Sus mezclas de barroco, jazz latino y rock, no arroparon demasiado las canciones de Rodr¨ªguez, cuyas letras apenas eran inteligibles. Y as¨ª, las nuevas composiciones de un autor que maneja como pocos la f¨¢bula, la met¨¢fora y la elipsis, se quedaron a medio comprender. Y se adivinaron canciones que hablaban de la supervivencia, la tolerancia, el pacifismo, la felicidad, la autoafirmaci¨®n y el amor.
Silvio Rodr¨ªguez
Silvio Rodr¨ªguez (voz, guitarra), Oscar Vald¨¦s (director, arreglista, bater¨ªa), Diego Vald¨¦s (arreglista, bajo), Ram¨®n Valle (plano), Emilio Vega (teclados), Ahmed Barroso (guitarra), Roberto Vizca¨ªno (percusi¨®n). 1.800 personas. Precio: 2.000 y 2.300 pesetas. Palacio de Congresos y Exposiciones. Madrid, 18 de junio.
Al cabo de una hora, Silvio Rodr¨ªguez se retir¨® para que Di¨¢kara ofreciese una nueva muestra de su calidad instrumental. Con el regreso del cantante, volvi¨® la falta de adecuaci¨®n con su grupo, antes de despedirse con "tres canciones de pretensi¨®n sinf¨®nIca". Era el preludio de la apoteosis.
El segundo recital era el que el p¨²blico esperaba. Cuando apunt¨® Una mujer con sombrero solo con su guitarra, las 1.800 personas que abarrotaban el recinto tomaron las riendas, dispuestas a que no se escapase lo que hab¨ªan ido a buscar: canciones como La gota de roc¨ªo, ¨®jal¨¢, Canci¨®n urgente para Nicaragua... Silvio Rodr¨ªguez puso el Palacio de Congresos boca abajo, escuch¨® piropos que hubieran sonrojado a una folcl¨®rica y el ambiente alcanz¨® un clima cercano a la catarsis.
S¨®lo entonces se refiri¨® expl¨ªcitamente a Cuba -"Hoy todo funciona al rev¨¦s. Ser revolucionario es ser reaccionario"-, antes de interpretar El necio -"Yo me muero como viv¨ª. / Quiero seguir jugando a lo perdido. / Caminando fui lo que fui"- En La escalera, dedicado a los que alguna vez se creen demasiado importantes, el grupo ya sonaba m¨¢s suave" m¨¢s matizado, y Silvio Rodr¨ªguez recogi¨® la tradici¨®n guajira. Ya no pod¨ªa con su voz, pero no importaba. Todo el p¨²blico cant¨® y se convirti¨® en Silvio, que tuvo que volver al escenario una y otra vez. Cuando encontr¨® lo que buscaba, el p¨²blico se reconoci¨® a s¨ª mismo porque utiliz¨® a Silvio Rodr¨ªguez como un espejo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.