Duelo verbal entre Heath y Thatcher sobre Europa

R. M. DE RITUERTO Edward Heath y Margaret Thatcher, los dos primeros ministros conservadores que precedieron a John Major, se han enzarzado en una pelea callejera de ferocidad sin precedentes con motivo de Europa. El militante euroescepticismo de la ex primera ministra, manifestado recientemente en Estados Unidos, ha sido demasiado para el militante eurofanatismo de Heath, quien la ha acusado de mentirosa, ignorante y calumniadora.

Tales delicadezas, por primera vez manifestadas en p¨²blico, han sembrado el p¨¢nico en las filas conservadoras, que ven en ellas un delet¨¦reo factor en ¨¦poca preelectoral, y han llevado a los m¨¢s thatcherianos a descalificaciones personales del ex primer ministro.Thatcher no ha hecho m¨¢s que repetir en Chicago y Nueva York su conocida desconfianza ante todo lo que huela a la Europa made in Bruselas, en particular la idea de un Estado supranacional europeo, la creaci¨®n de una divisa ¨²nica y la figura de Jacques Delors, el presidente de la Comisi¨®n Europea. Para Edward Heath -derrocado en 1975 del liderazgo conservador por una Thatcher a la que desde entonces guarda una inquina personal de proporciones ¨¦picas-, estas dos ¨²ltimas intervenciones han sido la gota que ha colmado el vaso y se ha despachado en p¨²blico con lo que siempre manifest¨® en privado.

Los dos discursos de Thatcher estaban Ilenos de falsedades; en ingl¨¦s que se entiende, mentiras", ha declarado Heath en televisi¨®n. "Dice que no puede haber una divisa ¨²nica. Pero ah¨ª est¨¢ Estados Unidos con 300 millones de personas, m¨¢s o menos como la Comunidad Europea, que tiene una divisa ¨²nica. Dice que la Comisi¨®n Europea es autocr¨¢tica en su proceso de toma de decisiones. Nada de eso; es una calumnia. S¨®lo propone asuntos que aceptan los jefes de Estado y de Gobierno. Tambi¨¦n ignora que hay una cultura europea y aspectos individuales nacionales. Beethoven es europeo, como Goethe y Miguel Angel".

Heath ha dicho, adem¨¢s, que la primera ministra, en vez de hablar de cuestiones europeas ante un auditorio como el norteamericano, que entiende poco de ellas, deber¨ªa hacerlo en Europa y en la C¨¢mara de los Comunes, donde se la podr¨¢ rebatir punto por punto. Thatcher ya ha anunciado que va a hablar m¨¢s en la arena pol¨ªtica brit¨¢nica.

Nerviosismo de Major

A los conservadores euroesc¨¦pticos este debate les viene de perlas, pero a Major y a la mayor¨ªa del partido les pone los pelos de punta. Los moderados reclaman modales, frialdad de cabeza y renuncia a enfrentamientos personales en el debate, mientras otros han pedido la cabeza de Heath. "Es necesario que estos dos gatos callejeros dejen de lado sus diferencias y de darse pu?aladas traperas", ha dicho un parlamentario. "Van a conseguir que sus ilusiones de invencibilidad nos hagan perder las pr¨®ximas elecciones". Cecil Parkinson, ex ministro y thatcheriano se ha referido a la "casi paranoica relaci¨®n de Heath con Thatcher: "Ante cualquier cosa que ella dice, ¨¦l est¨¢ siempre en contra", y John Carlisle ha dicho que Heath es "un fan¨¢tico rencoroso al que ya hace mucho le lleg¨® su hora" y que habr¨ªa que suspenderle del Parlamento. "Ya no tiene nada que hacer. Es una verguenza para s¨ª mismo y para el partido", agreg¨®.

Los laboristas est¨¢n exultantes antes esta explosi¨®n interna del partido en el Gobierno, mientras Major no da abasto para tapar v¨ªas de agua en el barco conservador. Downing Street manifest¨® ayer que el primer ministro no va a intervenir en este debate y que tal disputa no le va a distraer de sus objetivos pol¨ªticos en Europa, a la que el martes dijo en los Comunes no poder concebir como un superestado: como tal "no ser¨¢ aceptable ni para m¨ª, ni para esta C¨¢mara, ni, me parece, para este pa¨ªs", concluy¨®.