Una sola caja
La perfecci¨®n t¨¦cnica de la fusi¨®n no ha solventado todos los problemas de La Caixa
WALTER OPPENHEIMER, Al cumplirse un a?o de la creacion de la Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona, su director general, Josep Vilarasau, considera que la integraci¨®n de las dos entidades fusionadas, la Caja de Pensiones y la Caixa de Barcelona, ya ha culminado. Aunque pr¨¢cticamente todas las fuentes consultadas coinciden en alabar la perfecci¨®n t¨¦cnica alcanzada en esta integraci¨®n al compararla con otros procesos de fusi¨®n, algunas consideran que todav¨ªa no ha servido para superar los principales problemas de fondo que arrastraba La Caixa antes de la integraci¨®n.
Las dificultades para invertir desde la propia red las grandes cantidades de dep¨®sitos que se captan, los efectos negativos de las primas ¨²nicas, los bajos rat¨ªos de rentabilidad de la entidad, no han dado un significativo paso, seg¨²n estas fuentes, hacia su definitiva soluci¨®n, al tiempo que se ha frenado la expansi¨®n territorial.La primera conclusi¨®n a la que llegan no ya los ejecutivos de La Caixa, sino los observadores independientes e incluso altos cargos de la entidad que han discrepado tradicionalmente de la gesti¨®n del director general, Josep Vilarasau, es que el proceso de fusi¨®n est¨¢ pr¨¢cticamente concluido. Las redes inform¨¢ticas est¨¢n integradas casi en su totalidad, los empleados de la antigua Caixa de Barcelona ya han asimilado los programas inform¨¢ticos y los productos de la antigua Caja de Pensiones, los problemas personales entre altos cargos han sido escasos y se han solucionado de forma m¨¢s o menos traum¨¢tica. En definitiva, La Caixa es ya una s¨®la entidad.
Para cumplir ese objetivo, la ejecutiva de la caja, incluyendo al propio Vilarasau, ha ido recibiendo a todos los delegados de Caixa de Barcelona, que de 10 en 10, han ido visitando los servicios centrales.
Se ha eliminado de los listados de la actividad diaria la procedencia de las oficinas, para evitar una contabilidad paralela que demostrara la rentabilidad de cada una de las antiguas cajas. Se ha realizado una dr¨¢stica pol¨ªtica de control de los gastos de personal -que se dispararon en el ejercicio de 1990, por la equiparaci¨®n delos sueldos de los dos colectivos- basada en la reducci¨®n de los contratos temporales e incentivando las bajas voluntar¨ªas. La plantilla de la supercaixa se ha reducido de 12.420 personas en julio de 1990 a 11.331 en la actualidad, reduciendo los servicios centrales de 2.193 empleados el d¨ªa de la fusi¨®n a 1.758 en la actualidad.
Una cultura
Se ha impuesto una sola cultura tradicional, la de La Caixa. Este es el principal activo de la fusi¨®n, que ha logrado evitar las tensiones que se generaron entre el Bilbao y el Vizcaya para formar el BBV. Pero tambi¨¦n ha significado la transformaci¨®n de la te¨®rica fusi¨®n en una real absorci¨®n de la entidad menor por la mayor. Una absorci¨®n que queda patente en la actual c¨²pula directiva de La Caixa, en la que los tres hombres de confianza de Vilarasau -Ricard Fornesa, Isidre Faln¨¦ y Antoni Brufau- han sido ascendidos a directores generales adjuntos ejecutivos, mientras sus pares procedentes de Caixa de Barcelona han corrido suerte diferente: Antoni Millet se ha quedado como estaba (director general adjunto) y Jordi Gonz¨¢lez Calvete ha dejado la entidad por sus discrepancias con la direcci¨®n de La Caixa. Tambi¨¦n ha dejado la entidad, pero por jubilaci¨®n Abel, del Ruste (Caixa). La c¨²pula se ha completado con el ascenso de Antoni Masanell (Caixa) a director general adjunto. De esta forma, la proporci¨®n de 4 a 2 con que se inici¨® la integraci¨®n ha derivado en un claro 5 a 1.El ¨¦xito t¨¦cnico de esta integraci¨®n, sin embargo, no ha despejado las principales inc¨®gnitas a las que se enfrentaba la Caja de Pensiones antes de la fusi¨®n. Por ejemplo, la cr¨®nica dificultad para invertir en cr¨¦ditos lo que se capta en dep¨®sitos -corregida s¨®lo parcialmente en los ¨²ltimos meses- y la consiguiente apelaci¨®n a la cada vez menos rentable intermediaci¨®n de activos financieros. La Caixa se propuso aumentar en 325.000 millones sus inversiones crediticias durante 199 1. Hasta junio este aumento se ha situado s¨®lo en 120.000 millones, fundamentalmente en cr¨¦ditos hipotecarlos, patentizando las dificultades de La Caixa para entrar en el mercado de las medianas y pequenas empresas.
"Creo que llegaremos a cumplir las previsiones en este cap¨ªtulo", afirma Antoni Brufau, "pero no daremos cr¨¦ditos malos para lograrlo". "La Ca¨ªxa tiene un activo de aseguradora y un pasivo vulgar", critica Gonz¨¢lez Calvete, quien lamenta que la entidad decidiera vender lo que ¨¦l denomina ', una de las joyas" de Caixa de Barcelona: GDS Leasinter.
Brufau se defiende de las acusaciones de que La Caixa, pese a ser la primera caja de ahorros espa?ola, es una de las menos rentables (ver cuadros adjuntos). Insiste en que eso se debe al profundo proceso de expansi¨®n territorial ("hemos abierto 1.200 oficinas desde 1988, y tardan de tres a cinco a?os en entrar en rentabilidad") y recuerda su alto nivel de recursos propios, muy por encima de la media del sector. Pero la concentraci¨®n de inversiones que ha requerido la fusi¨®n ha tenido como consecuencia, precisamente, una ralentizaci¨®n del proceso de expansi¨®n, para evitar que los resultados sigan su l¨ªnea descendente.
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