Jaime Cortezo, 'in memoriam'
Fue siempre el puente de entendimiento entre nosotros, j¨®venes militantes de una democracia cristiana incipiente, y los patriarcas: don Jos¨¦ Mar¨ªa -Gil Robles, no hace falta decirlo- y don Joaqu¨ªn -Ruiz Jim¨¦nez, tampoco es menester precisarlo-. Tantas veces tambi¨¦n sistema de comunicaci¨®n entre los mismos l¨ªderes, cuando las ondas no sintonizaban y la fluidez en el contacto era m¨¢s bien escasa. Por eso no dej¨® nunca de ser el segundo insustituible en los a?os de la prehistoria y la oscuridad: los sesenta, los setenta.Cre¨ªa muy firmemente en muy pocas cosas. Dios, la familia, los amigos, y una teor¨ªa pol¨ªtica que se resum¨ªa en dos iniciales, la D y la C. Era vehemente en sus convicciones y en sus afectos, y entregado a unas y a otros. Incapaz al mismo tiempo de otra ri?a que no fuera la cari?osa reconvenci¨®n, fundida enseguida en abrazo estrecho. Quiz¨¢ por todo ello fue al mismo tiempo legatario, amigo, depositario de confidencias y nexo permanente de continuidad entre los que iban y ven¨ªan, llegaban o part¨ªan, explotaban en entusiasmo o entraban en depresi¨®n.
Hombre de justicia y ley, siempre a trancas y barrancas entre el gusto profesional y el pol¨ªtico, capaz de sacrificar las exigencias del bufete en aras de unas demandas comunitarias que nunca dej¨® de considerar superiores, encontr¨® la dimensi¨®n que mejor cuadraba a sus vocaciones cuando form¨® parte del Consejo General del Poder Judicial. Era la tard¨ªa y parcial compensaci¨®n para una vida desparramada en el sacrificio a una idea y a las personas que con ¨¦l la compart¨ªan, a una idea siempre anclada en la libertad y en la democracia.
Y, siempre fiel a s¨ª mismo, el d¨ªa en que cesaba como vocal del Consejo me comunic¨® su deseo de reincorporarse a la pol¨ªtica activa como militante de la pen¨²ltima oferta democristiana, la encarnada en el PDP-DC. Volvi¨® tambi¨¦n al bufete, con el ardor de un abogado joven y la tenacidad de quien lo necesita para el digno vivir de s¨ª y de los suyos. La pol¨ªtica hab¨ªa encontrado en ¨¦l una tard¨ªa transacci¨®n: le atra¨ªa tanto como hab¨ªa llegado a repelerle. Pero no dejaba de inquirirme: ?llegar¨¢ el PP a ser democristiano?; ?ser¨¢ alg¨²n d¨ªa miembro del Partido Popular Europeo? Todav¨ªa no hab¨ªa encontrado yo tiempo para dec¨ªrselo y con ¨¦l comentarlo: fue el 18 de octubre de 1991 cuando su pregunta era positivamente contestada en Bruselas. Ahora que la barbarie de la violencia nos lo arrebata, el recuerdo de su entrega, de su bondad inmediata y sin dobleces, de su consistencia, se convierte en ejemplo y acicate. Tambi¨¦n en grito: ?qu¨¦ tipo de alima?as alimenta esta sociedad y genera estas aberraciones?
Que el Dios en que Jaime cre¨ªa le tenga hoy en su gloria. Porque a nosotros la voz se nos empa?a cuando evocamos su desaparecida presencia, "compa?ero del alma, compa?ero".
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