Una parrillada
Albaserrada / Manili, Castillo, Fundi
Toros del marqu¨¦s de Albaserrada, bien presentados, manejables en conjunto, de apagado temperamento, salvo el sexto, bronco. Manili: Media estocada tendida (silencio); pinchazo, estocada tendida traser¨ªsima ca¨ªda y dos descabellos (silencio). Pedro Castillo: Dos pinchazos perdiendo la muleta y pinchazo hondo bajo (silencio); cinco pinchazos y descabello (pitos). El Fundi: pinchazo, estocada y descabello (silencio); pinchazo, estocada corta ca¨ªda, descabello y se acuesta el toro (silencio). Plaza de Pamplona, 10 de julio. Quinta corrida de feria. Lleno de "no hay billetes".
Sali¨® el toro cual corresponde a la bien llamada Feria del Toro y result¨® ser toro a la parrilla. Nada que objetar. Un toro a la parrilla, si es desmenuzado y por partes -ac¨¢ los morcillos, all¨¢ los filetes, en este lado la contra, en el otro las costillicas- vale para darse un banquetazo y poner los ojillos alegres. Sin embargo ese no fue el caso. El toro que sali¨®, hierro Albaserrada, lo hab¨ªan pasado a la parrilla todo entero y estaba, el pobre, que apenas pod¨ªa moverse. S¨®lo hubo una excepci¨®n, y ¨¦sa fue para mal.
En realidad al p¨²blico le pasaba otro tanto. El p¨²blico permanec¨ªa en las parrillas del tendido por la parte de las pe?as, donde ca¨ªa un sol flam¨ªgero, y por la parte opuesta, el grader¨ªo estaba convertido en horno. Nada se tendr¨ªa que objetar, tampoco, si aquello hubiera sido la playa de la Concha, con la afici¨®n en traje de ba?o, pero como no se trataba de playa sino de cemento duro, la afici¨®n iba vestida de punta en blanco, y horneaba sus grasas, colesteroles y triglic¨¦ridos, lentamente, irremisiblemente, convirti¨¦ndolos en goterones de sudor. A algunos, para recomponerlos, los tuvieron que recoger con bayeta y cubo.
Y mientras el sol con sus b¨ªblicas llamaradas iba torrando mozos, cociendo a los pap¨¢s de los mozos, asfixiando toros y sumiendo toreros en la aflicci¨®n, no suced¨ªa absolutamente nada. En el ruedo, se quiere decir. En el tendido, en cambio, cada cual hac¨ªa lo que pod¨ªa, y lo que mejor pod¨ªan, y quer¨ªan, todos, era trasegar vino, cava, champa?a, sangr¨ªa, calimocho, mosto, pachar¨¢n, tientos mil a las botas hasta dejarlas cadav¨¦ricas de puro enjutas. Y entre trago y trago, buenos bocados de bonito con tomate, de pimientos del piquillo, de chistorrica entre pan, de los chipironcitos que alguien trajo en cazuela y puso perdidos de tinta a los de la izquierda, a los de la derecha. a los de atr¨¢s v a los de delante. Tambi¨¦n pas¨® que la televisi¨®n transmit¨ªa el acontecimiento en directo y los mozos de las pe?as exhibieron un muestrario de sus m¨¢s felices ocurrencias. Por ejemplo, cantaron el vals de Astra¨ªn. Alguien sacaba pancartitas con textos surrrealistas. Uno de esos textos dec¨ªa "Manili, for president", leyenda surrealista donde las haya. No mucho m¨¢s, pues aquellos calores encog¨ªan el ¨¢nimo y bloqueaban la inspiraci¨®n.
Si los toros no ten¨ªan su d¨ªa, los toreros lo tuvieron menos. Pegaron derechazos. Fueron buenos los de El Fundi en la primera tanda al tercer toro. El resto, no es que resultaran buenos, ni malos; es que aburr¨ªan. Cuando el ya mencionado Fundi y el a¨²n no mencionado Pedro Castillo pon¨ªan banderillas, a¨²n aburr¨ªan m¨¢s. Matadores-banderilleros que van yaprietan a correr y meten los palos a toro pasado y los dejan clavados donde caigan y luego se ponen a saludar, deber¨ªan estar prohibidos por la Constituci¨®n.
Manili, a quien se menciona porque all¨ª estuvo -aunque estaba sin estar en ¨¦l, en plan mistico-pegapases insustanciales. El sexto toro sac¨® una bronquedad inusitada y pues derrotaba sin miramientos, El Fundi lo puso r¨¢pidamente en manos del tablajero. Ahora ese toro y los cinco restantes estar¨¢n hechols morcillos, filetes, contra, costillicas, estupendos para la parrillada o para el estofado, y esta ma?ana se servir¨¢n en los mercados y restaurantes de Pamplona. Ahora bien, los anuncian en tanta cantidad en todas partes, que en vez de una corrida de toros, parece como si hubieran lidiado la ganader¨ªa entera.
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