Costellandia

El mundo costelliano existe. Y a ¨¦l se emerge, si se puede. Para llegar hay que ser p¨²blico fiel; compa?ero de viaje del sumo hacedor (como Robert Wyatt, Paul McCartney ... ); o Elvis Costello, la m¨¢s dificil de las tres opciones.La m¨¢s dif¨ªcil porque se ve que es a ¨¦l a quien m¨¢s le cuesta. Intu¨ªamos ese proceso inici¨¢tico que para Costello supone el componer. Esa expresividad forzada que sugiere que se est¨¢ autoconvenciendo, que se canta a s¨ª mismo, que el apodarse Elvis es un acto de autodesfachatez.

Pues en directo es lo mismo. Raciona en extremo la miel de sus baladas m¨¢gicas y opta por la senda empedrada del rock and roll m¨¢s salvaje, ruidista y hasta majara. Se abre su mundo y explota un trueno de riffs de guitarras, de arquitecturas tonales, de gui?os, vocales hacia el intimismo, la desesperaci¨®n y el grito... Su obra cobra unicidad, y Alison se hermana con el ¨²ltimo single, y Oliver's army con I want you. Las versiones son el¨¦ctricas, potentes. El que pudo se col¨® por la brecha abierta. Primero Costello, luego los dem¨¢s. Y la visita fue intensa, aunque breve, pues el vasto repertorio costelliano permite itinerarios diferentes.