Cal, arena y mucho humo

Mucho me temo que lo del Potito se est¨¢ agotando. Por consunci¨®n, m¨¢s bien, porque el ni?o sale a cantar como desganado, ,dice unas cuantas coplas cansinamente y ya est¨¢. Decir que el Potito cant¨® esta noche es mucho decir. M¨¢s bien ilustr¨® a duras penas el toque de Ram¨®n Trujillo, quien vino a convertirse en el aut¨¦ntico protagonista, multiplic¨¢ndose para tapar los huecos que dejaba el cantaor.Fue el punto Final de una noche irregular. Hay que denunciar la horterada de inundar el escenario de humo, en un espect¨¢culo de cani e donde el humo no viene a cuento para nada, si no es que se quiere atufar a alg¨²n cantaor desafortunado. ?Qu¨¦ hace Greenpcace que no protesta por ,esa contarnirtaci¨®n gratuita de nuestro a?re? Y de la contaminaci¨®n megaf¨®nica para qu¨¦ les cuento: las guitarras, especialmente, se convirtieron en ocasiones en insufrible martirio.

Por lo dem¨¢s, triunfos leg¨ªtirnos de Naranjito y Merc¨¦. Los dos cantaron muy bien, cada uno a su firma. Es decir que el de Triana se excedi¨® en algunos tercios en beneficio de su poderosa y brillante voz, y Merc¨¦ le ech¨® rajo de buena ley cantaora. Curro Malena, en cambio, estuvo desdibujado, sin encontrar su expresi¨®n habitual.

Y La Tati fue... La Tati. Es decir, que hubo baile muy personal, algunos rasgos de Indudable originalidad, no todos ortodoxos -ese golpe con la mano sobre la tarima...-, genialidad, nervio y tina cierta chuler¨ªa.