Angola busca la paz
Los acuerdos pol¨ªticos avanzan con m¨¢s lentitud que los militares
Los acuerdos militares para la pacificaci¨®n de Angola avanzan, pero los pol¨ªticos lo hacen con mayor lentitud. Parte de este proceso es la segunda reuni¨®n de la Comisi¨®n Mixta Pol¨ªtico-militar -encargada de controlar la aplicaci¨®n de los acuerdos de paz- celebrada a partir del pasado jueves en Luanda, con la participaci¨®n de representantes del Gobierno angole?o, de Id Uni¨®n Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA) y de observadores portugueses, sovi¨¦ticos y norteamericanos.
Uno de los problemas pendientes era la visita Jamba, capital de las fuerzas guerrilleras de UNITA de la misi¨®n de la ONU que debe supervisar el alto el fuego y el repliegue de las fuerzas irregulares y gubernamentales hacia bases previamente establecidas en los acuerdos de paz firmados en Estoril. Esa visita hab¨ªa sido cuestionada por UNITA, el movimiento encabezado por Jonas Savimbi, despu¨¦s de unos incidentes que impidieron la llegada a los territorios liberados por la guerrilla de un avi¨®n de la Fuerza A¨¦rea portuguesa que transportaba 10 toneladas de alimentos y ayuda de emergencia para los refugiados de guerra y v¨ªctimas de la sequ¨ªa que afecta desde hace tres a?os al centro y al sur de Angola.La campa?a de ayuda humanitaria organizada en Portugal por el Foro por la Paz y la Democracia en Angola con el patrocinio del presidente Mario Soares era destinada al "pueblo angole?o" sin discriminaciones, y los alimentos, mantas y medicamentos recaudados fueron divididos en partes iguales para ser distribuidos por organizaciones no gubernamentales -Cruz Roja y Caritas- en las zonas controladas por el Gobierno y por UNITA.
Pero mientras que el cargamento destinado a las poblaciones bajo el control del Gobierno angole?o lleg¨® a su destino y fue distribuido hace m¨¢s de un mes, el vuelo del C-130 de la Fuerza A¨¦rea portuguesa hacia Jamba fue sucesivamente pospuesto. Finalmente, UNITA acab¨® por dar la luz verde a la operaci¨®n humanitaria y el avi¨®n lleg¨® a Luanda; all¨ª, el jefe guerrillero Salupeto Pena anunci¨® que la autorizaci¨®n del vuelo hacia Jamba hab¨ªa sido anulada.
Incidente
En medio de protestas y confusiones, las ayudas humanitarias fueron entregadas, en el aeropuerto de Luanda, al Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja y Caritas, y la aeronave regres¨® a Lisboa llevando a bordo al consejero del presidente Soares para los asuntos africanos, Vitor Ramalho, y al grupo de 15 periodistas portugueses que le acompa?aban.
?ste ha sido un peque?o incidente que agit¨® los medios pol¨ªticos y diplom¨¢ticos de Luanda y que ilustra las dificultades y la desconfianza que caracterizan a¨²n la primera fase del proceso de transici¨®n. Sin embargo, el primer mitin pol¨ªtico de UNITA en la capital angole?a se desarroll¨® sin incidentes, el alto el fuego est¨¢ en vigor de facto desde hace seis semanas, y los incr¨¦dulos empiezan a convencerse de que la paz lleg¨® de verdad.
La presencia f¨ªsica de altos dirigentes de UNITA en Luanda es uno de los factores que m¨¢s contribuyeron para disipar las ¨²ltimas dudas. Decenas de personas -mayoritariamente j¨®venes- se juntan frente al hotel donde est¨¢ alojada la representaci¨®n guerrillera, para ver a sus miembros.
La curiosidad es, aparentemente, el sentimiento dominante, pero ¨¦ste ni siquiera es compartido por la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, harta de guerras, pol¨ªticos, palabras, e indiferente ante la agitaci¨®n que se apoder¨® de una reducida minor¨ªa de pol¨ªticos e intelectuales y de las embrionarias oposiciones.
El mitin en el cual los organizadores de UNITA hab¨ªan anunciado la presencia de m¨¢s de 100.000 manifestantes, no reuni¨® a m¨¢s de 10.000, entre los que hab¨ªa millares de mirones que se manten¨ªan a una distancia prudente y en silencio en cuanto los oradores procuraban animar el ambiente con vivas a Angola, a UNITA, y a la paz.
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