El te¨®logo K¨¹ng espera "un Yeltsin que proteste contra la dictadura espiritual en la Iglesia"
El te¨®logo suizo Hans K¨¹ng, de 63 a?os, es conocido por sus cr¨ªticas -leales y desde dentro, tal como ¨¦l mismo matiza- hacia a las actuaciones de Roma. Profesor en la Universidad civil de Tubinga (Alemania), el Vaticano le retir¨® a este sacerdote la venia docente en la secci¨®n eclesi¨¢stica, entre otras cosas por cuestionar la infalibilidad del Papa. El catedr¨¢tico de Teolog¨ªa Ecum¨¦nica, asesor del Vaticano II, ve con preocupaci¨®n algunas actuaciones de la c¨²pula romana y afirma: "Me pregunto muchas veces cu¨¢ndo habr¨¢ en la Iglesia un Yeltsin que proteste contra la dictadura espiritual".
Estas palabras, en respuesta a la pregunta sobre la destituci¨®n del te¨®logo de la liberaci¨®n brasile?o Leonardo Boff como director de la revista Vozes, las fundamenta K¨¹ng en lo que caracteriza como creciente involuci¨®n vaticana: "Cada d¨ªa se ve m¨¢s c¨®mo el sistema romano se desarrolla como una dictadura espiritual: se imponen obispos que el clero y los laicos no quieren y se mantienen unos criterios sobre el divorcio y el control de la natalidad que no son humanos", subraya el profesor de Tubinga. "Se levanta una nueva inquisici¨®n contra los te¨®logos que piensan de otra manera que la oficial", dice K¨¹ng, y destaca: "Ser¨ªa bueno que tambi¨¦n los obispos protestasen contra esa dictadura espiritual y de entre ellos saliera este Yeltsin".Y en ese autoritarismo el profesor de teolog¨ªa ve asomar el peligro del fundamentalismo. Precisamente sobre ese tema, que abord¨® en una conferencia organizada a principios de esta semana por la Fundaci¨®n Bertelsmann y la Geperalitat de Catalu?a, convers¨® con este diario en su reciente visita a Barcelona.
K¨¹ng sostiene que el fundamentalismo no es una cuesti¨®n exclusiva del islam: se da en el cristianismo y en el juda¨ªsmo, y en la actualidad de forma creciente. "Es m¨¢s necesario que nunca un movimiento de di¨¢logo", asegura el profesor de teolog¨ªa. Y agrega: "La religi¨®n, como la m¨²sica, se puede utilizar mal; la religi¨®n no puede nunca provocar guerras, porque su misi¨®n es evitarlas". K¨¹ng no ve la guerra del Golfo como un conflicto de religiones, "ya que musulmanes y cristianos los hab¨ªa en los dos bandos" y "no hay un Dios nacional, sino del mundo".
El te¨®logo suizo no desprecia, sin embargo, los riesgos del fundamentalismo, que "toma aspectos perif¨¦ricos como esenciales y centrales". "El chador en el integrismo isl¨¢mico tiene su equivalente en la Iglesia cat¨®lica en el celibato", asegura. Esas ideas no s¨®lo se expresan en pa¨ªses musulmanes o en Israel" sino tambi¨¦n en la cat¨®lica Polonia y -matiza- en la comprensi¨®n que Roma tiene de la reevangelizaci¨®n de Europa, motivo de un s¨ªnodo que comenzar¨¢ en noviembre.
"Lo que se propone no es una reevangelizaci¨®n en el esp¨ªritu del Evangelio, sino de la ley can¨®nica: se insiste en un modelo preconciliar de Iglesia, de la mujer y de la moral sexual; y eso no es reevangelizar, sino recatolizar, en el sentido de reconquista conservadora", dice. K¨¹ng cree que el intento fracasar¨¢, porque "eso no es posible ni en Europa ni en Polonia, donde la popularidad de la Iglesia, que fue grande durante la dictadura, ha ca¨ªdo; se empieza a ver como una Iglesia del poder, en lugar de la Iglesia de servicio que dise?¨® el Concilio Vaticano II".
No se trata, a juicio del te¨®logo, "de intentar imponerse a trav¨¦s de la legislaci¨®n del Estado y de los pol¨ªticos, sino que tiene que convencer con argumentos o con el mismo evangelio", dice el que fuera asesor del Concilio Vaticano II y compa?ero en la c¨¢tedra de Teolog¨ªa Dogm¨¢tica, a finales de los sesenta, del actual m¨¢ximo guardi¨¢n de la ortodoxia romana, el cardenal Joseph Ratzinger.
K¨¹ng, en las ant¨ªpodas de su colega de la curia romana, afirma que la voluntad de la jerarqu¨ªa vaticana de influir en las legislaciones de los pa¨ªses a trav¨¦s del Estado "no es una idea nueva, sino vieja: es la estrategia de la contrarreforma y del antimodernismo".
El te¨®logo de Tubinga aboga por abrir un di¨¢logo sincero y franco entre las grandes religiones abrah¨¢micas -juda¨ªsmo, cristianismo e islamismo- que llegue hasta una alianza de creyentes y no creyentes hacia un objetivo com¨²n: un ethos mundial que se plantee los grandes problemas de hoy.
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