Comenzar por la cumbre
Hace unas semanas se estren¨® en el festival de Venec¨ªa una maravillosa pel¨ªcula titulada La linterna roja. Pod¨ªa y, con justicia, deb¨ªa haber ganado el m¨¢ximo premio, pero era evidente que no lo lograr¨ªa. Su director, Zhang Yimou, es un joven cineasta chino que hace cuatro a?os comenz¨® su carrera con una obra tan vigorosa como Sorgo rojo y la continu¨® hace dos con una obra maestra ¨ªndiscutida: Semilla de crisantemo. La luz de estos dos primeros filmes se convirti¨® parad¨®jicamente en una sombra que oscurec¨ªa las bellezas del tercero.Y La linterna roja, sin duda la m¨¢s bella pel¨ªcula de cuantas concursaron en Venecia, se qued¨® con un premio de segunda fila, lo que confirma la sospecha de que cuando un cineasta comienza su carrera por una cumbre (es, por ejemplo, el caso de Orson Welles con Ciudadano Kane; o el de John Cassavetes con Shadows) suele pagar gota a gota un caro peaje por esa su osad¨ªa. Y con una osad¨ªa de esta especie lleg¨® a las pantallas Jean-Luc Godard cuando, en el a?o 1959, irrumpi¨® en el cine franc¨¦s con el insuperable prodigio de libertad imaginativa que es, y sigue siendo despu¨¦s de 32 a?os, ? Lut de souffle.
Al final de la escapada
(? bout de souffle)Direcci¨®n: Jean-Luc Godard. Gui¨®n: J.-L. Godard, sobre un argumento de FranQois Truffaut, Fotograf¨ªa: Raoul Coutard. Francia, 1959. Int¨¦rpretes: Jean Paul Belmondo, Jean Seberg, Daniel Boulanger, Jean-Pierre Melville, Heriry Jacques lluet, Liliane David, Van Doude, Claude Mansard y Jean-Luc Godard. Estreno en Madrid: Multicines Ideal.
Grande y duradero
El ¨¦xito de la pel¨ªcula fue -si se le compara con los que suelen alcanzar las m¨¢s afortunadas pel¨ªculas de producci¨®n marginal: director desconocido, int¨¦rpretes poco o nada populares, presupuesto muy peque?o, realizaci¨®n artesanal, plena libertad para imaginar contra la corriente y para vulnerar las rutinas de los gustos establecidos- grande y, lo que es m¨¢s importante, no ef¨ªmero, sino todo lo contrario.Entusiasm¨® inicialmente tan s¨®lo a un pu?ado de j¨®venes cr¨ªticos y cin¨¦filos parisienses, pero la semilla que ¨¦stos sembraron atraves¨® poco a poco los -con frecuencia viciados por un exceso de complicidad que les acerca al esp¨ªritu de secta, a lo sectar¨ªo- ambientes de los circuitos de la cinefilia. En unas semanas, ? bout de souffle rompi¨® las fronteras de los iniciados y se abri¨® paso en busca de la gente com¨²n. En unos meses, sali¨® de Francia. Y en unos a?os, pas¨® a ser patrimonio universal.
Hoy,? bout de souffle es por s¨ª sola un cap¨ªtulo entero y fundamental de la vida del cine: uno de los pasos sin los que es imposible entender la evoluci¨®n formal de este arte en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Godard, mientras su fama crec¨ªa y se hac¨ªa universal a causa de este su primer filme, segu¨ªa mientras tanto haciendo pel¨ªculas: El soldadito, Una mujer es una mujer, Vivir su vida, Los carabineros, Banda aparte, El desprecio, Una mujer casada. Sin embargo, ninguna de ellas, aunque contengan rasgos del mismo vigor de la primera -y tambi¨¦n desarrollos en profundidad de las intuitivas innovaciones formales de ? bout de souffle-, alcanz¨® la altura del zapato de la leyenda en que ¨¦sta se hab¨ªa convertido mientras tanto.
Fue ¨¦ste el peaje de que antes hablamos y que Godard tuvo que pagar. Tuvieron que llegar, seis y siete a?os despu¨¦s, los ¨¦xitos de Alphaville y Pierrot el loco, para que Godard recuperara una parte -s¨®lo una parte, nunca todo- del un¨¢nime reconocimiento universal alcanzado con su primera y genial obra. Y en ello permanece. Fuera de los c¨ªrculos de especialistas, Godard sigue siendo para casi todo el mundo el creador de ? bout de souffle, y es presumible que ninguna alquimia de su complejo y refinado estilo le librar¨¢ jam¨¢s de este estigma, de esta condena. Estigma y condena ciertamente gloriosos, pues no hay espejismo alguno dentro de esta gozosa, triste y alegre, negra y luminosa, viva e incomparable pel¨ªcula, sin la que es in¨²til intentar entender los derroteros por los que discurri¨® todo el cine europeo -y lo mejor del norteamericano- posteriores a ella.
Babelia
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