En Uzbekist¨¢n el golpe empez¨® antes y a¨²n sigue
Hoy el tiempo tiene en la Uni¨®n Sovi¨¦tica un nuevo punto de referencia. Decimos "eso fue antes del golpe" o "eso fue despu¨¦s del golpe". Mi rep¨²blica, Uzbekist¨¢n, que asegura la independencia algodonera del pa¨ªs, no es una excepci¨®n. Los acontecimientos de agosto produjeron un giro en la posici¨®n de los l¨ªderes de la rep¨²blica y en la posici¨®n de sus fuerzas democr¨¢ticas.Las consignas se quedaron trastocadas por completo. La direcci¨®n comunista de Uzbekist¨¢n ha pasado de llamar a respetar la "igualdad de condiciones para entrar en la econom¨ªa de mercado", a proclamar la independencia plena de la rep¨²blica. Los l¨ªderes del movimiento Popular Birlik, para quienes la tarea primordial era la soberan¨ªa, hoy proclaman: "Primero democracia y despu¨¦s soberan¨ªa".
La metamorfosis ha sido asombrosa. Tengamos presente que las manifestaciones sobre la independencia de las rep¨²blicas de ninguna manera se proponen afirmar la libertad y garantizar los derechos humanos. Se trata al contrario de mantener en las rep¨²blicas el r¨¦gimen comunista, para levantar un nuevo muro de Berl¨ªn, un tel¨®n de acero para frenar el avance de la democracia, que inici¨® su marcha triunfal en la Casa Blanca rusa.
El presidente de Uzbekist¨¢n, Islam Kar¨ªmov, l¨ªder de los comunistas de la rep¨²blica, ya hab¨ªa aplicado mucho antes del golpe la mayor¨ªa de las medidas previstas en la disposici¨®n n¨²mero 1 del Comit¨¦ para el Estado de Emergencia. Hace m¨¢s de un a?o que en la rep¨²blica est¨¢n prohibidos los m¨ªtines y las manifestaciones. Los activistas del movimiento popular Birlik son objeto de continuas represalias.
Cualquier desacuerdo con la l¨ªnea del presidente se castiga con mano dura e implacable. As¨ª, en julio del presente a?o, un mes antes del golpe, fue privado de libertad por cuatro a?os el diputado popular de Uzbekist¨¢n Sh. Rusimur¨¢dov, cuyo ¨²nico delito fue participar activamente en un mitin no autorizado para protestar contra la subida de los precios. El Parlamento, d¨®cil al presidente, -es incapaz de contrarrestar el poder del presidente y de vigilar la observancia de la Constituci¨®n. Los medios de informaci¨®n est¨¢n por entero bajo el control del departamento ideol¨®gico del Comit¨¦ Central del Partido Comunista de la Rep¨²blica de Uzbekist¨¢n, y los periodistas que intentan describir objetivamente en las publicaciones de ¨¢mbito estatal o local la situaci¨®n en la rep¨²blica son simplemente deportados de Uzbekist¨¢n.
El presidente Islam Kar¨ªmov sigue firme e inquebrantable en el af¨¢n de mantener los antiguos m¨¦todos de ordeno y mando en la Administraci¨®n de la rep¨²blica apoy¨¢ndose para ello en la ideolog¨ªa comunista. La proclamaci¨®n hace un a?o de la soberan¨ªa de Uzbekist¨¢n ha servido para obstaculizar las transformaciones democr¨¢ticas iniciadas en el centro: cualquier reproche a la rep¨²blica sobre violaci¨®n de los derechos humanos se atajaba inmediatamente con el pretexto de: "Esto es un asunto interno de una rep¨²blica soberana". En el ¨¢mbito de las relaciones econ¨®micas con el centro jam¨¢s se ha hecho menci¨®n a la soberan¨ªa, pues eso obligar¨ªa a exigir los casi 8.000 millones de dotaci¨®n del presupuesto de la Uni¨®n asignados a la rep¨²blica.
La econom¨ªa de mercado
De todas formas, las viejas relaciones se deterioran, mientras Uzbekist¨¢n no est¨¢ preparado para otras de nuevo cu?o basadas en una econom¨ªa de mercado. Ha sido imposible crearlas a partir de la ideolog¨ªa comunista. Por eso una de las consignas lanzadas con el golpe del 19 de agosto, la de volver a las anteriores relaciones entre rep¨²blicas, fue recibida con entusiasmo en Uzbekist¨¢n, que hasta ese momento cumpl¨ªa puntualmente los suministros a otras regiones que le asignaba el plan.
Hoy surgir¨¢n muchas discusiones en tomo a si la Administraci¨®n de la rep¨²blica apoy¨® o no el golpe. Pero un simple an¨¢lisis de las visitas a Uzbekist¨¢n de los dirigentes de la Uni¨®n da que pensar: en poco tiempo aqu¨ª estuvieron, uno tras otro, G. Yan¨¢iev, O. Sheinin, V. P¨¢vlov, organizadores del golpe, hoy detenidos.
En julio se produjo el cambio del presidente del S¨®viet Supremo y del presidente del KGB de la Rep¨²blica. Los nuevos eran gente pr¨®xima y fiel al presidente. Al comenzar el golpe se cre¨® una "comisi¨®n republicana para coordinar el funcionamiento de los ¨®rganos del Comit¨¦ Ejecutivo y de la Administraci¨®n". Y bajo -cuerda se dio un escarmiento a la oposici¨®n: el 20 de agosto fueron -condenados "por violar la disposici¨®n n¨²mero 1 del Comit¨¦ para el Estado de Emergencia" los l¨ªderes del movimiento Birlik.
Pero el golpe fracas¨®. El gran centro se desmoron¨®, y de prisa y corriendo se iniciaron los trabajos de salvaci¨®n de un r¨¦gimen totalitario en una rep¨²blica aislada. El presidente Kar¨ªmov anunci¨® con urgencia que abandonaba el Comit¨¦ Central del PCUS, y con la misma urgencia el Partido Comunista de Uzbekist¨¢n abandon¨® el barco que se hund¨ªa del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Ahora parece que la defensa del sistema es para los l¨ªderes de Uzbek¨ªst¨¢n un empe?o mas urgente que el paso a la econom¨ªa de mercado o la preservaci¨®n de las viejas relaciones econ¨®micas. Se han incrementado las represalias: el 27 de agosto, durante la disoluci¨®n de un mitin en Tashkent, fueron detenidas cerca de 150 personas.
Una situaci¨®n peligrosa
Del arc¨®n de las intrigas pol¨ªticas se ha desempolvado la consigna nacionalista criticando el chovinismo ruso de gran potencia, asi como el empe?o de Yeltsin de aplastar a Uzbekist¨¢n. La conclusi¨®n es, un llamamiento a tomar todas las medidas para proteger la independencia de la rep¨²blica ante cualquier ataque.
Considero que la situaci¨®n que se ha creado hoy en las rep¨²blicas del Asia central es sumamente peligrosa para los destinos de los pueblos de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y de todo el mundo. Se est¨¢ formando un entramado de contradicciones capaz de estrangular la democracia y la perestroika en las rep¨²blicas de la regi¨®n.
La primera contradicci¨®n es la imposibilidad de Uzbekist¨¢n de garantitzar por cuenta propia y fuera del marco de la Uni¨®n el funcionamiento normal de la econom¨ªa, los suministros a la poblaci¨®n de alimentos, energ¨ªa el¨¦ctrica, combustible. Un sistema totalitario simplemente no ensamblar¨¢ con la econom¨ªa de mercado que se est¨¢ afianzando en otras rep¨²blicas. La imposibilidad de resolver los problemas amenaza con provocar una caza de brujas contra enemigos que supuestamente amenazan a Uzbekist¨¢n. Entre esos enemigos seguramente aparecer¨¢n Yeltsin, los dem¨®cratas y alg¨²n otro.
La segunda contradicci¨®n est¨¢ vinculada con los conflictos inter¨¦tnicos. Muchos kazajos, tadzhikos y, gente de otras nacionalidades que viven en la rep¨²blica constan como uzbekos seg¨²n sus documentos de identidad, pero desean fervientemente registrarse con su aut¨¦ntica nacionalidad. La Administraci¨®n lo impide, pues ello amenaza con reducir el porcentaje de poblaci¨®n uzbeka en el cuadro ¨¦tnico.
La tercera contradicci¨®n se refiere a las reclamaciones territoriales situadas entre las rep¨²blicas. Sus fronteras fueron trazadas en los a?os veinte en los despachos del Kremlin y no reflejan en absoluto el reparto real de los grupos ¨¦tnicos.
Por ejemplo, la regi¨®n de Osh, en Kirguizist¨¢n, que recientemente fue escenario de choques entre uzbekos y kirguizos, fue transferida de Uzbekist¨¢n a Kirguizist¨¢n mediante una simple firma de Stalin. Por tanto, aqu¨ª tambi¨¦n existe una amenaza de conflictos entre rep¨²blicas, semejantes a los de Nagorni Karabaj [entre armenios y azer¨ªes].
En cuarto lugar est¨¢ la creciente influencia del islam, al que, seg¨²n parece, ya no podr¨¢ frenar el Partido Comunista de Uzbekist¨¢n.
En quinto lugar est¨¢ el hecho de que si Uzbekist¨¢n se proclama Estado independiente fuera de los marcos de la Uni¨®n, huir¨ªan de all¨ª miles de refugiados ruso hablantes, en su mayor¨ªa especialistas muy cualificados, de los que la rep¨²blica est¨¢ muy necesitada. Hoy hay que comprender que la destrucci¨®n de las distintas estructuras de la Uni¨®n, seg¨²n proponen algunos de mis colegas izquierdizantes, no significar¨¢ el triunfo de la democracia en Rusia y en las rep¨²blicas b¨¢lticas, sino, antes que nada, el nacimiento de nuevos y terribles reg¨ªmenes totalitarios, amalgamados mediante una ideolog¨ªa a la vez nacionalista y comunista.
Tampoco a Rusia probablemente le convenga verse rodeada de mandamases al estilo de Sadam. Husein. Por eso tenemos que comprender que la m¨¢xima responsabilidad de los l¨ªderes rusos y del Parlamento es hoy de asegurar las transformaciones democr¨¢ticas en las rep¨²blicas, y impedirla creaci¨®n de reg¨ªmenes totalitarios que invocan como pretextos la independencia y la soberan¨ªa.
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