Un cantante pasional

Todo parece indicar que el pop espa?ol ha recuperado definitivamente a Antonio Vega. En su segundo concierto en Madrid en poco m¨¢s de un mes, despu¨¦s de la presentaci¨®n de su elep¨¦ en solitario en el Parque Enrique Tierno Galv¨¢n, el antiguo miembro de Nacha Pop dio un paso de gigante hacia la normalizaci¨®n de su carrera.En 90 minutos de concierto todo fue sobre ruedas, y Vega y sus m¨²sicos se mostraron tan seguros como intensos.

Antonio Vega y su banda tienen cada d¨ªa un mayor control sobre su sonido y su puesta en escena. A cambio pierden algo de tensi¨®n. La emotiva espontaneidad que acompa?a a todo artista brillante, pero inseguro pierde protagonismo a favor de un grado de profesionalidad imprescindible en un hombre que siempre se ha caracterizado por su irregular directo.

El retorno del amigo perdido, al que todo se perdona, es ya una historia olvidada; Vega es un cantante pasional y un guitarrista electrizante, un valor rescatado y al alza, y de su banda se pueden esperar grandes cosas. El resto son especulaciones, mezcla de nostalgia y demagogia.

El concierto comenz¨® con un sonido con pegada, pero poco brillante. Una versi¨®n intensa, aunque con algunos desajustes en el tiempo, del tema Guitarras puso las cosas en su sitio. Agudos y graves alcanzaron el equilibrio, la voz son¨® n¨ªtida y la instrumentaci¨®n termin¨® de cuadricularse.

La siguiente canci¨®n fue ?S¨ªguelo! A ritmo funky, interminable, desenton¨® con el resto de temas, y s¨®lo sirvi¨® para un par de cosas; por un lado, para recordar al p¨²blico que Rico, la otra escisi¨®n de Nacha Pop, ha salido perdiendo con el divorcio; Antonio escribe canciones intemporales, cl¨¢sicos en potencia, y ?S¨ªguelo! es la excepci¨®n que confirma la regla. Por otro lado, sirve para presentar a los miembros de la banda.

Despu¨¦s lleg¨® la siempre emotiva Chica de ayer y una inmejorable versi¨®n de Desordenada habitaci¨®n, con la voz del compositor madrile?o al l¨ªmite y el ¨²nico apoyo de plano y guitarra. Despu¨¦s de bordar esta canci¨®n, el Tri¨¢ngulo Nacha qued¨® cerrado con una acelerada recuperaci¨®n de Enganchado a una se?al de bus.

Era dif¨ªcil superar ese final. El p¨²blico entregado, el sonido rozando la perfecci¨®n, y una carta de lujo en la manga: Una d¨¦cima de segundo, a capella.