Petre Roman presenta batalla a las fuerzas 'involucionistas' rumanas
Petre Roman ha manifestado su decisi¨®n de presentar batalla a las fuerzas involucionistas que, bajo la amenaza de la violencia de los mineros en Bucarest, forzaron su dimisi¨®n como primer ministro de Rumania el pasado jueves. "Yo soy el primer ministro porque ninguna dimisi¨®n es posible bajo la amenaza de la violencia. Soy el l¨ªder del partido pol¨ªtico que gan¨® las pasadas elecciones y que va a ganar las pr¨®ximas", declar¨® Petre Roman, el domingo, ante la televisi¨®n, en un retorno lleno de firmeza a la escena pol¨ªtica rumana.
Petre Roman se esforz¨® el domingo, en una larga declaraci¨®n ante las c¨¢maras de la televisi¨®n rumana, por demostrar confianza y ganar el pulso que se libra entre "Ios que quieren volver a las estructuras comunistas y quienes quieren ir hacia adelante". "Hay que concluir la Constituci¨®n y convocar elecciones", dijo Roman que, durante cuatro d¨ªas se hab¨ªa mantenido oculto junto a sus m¨¢s pr¨®ximos colaboradores por el peligro a ser localizado por simpatizantes de los golpistas.Roman estuvo a punto de ser capturado el mi¨¦rcoles por grupos de mineros que, de haberlo logrado, dif¨ªcilmente le hubieran dejado con vida, seg¨²n convicci¨®n generalizada. Seg¨²n supo ayer este peri¨®dico, Roman tuvo que huir del palacio gubernamental por la azotea al ser invadido el edificio por centenares de mineros dispuestos a "dar su merecido" al que consideran responsable de "vender el pa¨ªs al extranjero", "de enriquecerse" y de la caida de la capacidad adquisitiva que traen consigo las reformas.
Los mineros obedec¨ªan as¨ª las consignas de las campa?as de difamaci¨®n contra Roman que se prodigan desde hace meses, y que, pese a no haber aportado pruebas, han hecho profunda mella en la conciencia de las clases menos formadas del pa¨ªs.
Con 32 guardias y colaboradores, Roman huy¨® por patios y azoteas cercanas al palacio hasta que se vieron bloqueados en el tejado de un edificio cuyo ¨²nico acceso a la calle se negaba a abrir una anciana residente. Ocho miembros de la guardia de seguridad del primer ministro tuvieron que descolgar a ¨¦ste desde la azotea a la calle, desde donde prosiguieron la huida.
En su intervenci¨®n televisada, Roman rechaz¨® tajantemente, "por indigna", su presencia en un hipot¨¦tico Gobierno de transici¨®n hasta las pr¨®ximas elecciones, y dej¨® claro que se propone la inmediata convocatoria de elecciones y, a ser posible, impedir hasta entonces la creaci¨®n de un Gobierno que ser¨ªa una marioneta de las presiones extraparlamentarias involucionistas. El presidente Ion Iliescu, en un nuevo alejamiento de Roman, descalific¨® como "excusas" las afirmaciones de ¨¦ste sobre la existencia de una trama golpista involucionista y rechaz¨® la posibilidad de unas elecciones inmediatas al se?alar que su preparaci¨®n requiere varios meses.
Roman afirma que est¨¢ dispuesto a la lucha pol¨ªtica contra estas fuerzas "que quieren la vuelta a las estructuras comunistas" y a la pugna constitucional con Illescu quien acept¨® una dimisi¨®n que Roman jam¨¢s le hab¨ªa presentando formalmente. En una actitud abiertamente combativa, si bien con gesto muy cansado, Roman se?al¨® al presidente del Senado, Birladeanu, como uno de los responsables de la ofensiva involucionista.
El primer ministro supuestamente dimisionario s¨®lo critic¨® veladamente a Illescu en la entrevista televisada el domingo por la noche en Rumania, pero EL PA?S ha sabido que poco antes hab¨ªa calificado a Illescu de cobarde por haberse apresurado ¨¦ste a doblegarse a las exigencias de los l¨ªderes del vand¨¢lico movimiento minero que aterroriz¨® Bucarest la pasada semana. Ayer, los ministros de Interior y Defensa defendieron su actuaci¨®n durante los dram¨¢ticos d¨ªas de la pasada semana, en que la pasividad de las fuerzas de ambos hicieron posible el asalto de los mineros a las principales instituciones del Estado.
Roman elogi¨® a estos dos ministerios por su "actuaci¨®n correcta" mientras criticaba a los servicios de informaci¨®n que le hab¨ªan ocultado los acontecimientos. No obstante, fuentes cercanas al primer ministro en funciones se?alan que este elogio es poco menos que el agradecimiento a los servicios prestados.
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