En busca del ¨¦xito
Para autores y actores en el anonimato el festival fringe (marginal) de Edimburgo significa la oportunidad m¨¢s apetecible de darse a conocer del p¨²blico. Reciben premios de la cr¨ªtica las mejores obras e interpretaciones. Pero el camino del triunfo es largo y penoso. A lo sumo, un ¨¦xito es s¨®lo el comienzo.El caso del dramaturgo John Clifford, de 41 a?os y con una veintena de obras propias y adaptaciones de cl¨¢sicos espa?oles en su haber, ilustra las dificultades del reconocimiento. Doctor por las Universidades de St. Andrews (Edimburgo) y Granada, Clifford ha tenido que trabajar como cobrador de autob¨²s, enfermero, maestro, instructor de yoga y periodista para sobrevivir sin abandonar el teatro. Obtuvo un ¨¦xito resonante en 1985 con Losing Venice, premiada en el festival, pero el acceso al teatro comercial permanece cerrado a pesar del prestigio obtenido en c¨ªrculos del teatro de ensayo y experimental. "Los productores tienen miedo. No hay subsidio y no quieren el riesgo", dice Clifford, quien tambi¨¦n este a?o llam¨® la atenci¨®n con su obra Light in the village. Se trata de un conmovedor drama cuya acci¨®n se sit¨²a en un pueblo de la India que espera in¨²tilmente la electricidad y s¨®lo recibe decepciones, enga?os y explotaci¨®n.
Desde 1980 Clifford se ha dedicado a traducir y adaptar a Calder¨®n y Tirso de Molina y Garc¨ªa Lorca, cuyas obras tambi¨¦n lograr¨ªa llevar al festival fringe. Ha concluido un filme para la BBC sobre Quevedo y tiene a¨²n fresco un manuscrito sarc¨¢stico del Camino de Santiago, en el que un arquitecto espa?ol contempor¨¢neo y un monje escoc¨¦s del siglo XIII, ambos homosexuales, se encuentran, se enamoran, fornican, se arrepienten, se separan pero vuelven a encontrarse ya al fin de la peregrinaci¨®n, donde la Virgen se les aparece y hace el milagro de borrarles la culpa.
John Clifford, casado con una ilustradora de prensa y padre de dos hijas, asegura que este a?o se juega en Edimburgo la ¨²ltima carta. Si las cosas no van bien, se ver¨¢ obligado a volver a cualquiera de sus antiguos empleos. "Creo que el de cobrador de autob¨²s ser¨ªa el m¨¢s llevadero", dice.
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