El regreso del sult¨¢n

Suleim¨¢n Demirel ha batido su propio r¨¦cord. El seis veces primer ministro se dispone nuevamente a formar Gobierno. El sult¨¢n ha vuelto como baba (padre). Hasta sus enemigos pol¨ªticos reconocen que este gran demagogo de 67 a?os ha suavizado sus postulados ideol¨®gicos y sus m¨¦todos.

Los militares se limitaron a enviarle en 1971 un papelito en el que le anunciaban que hab¨ªa sido derrocado por un golpe de Estado. En 1980 tuvo menos suerte. Estuvo tres a?os bajo arresto domiciliario y siete privado de sus derechos pol¨ªticos. Su vuelta ha sido una lucha imparable contra el actual presidente de la Rep¨²blica, Turgut Ozal, fundador en 1983 del Partido de la Madre Patria (ANAP), a quien considera un usurpador de sus votantes.

Demirel critic¨® duramente la "sumisi¨®n" de Ozal a los intereses norteamericanos durante la guerra del Golfo.

Pero si el sult¨¢n ha regresado, el califa ha resucitado. Necmetin Erbakan, l¨ªder espiritual y pol¨ªtico del Partido del Bienestar (RP) no pudo ser m¨¢s expresivo al describir lo que supone su vuelta al Parlamento turco: "El volc¨¢n ha entrado en erupci¨®n". Erbakan, partidario de la fundaci¨®n de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Turqu¨ªa, se opone a cualquier acercamiento al mundo occidental y defiende la creaci¨®n de un mercado com¨²n isl¨¢mico en lugar de que Ankara entre en la CE.