Los mauritanos votan la Constituci¨®n que les adentrar¨¢ en la democracia
Las mujeres, sentadas sobre las arenas que invaden Nuakchot, forman una colorida fila de vaporosas melfas (velos), mientras hilan cuentas de collares. Los hombres, con turbante, pantalones bombachos y t¨²nicas azules, forman l¨ªnea frente a ellas ante los colegios electorales.
As¨ª, miles de mauritanos esperaban ayer su turno bajo el sol sahariano para depositar su voto en el refer¨¦ndum sobre la nueva Constituci¨®n que proclama la democratizaci¨®n del pa¨ªs.Las autoridades prev¨¦n una masiva respuesta positiva a la consulta. Por su parte, las etnias negro-africanas se han mantenido al margen. Son reticentes a la proclamaci¨®n del ¨¢rabe como lengua nacional y a la marginaci¨®n del franc¨¦s, ya que es una minor¨ªa franc¨®fona. No obstante, las papeletas del no comienzan a inundar el suelo de las cabinas electorales. Todo parece indicar que la poblaci¨®n se ha volcado por la democratizaci¨®n en esta compulsa.
Los colegios electorales abrieron desde primera hora de la ma?ana. Los m¨¢s madrugadores, como el anciano Abdelwedud, aprovecharon el fresco para depositar su voto en las urnas de madera de su distrito. Aunque el viernes es el d¨ªa de la oraci¨®n y fin de semana de los musulmanes, ¨¦l asegura que tiene muchas cosas que hacer y no quiere correr el riesgo de tener que hacer frente a una cola. Al anciano de barba azulada, piel morena curtida por el sol y el viento sahariano, le esperan sus camellos. "Tengo que ir a abrevar a los animales", explica apuntando a las explanadas arenosas que se extienden alrededor de las casas, donde algunos reba?os se concentran ya junto a las cisternas met¨¢licas de los aguadores antes de emprender la marcha en busca de pastos hacia las afueras.
Abdelwedud no ha tenido dificultades para depositar su voto porque, como dice con orgullo, para ¨¦l "esto no es nuevo", porque vot¨® ya en la consulta municipal organizada por las autoridades el pasado a?o.
Pero no siempre es as¨ª de f¨¢cil. "La democracia no es dif¨ªcil pero necesita su aprendizaje", dice uno de los tres miembros de la mesa electoral de uno de los colegios del barrio noble de Tevragzena, donde a las ocho de la ma?ana hab¨ªa depositado el voto el actual jefe del. Estado mauritano, el coronel Mauya Uld Sid Ahmed Taya. Mientras dec¨ªa esto, una media docena de aspirantes a votantes eran rechazados porque no ten¨ªan los dos documentos necesarios -la carta de votante emitida para la ocasi¨®n por las autoridades y el documento de identidad personal- o porque se hab¨ªan equivocado de colegio. All¨ª, la afluencia del p¨²blico no cre¨® aglomeraciones.
Los distritos populares
La situaci¨®n era muy distinta en los colegios electorales situados en los distritos populares de Riad y Arafat, situados en las afueras, donde se concentran las chabolas de los miles de desplazados por la sequ¨ªa que azota Mauritania desde hace 10 a?os.All¨ª, los miembros de los colegios, situados en muchas ocasiones en jaimas -tiendas de n¨®madas- no ten¨ªan descanso para explicar a cada uno de los votantes c¨®mo ten¨ªan que hacer para depositar el voto. Para muchos, j¨®venes y ancianos, era la primera vez que viv¨ªan semejante experiencia.
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