Rinc¨®n y Aparicio triunfan con toros de 'taca-taca'

Los dos toreros salieron por la Puerta del Toro, que es la puerta grande en la plaza de La Glorieta, sonrientes a m¨¢s no poder y casi en la m¨¢s intensa anochecida, porque en seis toros la corrida dur¨® ayer 20 minutos m¨¢s que otras tardes; se deduce que el presidente perdon¨® avisos a alguien. Y a un toro se le dio la vuelta al ruedo, inconcebiblemente. Bueno, inconcebiblemente no. Pasa mucho. Sencillamente, las buenas gentes recordaron s¨®lo que el animal fue emotivo en la muleta, esto es, que transmiti¨®, sobre todo en relaci¨®n con sus hermanos, y se olvidaron de que en varas le puso los morros en la pechera al picador, se quit¨® el palo en la segunda entrada, se doli¨®, mugi¨® y se defendi¨® en banderillas... Y como pr¨®logo de todo esto, peg¨® un brinco y se pase¨® por el callej¨®n. De eso se olvidaron. Santos varones.Toros de taca-taca. Eso podr¨ªa definirlos. Bondadosos como criaturas, y endebles como las mismas. Propiamente taca-taca deber¨ªan haber sacado, como quien tiene pasos inciertos y escasas fuerzas. Se hubieran evitado claudicaciones frecuentes, rodillazos m¨²ltiples y hasta, alguna talegada, adem¨¢s de esas embestidas cansinas -"con mucha calidad", dicen-, que tienen los toros sin emoci¨®n. Y un par de huevos fritos. "Mortadela, que les den mortadela", dijo uno que se pasaba por el arco de triunfo la cantada calidad. Bueno, pues mortadela tambi¨¦n.

C¨¦sar Rinc¨®n hizo una limpia faena, y justa tambi¨¦n, a su primero, que embisti¨® muy rijo en la muleta. En el segundo suyo, someti¨® una cierta aspereza y lig¨® impecablemente, aguantando la cara del toro en la mism¨ªsima barriga, y en el quinto, debi¨® de enronquecer a base de gritar "?je, toro!', intentando sobreponerse a la debilidad del animal. Tuvo la gentileza de invitar a Joselito Mu?oz, sobresaliente en la corrida, a intervenir en un quite en el quinto, siendo aplaudido al concluirlo el espada salmantino.

Aparicio tore¨® "por arribita", claro, en su primero, tan flojo que hac¨ªa penitencia a cada paso. Anduvo arqueado demasiadas veces. Con los chispazos inevitables gracias a su calidad en los otros dos toros, dejando constancia de su graciosa clase de torero. Pero no redonde¨® las faenas. Sin toros de taca-taca, hubiera sido otra cosa.