Cerebros rapados
Los 'skin heads' espa?oles, un fen¨®meno interclasista unido s¨®lo por la violencia
Los skin heads (cabezas rapadas) constituyen la tribu urbana violenta por excelencia y, pese a la simplicidad de sus esquemas mentales, una de las m¨¢s complejas. En Europa, sus miembros han sido captados por partidos neonazis y ultraderechistas. En Espa?a, algunas de estas formaciones han instrumentalizado sus salvajadas. Los skins aut¨®ctonos, cuya apuesta radical tiene su ra¨ªz en los problemas de adaptaci¨®n que sufren algunos adolescentes, no son, sin embargo, homog¨¦neos. Comparten la est¨¦tica y el culto al vandalismo. Pero, en contra de lo que, por ejemplo, sucede en Alemania, su procedencia social no siempre es marginal. Aqu¨ª abundan los hijos de las clases medias.
Poco imaginaba On¨¦simo Redondo que, 50 a?os despu¨¦s de sus pl¨¢ticas, una manada de j¨®venes iba a asumir, ignor¨¢ndolo, el aprendizaje del que fuera fundador de las inquietantes Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS). "La juventud debe ejercitarse en la lucha f¨ªsica, debe amar por sistema la violencia ( ... ) Es una de nuestras consignas permanentes, la de cultivar el esp¨ªritu de una moral de violencia, de choque militar", proclamaba el montaraz falangista en la Espa?a republicana.El etn¨®logo Julio Caro Baroja, en su obra Terror y terrorismo, alude a la violencia juvenil organizada ya en la Grecia cl¨¢sica, y cataloga a una tribu suburbana -los Teddy boys- que en la d¨¦cada 1950-1960 se asent¨® en varios pa¨ªses europeos: "Ten¨ªan un culto a la violencia( ... ), un desprecio total por la ley establecida y gusto por la destrucci¨®n en s¨ª misma, que les hac¨ªa producir el terror de sus vecinos". Una definici¨®n para un grupo que, con est¨¦tica diferente a la skin -los teddies, tambi¨¦n bebedores de cerveza, se disfrazaban con casacas largas y en vez de calva luc¨ªan tup¨¦ roquero-, pone de manifiesto que la violencia juvenil no es un fen¨®meno nuevo.
En un estudio sobre los cabezas rapadas publicado recientemente por la Universidad de Viena (Austria), un skin declaraba que con la violencia "uno se convierte de pronto en persona y, a trav¨¦s del miedo de otros, uno confirma su existencia".
Infundir terror
Se trata de procesos de primitivizaci¨®n seguidos por numerosos grupos, sostiene Caro Baroja, como los sure?os que hace un siglo fundaron el Ku Klux Klan, cuyo ritual -nocturno para que luzcan m¨¢s sus esperp¨¦nticos crucifijos ardientes- y h¨¢bito -encapuchados y ensotanados- pretend¨ªan inspirar pavor entre la poblaci¨®n negra. Una puesta en escena que causa el mismo efecto sobre otros colectivos sociales si el capirote se sustituye por la calva, y la s¨¢bana por la cazadora, los pantalones ajustados y las botas militares de ca?a alta. Porque ese es uno de los objetivos de la mayor¨ªa de skins y de su violencia arrogante: infundir terror a la sociedad en general, y muy en particular a colectivos de la misma, sean inmigrantes extranjeros, homosexuales o indigentes.
La rebeld¨ªa ha adoptado distintos esquemas ideol¨®gicos desde que, en los a?os sesenta, n¨²cleos juveniles formaran grupos con formas y estilos culturales propios. Extinguido el paradigma hippy y el revolucionario del '68, "el vac¨ªo ideol¨®gico facilita moldes que no propugnan un modelo alternativo de sociedad, sino la defensa de territorios m¨¢s fraccionarios, como la identidad de un equipo deportivo u otros planteamientos de corte racial", sostiene Leopoldo Ortega-Monasterio, profesor del Instituto de Criminolog¨ªa de Barcelona, quien ha elaborado un informe, judicial sobre la conducta de dos skins implicados en un homicidio. "Los cabezas rapadas constituyen un caso de rebeld¨ªa juvenil grupal, no multitudinaria. Sufren problemas de adaptaci¨®n juvenil y su apuesta hay que entenderla en claves narcisistas de reafirmaci¨®n mediante la adopci¨®n de unas se?as de identidad de moda", agrega.
Esta necesidad de autoaf¨ªrmarci¨®n les lleva a desarrollar los comportamientos que m¨¢s alarma infunden en la sociedad para transmitir a ¨¦sta un ¨²nico mensaje: Existimos. "El alarmismo social y su reflejo en los medios de comunicaci¨®n pueden estimular los mecanismos de identificaci¨®n de los skins, por cuanto se trata de una tribu que se retroalimenta con sus propias fechor¨ªas y compite por tener un mayor eco", sostiene el citado psiquiatra. Con este razonamiento, se suma a la creencia policial de que la atenci¨®n que se presta a estos grupos contribuye a estimular sus manifestaciones.
Los adolescentes susceptibles de ser atra¨ªdos por los skin muestran un trastorno antisocial de su personalidad antes de los 15 a?os, que se traduce en comportamientos antinormativos ante la escuela, la familia o hacia otros j¨®venes, a juicio de los expertos.
Los skins detenidos por su implicaci¨®n en homicidios y acuchillamientos no han mostrado, por regla general, signos de arrepentimiento mientras mantienen la cohesi¨®n del grupo. Aqu¨ª radica una de las claves de toda tribu urbana. El grupo, en el que los adolescentes buscan una identidad y reinvindican su espacio social, se convierte en el eje de su desarrollo personal. En ¨¦l consolidan valores de conducta propios que les hacen sentirse iguales dentro del grupo, y, al mismo tiempo, diferentes y enfrentados a los dem¨¢s. Esta es una de las premisas del reciente estudio El mundo de los j¨®venes: im¨¢genes y estilos juveniles, realizado por tres antropol¨®gos a petici¨®n del Ayuntamiento de Barcelona.
El f¨²tbol como referente
"El f¨²tbol es uno de los referentes m¨¢s importantes a partir del cual se estructura el universo real y simb¨®lico de la casi totalidad de skins, sean de la tendencia que sean ( ... ) Se trata de colegas frente a un enemigo com¨²n que cohesiona y homogeneiza todo un entramado de sentimientos y actitudes", agrega el informe.
La est¨¦tica paramilitar es otro de los factores m¨¢s homog¨¦neo y generalizable de los skins, junto a sus gustos musicales. Sin embargo, los autores del estudio destacan que existen distintas maneras y formas de participar en el movimiento. Se introduce as¨ª un factor diferenciador, presuntamente ideol¨®gico, seg¨²n el cual existen diferentes sectores dentro de este movimiento juvenil.
Nos encontrar¨ªamos de esta manera con cabezas rapadas de tendencias independentistas, ultranacionalistas espa?olistas y un tercer reducto, el m¨¢s minoritario, que simplemente habr¨ªa asumido la est¨¦tica skin. Al primer g *upo han sido asociados los Boixos Nois -pe?a violenta del Barcelona-, mientras que el segundo estar¨ªan los seguidores radicales del Espa?ol: las Brigadas Blanquiazules.
Algunos boixos han provocado actos violentos callejeros al concluir manifestaciones independentistas. El padre de un boixo -encarcelado por su implicaci¨®n en la muerte de un hincha espa?olista admiti¨® ser responsable en parte de la situaci¨®n por haber inculcado en su hijo un curioso ideario: el independentismo, el barcelonismo y la creencia de que "todos los seguidores del Espa?ol son fachas".
Muchos brigadistas participan, por su parte, en agresiones al concluir actos ultraderechistas. Colectivos skins agrupados en la Vanguardia Nacional Revolucionaria, que opera en Barcelona, distribuyen pegatinas con leyendas, como "Inmigrante, ay¨²danos a luchar contra el racismo. ?Vuelve a tu pa¨ªs!", cuya racista iron¨ªa es m¨¢s propia de neonazis cultivados que de calvos cuyo encefalograma intelectual es poco menos que plano.
El tercer grupo, asimilable a los movimientos contraculturales y que preconiza una "violencia autodefensiva", est¨¢ encuadrado en la Skinheads Against Racial Prejudice (skin heads contra el prejuicio racial), con presencia.en Europa y EE UU.
"Nazis, ?qu¨¦ es eso?"
Atribuir, sin embargo, a la mayor¨ªa de skins una capacidad racionalizadora resulta excesivo. Uno de los detenidos en las ¨²ltimas redadas de Barcelona respondi¨® con un elocuente "?qu¨¦ es eso?" al ser interrogado por la polic¨ªa sobre su presunta ideolog¨ªa nacionalsocialista. Lo que no est¨¢ re?ido con que casi todos ellos luzcan chatarrer¨ªa hitleriana.
Los estudiosos alemanes de los skins tambi¨¦n sostienen que este movimiento no conforma ning¨²n grupo homog¨¦neo. En contra de lo que podr¨ªa parecer, ateni¨¦ndose a la oleada de ataques contra extranjeros en Alemania, no est¨¢n organizados ni disponen de una estrategia. En todos los casos que han sido detenidos, se ha llegado a la conclusi¨®n de que actuaron por mimetismo de lo que ve¨ªan por tele7 visi¨®n o escuchaban por la radio. Sin embargo, estos psic¨®patas adolescentes se han convertido en carne de ca?¨®n para el minoritario sector neonazi. Les sirven de matones para proteger a sus l¨ªderes y les son ¨²tiles para hinchar su presencia social.
En Espa?a el riesgo es similar. Existe el cabeza rapada que se apunta a un bombardeo del cariz que sea por su simple culto a la violencia. Tampoco faltan casos de j¨®venes que han pasado por grupos de tendencias aparentemente opuestas. Con todo, sus actuaciones responden, por regla general, a mecanismos de obediencia espont¨¢neos, no anal¨ªticos, y sin establecer alianzas expl¨ªcitas con intereses partidistas, subrayan los expertos.
La manipulaci¨®n de un colectivo tan an¨¢rquico se presenta compleja, aunque nadie cuestiona un hecho: determinados partidos espa?oles, especialmente los ultras, instrumentalizan sus actuaciones. Y el riesgo que ha empujado a la polic¨ªa a actuar es que de la instrumentalizaci¨®n se pase a la organizaci¨®n, como sucede en otros pa¨ªses.
La mayor¨ªa de estos personajes, cuyas baladronadas -apalear a un barrendero ¨¢rabe, patear a un joven por no besar una foto de Hitler, profanar tumbas, asaltar a voluntarios de la Cruz Roja para robarles la hucha, matar a un travestido o romper un vaso con la boca en un bar pretenden empeque?ecer al psic¨®pata carnicero que protagoniza la American Psycho, de Bret Easton Ellis, no da m¨¢s de s¨ª. Trescientos a?os antes de Cristo, los fil¨®sofos griegos ya sentenciaron que quienes dan muestras de bestialidad est¨¢n vac¨ªos o carecen, como los animales, de toda norma de racionalidad.
[El juez Fernando G¨®mez Vizcarra orden¨® ayer la libertad sin fianza de cinco skin heads detenidos por los Mossos d'Esquadra tras agredir a transeuntes en Barcelona durante el 12 de octubre. El juez tambi¨¦n ha ordenado el ingreso en prisi¨®n de cuatro cabezas rapadas. Otros siete skins detenidos en las ¨²ltimas semanas permanecen encarcelados].
Marginales y ni?os bien
Uno de los cinco j¨®venes encarcelados por la muerte de un skin franc¨¦s seguidor del Espa?ol tuvo serios problemas durante la etapa de aprendizaje y presentaba anomal¨ªas irritativas en el encefalograma que se le practic¨®. El adolescente pertenece a una familia de clase media y perfectamente integrada socialmente. Una caracter¨ªstica de los skins espa?oles es la distinta procedencia social de sus miembros. Carlos Conde-Duque, director general de la Polic¨ªa, sentenci¨® el jueves: "Aqu¨ª hay pocos skinheads, y muchos ni?os de pap¨¢". Un considerable grupo de cabezas rapadas barceloneses act¨²an y proceden de la zona residencial de la ciudad, frente a otros cuyas familias est¨¢n asentadas en barrios obreros. El movimiento agrupa desde j¨®venes trabajadores sin especializar y parados con escasa escolarizaci¨®n a estudiantes de centros privados con buenos expedientes acad¨¦micos y cuyo comportamiento individual no trasluce su salvajismo grupal.Se trata de un fen¨®meno. y de una violencia interclasista, propiciado por la permeabilidad social. Fen¨®menos de masas como los partidos de f¨²tbol o los conciertos musicales son elementos que agrupan y fusionan a j¨®venes procedentes de distintos estratos sociales y culturales. En Alemania, por el contrario, proceden, en su gran mayor¨ªa de familias rotas, han sufrido fracasos escolares o profesionales y no tienen ninguna perspectiva. Los skins austriacos tambi¨¦n provienen de familias marginadas, son reclutados cuando salen del colegio y han fracasado en sus intentos de ingresar en un instituto de estudios superiores o de encontrar un empleo. Se sienten marginados y el chivo expiatorio -siempre esgrimido por quienes les reclutan- son los extranjeros. Los skins se presentaron en sus or¨ªgenes brit¨¢nicos como un movimiento proletario. ?sa fue la baza que explot¨® uno de los l¨ªderes del grupo, Ian Stuart Donaldson, integrante de la banda musical neonazi Skrewdriver y militante durante a?os del National Front, quien aireaba sus ra¨ªces humildes, cuando en realidad era hijo de un empresario.
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