El Gobierno israel¨ª dar¨¢ hoy un 's¨ª' a rega?adientes
Mientras los ¨¢rabes cerraban filas a 11 d¨ªas de la Conferencia de Madrid, en Israel los s¨ªntomas de divisi¨®n se agudizaron ayer con una estridente demanda de Ariel Sharon. El hombre que desde su despacho de ministro de la Vivienda M Estado israel¨ª lucha por acelerar la usurpaci¨®n de las tierras de los palestinos exigi¨® p¨²blicamente la renuncia de Isaac Shamir, el jefe del Gobierno. Cuando el Gabinete israel¨ª d¨¦ hoy a rega?adientes el s¨ª jud¨ªo al plan de paz, Sharon habr¨¢ perdido otra campa?a tan desesperada como la que comand¨® en la invasi¨®n de L¨ªbano de 1982. Para los numerosos admiradores del Rey Arik, sin embargo, ser¨¢ una derrota limitada y temporal. El plan de paz, dicen, abre en realidad un escenario para la guerra.
Yasir Arafat, viejo enemigo de Hafez el Asad, lleg¨® finalmente ayer a Damasco. El presidente sirio no estuvo a recibirlo en el aeropuerto, pero ese detalle protocolario -Arafat es presidente del Estado palestino- no fue ¨®bice para que el aterrizaje de Abu Ammar marcara un hito en los anales de la cordialidad inter¨¢rabe. La bienvenida se la dio el vicepresidente Abdel Jalim Jadam, y, a juzgar por las sonrisas del reencuentro, todo sali¨® de maravilla. Arafat vuelve a hablar con los sirios.La dimensi¨®n pol¨ªtica del reencuentro en Damasco es notable. Arafat estuvo por ¨²ltima vez en la capital siria por algunas horas hace tres a?os. Los sirios le dejaron entrar s¨®lo para asistir al entierro de Abu Jihad, su fiel lugarteniente, asesinado en T¨²nez por comandos israel¨ªes.
Su retorno a Damasco ya no es una concesi¨®n, sino una necesidad para el presidente Asad. Damasco, que expuls¨® a Arafat de Siria y luego de L¨ªbano en 1983 y consigui¨® fracturar el movimiento guerrillero desde entonces, es hoy el eje del frente ¨¢rabe para las conversaciones de Madrid. Siria no puede ir a la conferencia sin demostrar que las heridas ¨¢rabes han cicatrizado y que a fin de cuentas es la OLP la que representa leg¨ªtimamente a los palestinos.
De los contactos entre Arafat y el liderazgo sirio se sab¨ªa muy poco anoche, y en realidad no hab¨ªa necesidad de comunicados o declaraciones conjuntas. La presencia de Arafat en la capital siria es, por lo dem¨¢s, elocuente. El largo y penoso proceso de reconciliaci¨®n ha concluido, y con ¨¦l parecen haberse difuminado viejos rencores y la no tan secreta antipat¨ªa personal entre los dos grandes protagonistas ¨¢rabes.
Tras coordinar posiciones con los sirios, Arafat proyecta reunirse con el rey Hussein de Jordania y el presidente egipcio, Hosni Mubarak. Su objetivo es claro: emplazar a los Gobiernos que profesan solidaridad con los palestinos a traducir los discursos en hechos concretos desde el momento que la conferencia de paz que tan afanosamente ha organizado EE UU quede formalmente instalada en el Palacio Real de Madrid.
Para alivio de Arafat, la reconciliaci¨®n con Sirla implica autom¨¢ticamente una tregua con las facciones de George Habash y Neyef Hawatmeh, sus principales rivales, que desde hace a?os funcionan al amparo de Damasco. De momento al menos, Arafat tiene un amplio campo de maniobra y la bendici¨®n de Asad. Son otros tiempos. Los ¨¢rabes se presentan unidos. En Israel, las fisuras han sido pocas veces tan visibles.
De ilustrar el dram¨¢tico cambio en el campo jud¨ªo se encarg¨® locuazmente el halc¨®n del Likud Ariel Sharon con una diatriba antigua, pero que cobra inesperada actualidad dada la fragilidad del Gobierno conservador de Isaac Shamir.
En una entrevista telef¨®nica desde Londres, Sharon recurri¨® a su proverbial ferocidad para atacar la aceptaci¨®n israel¨ª al plan de Baker. "En muchas ocasiones se me ha preguntado si mi posici¨®n con respecto a la conferencia me obligar¨ªa a renunciar al Gabinete", declar¨®. "No soy yo quien debe dimitir. Quien debe renunciar es aquel que ha fracasado", agreg¨® en una clara referencia a Shamir y a sus ministros de Exteriores y Defensa, Isaac Levy y Moshe Arens, respectivamente.
Para Ariel Sharon, el equipo encabezado por Isaac Shamir "ha conducido a Israel por el camino equivocado y sigue anestesiando al p¨²blico frente a los verdaderos peligros que acechan a Israel".
Sharon, evidentemente, sue?a con una crisis de Gobierno que obligue a Israel a disculparse de asistir a la hist¨®rica cita en Madrid. "Ciertamente habr¨ªa una nueva elecci¨®n y un nuevo liderazgo que espero pueda hacer frente a lo que el actual liderazgo no ha sido capaz", a?adi¨®.
Yossi Achimeri, portavoz de Shamir, tom¨® las cosas con calma. "No es la primera vez que Sharon se expresa de esta manera", dijo.
En medios pol¨ªticos israel¨ªes, la ofensiva de Sharon s¨®lo refleja el af¨¢n del sector radicalizado del Likud por deshacerse de Shamir y promover a Benny Beguin, el hijo del ex primer ministro Men¨¢jem Beguin.
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