Tres derribos, tres
Palma / Armillita, Morenito, Ni?o de la Taurina
Toros de Mar¨ªa Palma, bien presentados, 3?, 4? y 6? derribaron, 5? inv¨¢lido y noble, resto de escaso juego. Armillita Chico: dos pinchazos, estocada corta baja y dos descabellos (algunos pitos); estocada corta ca¨ªda y descabello (silencio). Morenito de Maracay: estocada ca¨ªda y descabello (aplausos); pinchazo y estocada corta perdiendo la muleta (oreja). Ni?o de la Taurina: bajonazo descarado (silencio); estocada (oreja). Plaza de Valencia, 25 de julio. Quinta corrida de feria. Dos tercios de entrada.
Tres toros derribaron. Es una gran novedad, porque en la fiesta actual los toros no derriban: son derribados. Derribaron tres toros, tres, y la gente se puso content¨ªsima. No por malquerencia al picador exactamente (aunque algunos la sientan en el fondo de sus corazones) sino por la propia naturaleza del derribo, que conlleva emoci¨®n y hasta puede constituir todo un espect¨¢culo.
A cualquiera que se le diga esto del derribo y su espect¨¢culo (cualquiera que jam¨¢s haya presenciado una corrida, por supuesto) pensar¨¢ que el primer tercio de la lidia no es s¨®lo barbarie por los puyazos que les pegan a los toros sino por los batacazos que los toros les pegan a los caballos, picador incluido y, encima, el p¨²blico, va y lo celebra. Pero debe entenderse de otra manera: esa es, precisamente, la esencia de la lidia; esa es la manifestaci¨®n del poder¨ªo del toro, su defensa, la prueba de que el castigo que le infligen no queda impune pues se lo cobra a porrazos; es, asimismo, seg¨²n la forma y manera que tenga de derribar, la medida de su bravura o su mansedumbre.
Un picador rodando por los suelos, estruendo de la patahierro, all¨¢ que te va el castore?o, hay a quien le llena de satisfacci¨®n por cuanto supone de venganza a los muchos puyazos traseros que se les ve pegar a los picadores desde el ingenio acorazado en que han convertido los caballos de picar. En cambio, cuando los toros son verdaderamente poderosos, esa misma imagen del picador ca¨ªdo impone respeto. Cuando en esta corrida se produjo el primer derribo -el picador Mejorcito revuelto con la cabalgadura, el toro buscando cuellos al tiento de sus pitones-, la gente ya era partidaria del toro, por su poder, pero tambi¨¦n del picador por las zozobras sufridas, y, quedaba restablecido el equilibrio que es consustancial al desarrollo de la lidia tal cual lo exige la tauromaquia.
Quiere decirse que, a partir de ah¨ª, el p¨²blico dio su debida importancia a cuanto acaec¨ªa en la arena. Los pundonorosos y valentones intentos de faena que hizo Ni?o de la Taurina en ese toro, incierto y peligroso, tuvieron el justo reconocimiento, y mucho m¨¢s las tandas de redondos y derechazos decididos que sac¨® al sexto, otro toro dificultoso, prob¨®n y corto de recorrido.
Ni?o de la Taurina estuvo muy entregado y torero, e incluso tom¨® las banderillas en el sexto para prender con sobriedad y correcta ejecuci¨®n tres buenos pares en lo alto. Morenito de Maracay, en cambio, no estuvo tan seguro ni acertado en esta suerte. Lo cual no quiere decir que el p¨²blico dejara de aplaudirle al concluir los respectivos tercios, y esa favorable disposici¨®n la llevaba ya por delante al iniciar los siguientes.
La faena de Morenito al segundo toro hubo de tener muchas rectificaciones, pues se trataba de un animal top¨®n y deslucido. La que aplic¨® al quinto, el m¨¢s noble de la corrida, fue superficial, hecha a base de muchos pases sueltos, algunos bien dibujados, otros esperp¨¦nticos, y de cuando en cuando pegaba un rodillazo, que calentaba el cotarro.
Los rodillazos son infalibles para calentar el cotarro, siempre sensible a los mecanismos de la l¨®gica: si el torero se arrodilla, no cabe duda de que es valiente. En sentido contrario, si no se arrodilla ni hace otros alardes de parecido fuste (alguna tentativa de suicidio, por ejemplo), no es valiente. Y as¨ª ocurri¨® con Armillita, cuyas faenas discretas, sin concesiones a la galer¨ªa, al p¨²blico le dejaron fr¨ªo. O sea que Armillita, para el p¨²blico, como si se operaba. En cambio si Armillita llega a ser picador y se cae desde lo alto de un caballo, a lo mejor hasta le convidan a un arr¨°s.
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