Ben Jelloun dedica un largo poema a la guerra del Golfo
Terminada la guerra del Golfo, liberado Kuwait, castigado Irak, reafirmado el poder¨ªo de Estados Unidos, enterrados los muertos -much¨ªsimos en un bando, muy pocos en el otro-, el escritor marroqu¨ª Tahar Ben Jelloun, premio Goncourt en 1987, acaba de terminar la redacci¨®n de un largo poema consagrado a ese conflicto. La subida de las cenizas, que ser¨¢ publicado el pr¨®ximo mes de septiembre por la editorial francesa Seull, contiene una doble versi¨®n, francesa y ¨¢rabe, del texto y est¨¢ acompa?ado por dibujos de D¨ªa Azzaui, un pintor iraqu¨ª en el exilio.
A Ben Jelloun, la idea de no saber cu¨¢ntos iraqu¨ªes murieron bajo los miles de toneladas de bombas lanzadas por los aviones norteamericanos le sigue provocando pesadillas. Esos muertos an¨®nimos -quiz¨¢ 100.000, muchos de ellos civiles, seg¨²n las primeras investigaciones independientes-, esos cuerpos carbonizados que las televisiones occidentales no han querido o no han podido mostrar, son los protagonistas de La subida de las cenizas.
Ben Jelloun afirma que su poema aspira a dar un nombre a esos muertos an¨®nimos; pretende levantar una estela funeraria para conservar su memoria. "Sin odio", precisa. "Con dignidad". Recogidos con palas, puestos en bolsas negras de pl¨¢stico, arrojados en una fosa com¨²n, esas gentes que nunca m¨¢s volver¨¢n a pasear por las riberas del Tigris o el ?ufrates, esos cad¨¢veres que un d¨ªa fueron almas, nombres y rostros, constituyen para el escritor marroqu¨ª una especie de "soldado desconocido ¨¢rabe".
Bombardeo de Irak
A lo largo de los 40 d¨ªas que dur¨® la guerra del Golfo, Ben Jelloun expres¨® su dolor ante el implacable bombardeo norteamericano de Irak. Lo hizo desde la legitimidad que le daba el hecho de ser uno de los pocos intelectuales ¨¢rabes que llevaban a?os denunci¨¢ndo al dictador iraqu¨ª Sadam Husein y su pol¨ªtica, represiva para su propio pueblo, agresiva para los pueblos musulmanes vecinos, como Ir¨¢n o Kuwalt.El poema de Ben Jelloun no pretende ser maniqueo. Los ¨¢rabes son tan s¨®lo las v¨ªctimas de un mont¨®n de errores. Con lucidez, el escritor marroqu¨ª se pregunta: "?Por qu¨¦ nuestra historia est¨¢ sembrada de derrotas?". Unos versos m¨¢s all¨¢, ¨¦l mismo da una primera respuesta: "Estamos perdidos. Lo estamos desde hace mucho tiempo. Nuestros gu¨ªas caminan sobre nuestros hombros. Siempre est¨¢n armados. No saben cantar ni bailar, pero escriben poemas amanerados, discursos sin fulgor. Escupen sobre rostros an¨®nimos, como en los festines de los viejos tiempos".
Babelia
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