El correo, el tribunal y el notario
Las irregularidades en los votos por correspondencia tramitados por el PP
Dos hermanas llegan a votar y ya alguien lo hizo por ellas. Una anciana de Valladolid emite su papeleta en esa ciudad y adem¨¢s vota por correo en Salamanca. Una religiosa sana y joven figura como inv¨¢lida que deleg¨® su voto. Personas que viven en hospitales y residencias hacen que se les remitan las papeletas que deben elegir a un domicilio distinto del suyo. Los notarios son llamados para legitimar el voto de sordomudos ciegos y de enfermos psiqui¨¢tricos. La firma de alguno de estos fedatarios es dudosamente aut¨¦ntica (o aut¨¦nticamente dudosa).
Los casos se amontonan, pero nunca podr¨¢n ser verificados uno a uno para abarcar todas las irregularidades. Hasta ahora, sin embargo, se aprecia con claridad el denominador com¨²n: en todos ellos aparece como domicilio designado por el votante una sede del PP. Son hechos que, con nombres y apellidos, han ido apareciendo en estas p¨¢ginas desde que, tras las elecciones, las hermanas Ana Isabel y Carmen Palomero denunciaron en Salamanca que alguien hab¨ªa votado por ellas.Sin embargo, los tribunales superiores de justicia de Madrid, Castilla y Le¨®n y Arag¨®n -no as¨ª el de Galicia- no han cre¨ªdo que el fraude est¨¦ suficientemente acreditado; y, si han hallado pruebas de ello en alg¨²n caso, no suman, a su juicio, un n¨²mero suficiente para cambiar los resultados.
Esto propici¨® que los que se sienten acusados hayan minimizado los hechos como puramente anecd¨®ticos.
Que las irregularidades no influyeran en los resultados -teor¨ªa que, por otra parte, ha originado las cr¨ªticas de Izquierda Unida y del PSOE- no deja de ser un hecho analizado despu¨¦s de las elecciones. Pero quienes cometieron supuestamente el fraude lo hicieron antes cuando a¨²n no se conoc¨ªan los m¨¢rgenes para las mayor¨ªas (que adem¨¢s en algunas provincias bajo sospecha resultaron muy escasos).
Recursos desestimados
Los tribunales superiores han desestimado los recursos de la v¨ªa con tencioso-electoral sin apenas investigar -pues no se trataba de un proceso penal- las extra?as maniobras, y se han apoyado en la imposibilidad de restar a un partido los votos irregulares porque el sufragio es secreto. Hacerlo, seg¨²n indica la sentencia del Tribunal Superior de Madrid, ser¨ªa vulnerar ese car¨¢cter secreto del voto, y por ello en todo caso habr¨ªan de descontarse proporcionalmente a cada candidatura. As¨ª, como denunci¨® IU despu¨¦s, el eventual defraudador se anota los votos si no se le descubre; y se les restan a todos si se desmantela el montaje.En adelante, quedan abiertas las investigaciones penales, que se enfrentan a varios supuestos de fraude diferentes. El fraude investigado por el Juzgado n¨²mero 3 de Salamanca -causa en la que se han personado el PSOE, IU y CDS- consiste principalmente en el desv¨ªo de los documentos del voto a personas distintas de quienes los solicitaron. Los electores afectados son personas que el d¨ªa de las elecciones se iban a encontrar fuera del domicilio en que est¨¢n censados (hicieron personalmente el tr¨¢mite inicial, sin delegar en nadie). En este caso fueron necesarias las connivencias de determinados funcionarios de Correos. El Tribunal Superior castellano-leon¨¦s consider¨® "normal" que quienes acudieron a las urnas ya hubiesen votado, puesto que hab¨ªan iniciado el tr¨¢mite. La sentencia no consider¨® probado que alguien les suplantara: los principales testimonios y averiguaciones se hallaban en el juzgado n¨²mero 3. Los supuestos autores del fraude seguramente pensaron que s¨®lo saldr¨ªan a la luz unos pocos casos, insuficientes p¨²a la anulaci¨®n de los resultados. La Diputaci¨®n de Salamanca (cerca de 25.000 millones de presupuesto) se ha dirimido por apenas 200 sufragios.
Estilo Palencia
En Palencia -otra de las provincias donde se abri¨® investigaci¨®n por lo penal-, la irregularidad de Salamanca se repite -denuncias de electores que ignoraban haber votado-, y se a?ade una circunstancia: en pueblos de la provincia, un agente del Partido Popular llevaba a los electores unas autorizaciones de voto, que firmaban y que despu¨¦s legitimabaun notario.Pero la f¨®rmula del fedatario (a diferencia de otros lugares) autorizaba s¨®lo al gestor a solicitar en Correos los certificados censales y despu¨¦s a depositarlos, ya con el voto, en la oficina correspondiente. Sin embargo, esa persona, sin autorizaci¨®n escrita alguna, los enviaba a la sede del PP en Palencia. Por tanto, era finalmente otra persona distinta de la autorizada la que depositaba el voto. El juzgado tiene a su disposici¨®n 200 ejemplos de esas irregularidades. La mayor¨ªa en la Diputaci¨®n se zanj¨® por 14 votos a favor del PP, y un resto de s¨®lo cinco sufragios adjudic¨® a ese partido el ¨²ltimo concejal en disputa.
Los encargados del voto por correo en Madrid se especializaron en personas impedidas (o supuestamente impedidas, puesto que en muchos casos nose acompa?a certificado m¨¦dico). Estos electores eran visitados por agentes del PP, y -te¨®ricamente- les ped¨ªan que firmasen el documento de delegaci¨®n del tr¨¢mite. En ese impreso, especificaban que se les remitieran las papeletas a la sede del partido. Se supone que despu¨¦s se trasladaban all¨ª para votar (lo que parece dificil si se trataba realmente de impedidos) o bien alguien del partido se dedicaba a acudir a esos 10.000 domicilios para entregar las papeletas (cosa que reduce el tr¨¢mite al absurdo, porque para eso ya est¨¢n los carteros).
Legitimaci¨®n notarial
La legitimaci¨®n en Madrid de miles de autorizaciones (que suman cerca de 20.000, seg¨²n fuentes del PP) pas¨® por un reducido n¨²mero de notarios, y uno de ellos, Alberto Ballar¨ªn, acredit¨® cerca de 7.000, seg¨²n datos manejados entre sus compa?eros (¨¦l ha reconocido "varios miles", sin precisarm¨¢s). Tanto la Junta de Zona como el PSOE vieron supuestas falsificaciones en m¨¢s de 4.000 firmas notariales, y dos peritos judiciales a los que este per¨ª¨®dico llev¨® una muestra de esas firmas las consideraron falsas.La pista de que se emitieron votos mediante certificados falsos y se suplant¨® la voluntad del elector viene dada por el caso de Mar¨ªa de los ?ngeles Lumbreras (ver EL PA¨ªS del viernes), una religiosa cuyo sufragio gestion¨® el PP y que niega haber autorizado a nadie para votar por ella.
Las tres v¨ªas de supuesto fraude descritas no son exclusivas de cada provincia, sino que se han dado principalmente en ellas. El PP admite haber geslionado en toda Espa?a 80.000 votos por correo. El planteamiento inicial del PP era ¨ªrreprochable: propiciar la participaci¨®n ciudadana de electores con dificultades para votar. Las investigaciones en curso por la v¨ªa penal intentan averiguar si, en el camino, a alguno se le fue la mano. Y el bol¨ªgrafo.
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