Hallado un misil de la OTAN junto al avi¨®n italiano que cay¨® en Ustica en 1980
Una empresa brit¨¢nica de rescate ha localizado y fotografiado un misil superficie-aire utilizado por buques de pa¨ªses de la OTAN en una fosa del Adri¨¢tico pr¨®xima a la isla de Ustica, junto a Sicilia. El misil, del que s¨®lo se ven los motores, est¨¢ sumergido a 3.500 metros de profundidad entre restos del DC-9 de Itavia que se precipit¨® misteriosamente al mar el 27 de junio de 1980 con 81 pasajeros a bordo. Todos ellos fallecieron.
La Armada italiana ha reaccionado inmediatamente a la noticia informando de que sus tres buques dotados con misiles similares al localizado estaban el d¨ªa del suceso en puerto. Los abogados de las familias de las v¨ªctimas se?alan que el nav¨ªo norteamericano Forrestal navegaba por las aguas donde se produjo el siniestro. Esto fue desmentido por la Embajada de EE UU en Roma.El hallazgo de estos motores, marcados con las siglas MK30 o quiz¨¢ MK3.0, que corresponden, respectivamente, a un misil Standard, fabricado por la empresa estadounidense Atlantic Research, o a un misil Terrier, y cuya recuperaci¨®n comenzar¨¢ el pr¨®ximo 15 de julio, representa una s¨®lida base para la reactivaci¨®n de unas investigaciones que han pasado ya por las manos de tres jueces.
El DC-9 de Itavia desapareci¨® de los radares de control cuando, volando a 7.500 metros de altura, se dispon¨ªa a tomar tierra en el aeropuerto de Palermo, procedente de Bolonia. Faltaban 15 segundos para las nueve de la noche del 27 de junio. Poco despu¨¦s, un comunicante an¨®nimo reivindic¨® en nombre de los N¨²cleos Armados Revolucionarios (NAR) un presunto atentado contra el avi¨®n, que habr¨ªa tenido por objetivo al pasajero Marco Affatigato, por su supuesta pertenencia a los servicios secretos. Las autoridades italianas lanzaron, por su parte, la hip¨®tesis de que el accidente era consecuencia de un fallo t¨¦cnico.
Pero la justicia centr¨® sus pesquisas en la Fuerza A¨¦rea italiana, tras descubrir que el radar militar de Marsala no ten¨ªa ning¨²n registro del accidente. Entre los balbuceos de los responsables, que trataban de responder a la embarazosa cuesti¨®n de c¨®mo era posible que un avi¨®n se estrellara en el mar sin dejar trazas electr¨®nicas, se dijo que la atenci¨®n del radar de Marsala hab¨ªa estado concentrada en unas maniobras italo-norteamericanas denominadas Synadex. En 1986, un primer peritaje qu¨ªmico sobre los restos del aparato determin¨® que ¨¦ste hab¨ªa sido abatido por un misil aire-aire.
Una empresa francesa, Ifremer, fue autorizada a rescatar los restos del avi¨®n en junio de 1987, siendo presidente del Gobierno el socialista Bettino Craxi, pero el encargo termin¨® en esc¨¢ndalo. Ifremer s¨®lo recuper¨® un 30% de los restos y pas¨® una factura multimillonaria que termin¨® siendo sometida al Tribunal de Cuentas.
El hallazgo del misil superficie-tierra realizado por el buque brit¨¢nico Valiant, que no es sospechoso de conexiones extra?as, aclara muchos puntos oscuros de esta historia y apunta hacia la eventual responsabilidad de alg¨²n buque de guerra norteamericano en el accidente.
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