"Esta no es la fiesta de Gorbachov"
El presidente de la URSS se enfrenta a una etapa en la que sabe que ya no es el l¨ªder
"?sta no es su fiesta; no vendr¨¢", respondi¨® el diputado Yuri Chernichenko a la pregunta de si el presidente sovi¨¦tico, Mija¨ªl Gorbachov, aparecer¨ªa en el balc¨®n del Parlamento ruso, ahora llamado la Casa Blanca, y hablar¨ªa ante la multitud congregada para celebrar el fracaso del goIpe de Estado. La frase retrata el car¨¢cter de Gorbachov y muestra el gran problema psicol¨®gico que deber¨¢ superar ahora que, como nadie duda, tendr¨¢ que dejar de ser el principal protagonista en la vida pol¨ªtica de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Cuando se invisti¨® a Bor¨ªs Yeltsin como presidente de Rusia este verano, Gorbachov estuvo pataleando dos d¨ªas porque quer¨ªa hablar el ¨²ltimo. Y al final lo consigui¨®, pero su discurso no estaba en sinton¨ªa con lo que pasaba en la URSS. El l¨ªder sovi¨¦tico hablaba desde una perspectiva de un pa¨ªs que ya no exist¨ªa, de un mundo de apar¨¢tchiks, de bur¨®cratas, que ya est¨¢ superado.Esto es algo que Gorbachov, hasta el d¨ªa en que le sacaron de su dacha tras un intento frustrado de golpe de Estado, no hab¨ªa tenido el valor de asumir. Se empe?¨® en no querer comprender que la sociedad sovi¨¦tica hab¨ªa madurado y hab¨ªa superado ya esa etapa.
Esta es la raz¨®n por la que Gorbachov vacilaba en la introducci¨®n de la econom¨ªa de mercado y no pon¨ªa en los puestos clave a gente que realmente pudiera llevar a cabo las reformas radicales que el pa¨ªs necesita. Ello explica tambi¨¦n que pusiera a la cabeza del Gobierno a gente como Nikol¨¢i Rizhkov o Valent¨ªn P¨¢vlov, incapaces, como han demostrado, de tomar las medidas econ¨®micas que se necesitan.
Hijo del PCUS
Por eso se aferraba a la secretar¨ªa general del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS). Mija¨ªl Gorbachov es hijo de ese partido y estaba preso de la ideolog¨ªa comunista, de la cual se iba desprendiendo paulatina y reaciamente. Nunca quiso permitir que los diputados votaran, por ejemplo, sobre la propiedad privada de la tierra, insistiendo en que eso era algo que deb¨ªa ser aprobado por refer¨¦ndum. Y esta posici¨®n, en el fondo, la dictaba el hecho ele que simplemente no quer¨ªa aceptar este derecho, que iba contra lo que pensaba, contra su ideolog¨ªa.As¨ª fue como en oto?o del a?o pasado, despu¨¦s de apoyar el plan de reforma radical elaborado por los economistas Stanislav Shatalin y Grigori YavIinski, lo rechaz¨®. La explicaci¨®n de este cambio se deb¨ªa a que se hab¨ªan realizado reuniones nocturnas del Politbur¨® del PCUS en las que los m¨¢ximos dirigentes del partido se pronunciaron categ¨®ricamente en contra del programa, que supon¨ªa la renuncia a la econom¨ªa socialista. Y Gorbachov acat¨® la decisi¨®n del Politbur¨®, aunque como presidente de la URSS no ten¨ªa por qu¨¦ hacerlo.
Presiones conservadoras
En ese momento Gorbachov apost¨® por el pasado. Al poco tiempo, cediendo a las presiones de los conservadores, ces¨® al liberal Vadim Bakatin como ministro del Interior, y en su lugar nombr¨® al duro Bor¨ªs Pugo, un hombre clave en la traici¨®n golpista del pasado lunes.Las advertencias de los pol¨ªticos progresistas de nada valieron. Tanto es as¨ª que Edvard Shevardnadze, entonces ministro de Exteriores, se decidi¨® a dimitir en un dram¨¢tico discurso ante el Congreso de los Diputados del Pueblo en el que advirti¨® que la dictadura ven¨ªa. Fue ante ese Congreso que Gorbachov present¨® al conservador y gris Guennadi Yan¨¢yev como candidato a la vicepresidencia. Y cuando fue rechazado por los parlamentarios, el presidente insisti¨®, argumentando que deb¨ªa tener a su lado una persona segura, en la que pudiera confiar. ?C¨®mo se equivocaba Gorbachov! Luego le dejaron sus mejores asesores, y eligi¨® a los nuevos miembros de su equipo entre los funcionarios del PCUS. Ahora Gorbachov est¨¢ pagando por sus vacilaciones y por su apego a las estructuras del PCUS. El fracaso del golpe seguramente significa tambi¨¦n el fin del PCUS. Pero Gorbachov es un hombre que ha hecho lo indecible por cambiar a la URSS, y ahora -es el deseo de muchos diputados progresistas- deber¨¢ asumir la nueva situaci¨®n y tratar de contribuir al cambio acelerado del pa¨ªs desde una posici¨®n menos protagonista. El golpe de Estado "ha sido una lecci¨®n para todos nosotros, incluido el presidente del pa¨ªs, Gorbachov", dijo Yeltsin el jueves en su apasionado discurso. Ahora los sovi¨¦ticos esperan que Gorbachov haya aprendido la lecci¨®n.
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