"No soy un dictador"
Enfrentado a la rebeli¨®n en el C¨¢ucaso, a un catastr¨®fico invierno y al espectro de las revueltas entre su pueblo hambriento, Bor¨ªs Yeltsin, el poderoso presidente de la Federaci¨®n Rusa, tiene mucho trabajo por delante. Trata de poner en marcha reformas econ¨®micas radicales, pero afirma que no impedir¨¢n los conflictos a menos que la poblaci¨®n pueda ser alimentada. Tambi¨¦n dice que habr¨¢ que tomar una decisi¨®n este a?o sobre la formaci¨®n de un Estado que sustituya a la Uni¨®n de Rep¨²blicas Socialistas Sovi¨¦ticas; que el control de las armas nucleares permanece todav¨ªa en manos de Mija¨ªl Gorbachov, y que, por ahora, ¨¦l y Gorbachov quieren trabajar juntos, "como un equipo".
Bor¨ªs Yeltsin, de 60 a?os, presidente de la Federaci¨®n Rusa, trata de convertirse en un estadista respetado. Es tarea nada f¨¢cil. Fuera se teme su populismo y su car¨¢cter, muy poco predecible. Dentro, se enfrenta al espectro del hambre, a las tensiones centr¨ªfugas de algunas rep¨²blicas y a la construcci¨®n del Estado que ha de sustituir a la URSS, en el que Rusia ser¨¢ preeminente. ?l no se amilana ante, el reto y est¨¢ convencido de que su primera misi¨®n ha de ser enterrar al comunismo.Pregunta. Se?or presidente, tiene usted mucho valor: primero priva al PCUS de su poder
ahora quiere rescatar a Rusia de la ruina. De d¨®nde saca esa confianza, ?de la fe en el pueblo, en Rusia, en Dios, o en la misi¨®n de Bor¨ªs Yeltsin?
Respuesta. Rusia no puede seguir viviendo en el estado actual.... el sufrimiento de la gente es inenarrable. ?ste es el resultado del tr¨¢gico y criminal experimento de 1917: el 55% de las familias de la Federaci¨®n Rusa vive en la pobreza. M¨¢s que cualquier otra cosa, lo que me motiva es el deseo de mejorar la vida de esta gente.
P. ?Se convertir¨¢ Rusia en la casa pobre de Europa?
R. Yo no he viajado demasiado por el extranjero, pero ni en EE UU ni el Reino Unido, Alemania, Francia, Jap¨®n ni en Italia he encontrado gente que viva peor que nosotros. Por eso la primera cosa que tengo que hacer es acabar con ese sistema.
P. ?Es ¨¦se su principal objetivo?
R. S¨ª; lo siento profundamente en mi coraz¨®n y en mi alma: cambiar la vida en Rusia para avanzar hacia un desarrollo democr¨¢tico y civilizado, como han hecho otros pa¨ªses. Para que la gente viva mejor y sea m¨¢s libre, en un Estado de derecho. Ese es mi objetivo.
P. ?Cree usted que los rusos pueden lograrlo?
R. Ciento cincuenta millones de personas ofrecen un enorme potencial de creatividad. Tenemos un vasto territorio y recursos naturales ... ; lo tenemos todo. Es lo que me da confianza en que podemos triunfar. Si hubiera tenido alguna duda respecto a ello me hubiera retirado. Creo tambi¨¦n que mi obstinaci¨®n fue una fuerza conductora.
P. Ahora tiene mucho poder: es el presidente, encabeza el Gobierno y puede promulgar decretos. Est¨¢ usted gobernando como si Rusia se enfrentase a una situaci¨®n de emergencia.
R. Rechazo eso categ¨®ricamente, porque no refleja los hechos. Hay contrapartidas. No soy un dictador. Hay un paso muy importante que no se hab¨ªa dado nunca en la Uni¨®n con anterioridad: elegimos un Tribunal Supremo Constitucional. Es una parte esencial en un Estado de derecho. Si el presidente comete un error o el Parlamento aprueba una ley equivocada, el tribunal puede intervenir.
P. Pero usted dicta sus propios decretos,...
R. Que el Parlamento puede rechazar en una semana. Yo no tengo la ¨²ltima palabra, excepto en el poder ejecutivo, y s¨®lo por un a?o. He delegado mi autoridad en cargos de la Administraci¨®n y en varios representantes del poder local y regional.
P. Lo ha hecho ante la ausencia de elecciones en esos cuerpos, elecciones -que no se celebrar¨¢n hasta finales del a?o pr¨®ximo.
R. S¨ª, porque las reformas deben llevarse a cabo de forma r¨¢pida y radical. Estamos al borde del abismo y con un pie en el aire. Debemos actuar r¨¢pidamente o todo se derrumbar¨¢. Siempre he apoyado las elecciones. En un a?o la gente decidir¨¢.
P. ?Qu¨¦ grupos pol¨ªticos est¨¢n detr¨¢s de usted?
R. No pertenezco a ning¨²n partido. Estoy apoyado por Rusia Democr¨¢tica y el Movimiento para las Reformas Democr¨¢ticas.
P. ...que fue fundado por Edvard Shevardnadze y por el consejero de Gorbachov Alexandr Y¨¢kovIev...
R. ...y deber¨ªa a?adir al recientemente creado Partido del Pueblo para la Rusia Libre. En cualquier caso, habl¨¦ con todos los partidos y movimientos.
P. Y no tiene usted una mayor¨ªa segura. Est¨¢ revoloteando por los partidos.
R. Si no estuvi¨¦ramos luchando por la supervivencia crear¨ªamos un movimiento en los pr¨®ximos seis meses en el que el presidente pudiera encontrar su fuerza, para crear despu¨¦s un sistema real de partidos como en otros pa¨ªses. Durante a?os, la v¨ªa para alcanzar este sistema estuvo bloqueada por el PCUS.
P. Pero, ?no depende a¨²n de la antigua burocracia?
R. Con la disoluci¨®n de 80 m¨ªnisterios de la Uni¨®n, la mayor resistencia se ha roto. En esto, Rusia jug¨® un papel decisivo. Recuerde lo despacio que nos mov¨ªamos en las reformas antes del golpe de Estado, como si llev¨¢ramos pesas en las piernas, siempre d¨¢bamos pasos cortos, superando los obst¨¢culos que nos pon¨ªa el PCUS, y tambi¨¦n Mijail Gorbachov.
P. As¨ª, en cierto sentido, los golpistas le han ayudado...
R. Les retorcimos el cuello a los golpistas. El campo de las reformas ha sido limpiado de minas. Ahora el centro juega s¨®lo un papel menor. Tambi¨¦n Gorbachov ha cambiado. Sol¨ªa virar hacia la izquierda, luego giraba a la derecha y despu¨¦s se quedaba un tiempo en la mitad. Constantemente cambiaba de posici¨®n. Poreso nuestra relaci¨®n era inestable. Yo le advert¨ª sobre los ultras entre los malditos conservadores: no puedes confiar en ellos, te dejar¨¢n en la estacada, te echar¨¢n del Gobierno.
P. Y al final fue Yeltsin el que le rescat¨® de los conservadores.
R. Era lo ¨²ltimo que ¨¦l se esperaba. Y¨¢kovIev, Shevardnadze, seguramente, pero la idea de que Yeltsin pod¨ªa dar la batalla con los golpistas para su liberaci¨®n no era algo que considerara probable. Gorbachov sali¨® de all¨ª como un hombre cambiado. Lo dijo bastante claro: de ahora en adelante, no m¨¢s debilidades; s¨®lo reformas; ahora avanzamos juntos.
P. ?Ser¨¢ Yeltsin un ganador generoso?
R. Yo le dije: personalmente no tengo nada contra usted. As¨ª que vamos a trabajar juntos. Somos un equipo. Mientras Gorbachov no cambie, nuestra alianza continuar¨¢ as¨ª.
P. ?Cu¨¢nto poder tiene Gorbachov ahora?
R. Quiz¨¢ pueda calcularse: aqu¨ª, en Rusia, las encuestas muestran que tengo un respaldo del 70%, frente al 30% de Gorbachov. Respecto al pa¨ªs entero, es df¨ªcil de decir.
P. Usted desear¨ªa crear, junto con Gorbachov, una Uni¨®n de rep¨²blicas soberanas. Pero si no lo consigue, ?deber¨ªa Rusia convertirse en sucesora ega e a antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica?
R. Para no perturbar el intento de unir siete u ocho rep¨²blicas, me parece m¨¢s prudente no responder directamente a esa cuesti¨®n. Gorbachov y yo no deseamos escatimar esfuerzos en nuestro intento de fundar una nueva Uni¨®n.
P. ?Es cierto que el presidente George Bush le ha expresado sus reservas sobre una eventual sucesora de la URSS?
R. No, nunca me ha hablado de eso, a pesar de que recientemente hemos conversado varias veces por tel¨¦fono. Fue Bush quien me llam¨® las ¨²ltimas dos veces. Esto tiene que ver sobre todo con una reducc¨ª¨®n de nuestras armas at¨®micas t¨¢cticas y con la necesidad de un mando central para nuestro potencial nuclear, el 70% del cual se encuentra en Rusia, mientras que el resto est¨¢ en Ucrania, Kazajst¨¢n y. Bielorrusia.
P. Como, la OTAN, usted exige ahora que el mando ¨²ltimo sobre las armas nucleares sovi¨¦ticas se sit¨²e en un solo lugar. ?En sus manos?
R. Ser¨¢n las rep¨²blicas soberanas, por supuesto, quienes decidan esto. No tenemos nada en contra de asumir esta responsabilidad, de modo que Rusia y la Uni¨®n ejerzan un control conjunto. De no ser as¨ª, necesitar¨ªamos un nuevo mecanismo de control que abarcara las rep¨²blicas y que garantizara que nunca pudiera pulsar el bot¨®n una sola persona.
P. ?Qui¨¦n tiene hoy el control real de las armas at¨®micas sovi¨¦ticas?
R. El presidente de la Uni¨®n. Natur¨¢lmente, tenemos el denominado tel¨¦fono de contacto, que nos permite discutir y ponemos de acuerdo sobre el tema: un tel¨¦fono que nos une a Gorbachov, al ministro de Defensa, al jefe del Estado Mayor y a m¨ª y a mis colegas de Kazajst¨¢n y Ucrania.
P. ?Teme que los conflictos nacionales y las disputas fronterizas entre las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas puedan degenerar en una guerra nuclear?
R. No. De hecho, hemos firmado un tratado con Ucrania que faculta a ambas partes a constituir guardias nacionalescuyas estructuras y atribuciones deben ser acordadas con la otra parte. Nunca prestar¨ªamos nuestro acuerdo al armamento nuclear, ni a un Ej¨¦rcito nacional que fuera m¨¢s numeroso que nuestra Guardia Nacional, de Z20.000 o 30.000 hombres.
P. ?Puede existir Rusia sin Ucrania?
R. Mientras siga existiendo cualquier posibilidad de constiuir una nueva Uni¨®n debemos luchar por lograrlo. Son las propias rep¨²blicas las que deben decidir esa cuesti¨®n. Es mejor no interferir. Mientras existan esperanzas, yo no voy a proponer ninguna otra cosa. Todav¨ªa hay fe en una Uni¨®n renovada. Este a?o se tomar¨¢ la decisi¨®n.
P. Usted desea organizar la Federaci¨®n Rusa en Estados o provincias. ?Qu¨¦ estatuto prev¨¦ para los territorios aut¨®nomos y as rep¨²blicas de las nacionalidales no rusas?
R. La reorganizaci¨®n de Rusia en Estados no debe considearse como una estandarizaci¨®n o una p¨¦rdida de identidad. Cada sujeto de la Federaci¨®n debe tener el mismo rango consitucional y las mismas oportunidades para el desarrollo, pero al mismo tiempo deben tenerse en cuenta las diferentes tradiciones, las condiciones locales y la composici¨®n ¨¦tnica.
P. ?Tendr¨¢n derecho grupos como los chechenos y los t¨¢rtaros a separarse del Estado ruso?
R. Bajo nuestra Constituci¨®n, esto s¨®lo ser¨ªa posible despu¨¦s de un refer¨¦ndum popular. El que una regi¨®n deba seguir perteneciendo o no a Rusia afeca al destino de todos; y nadie puede usurpar el derecho a decidir ese destino.
P. ?Y qu¨¦ dice sobre la demanda de autonom¨ªa de los grupos ¨¦tnicos alemanes del Volga? Muchos rusos se oponen a ella.
R. La jefatura rusa tiene un plan concreto. Pronto se constiuir¨¢n uno o dos distritos alemanes para que estos grupos se sienan a gusto.
P. Su pa¨ªs se enfrenta a un duro invierno. ?Bastar¨¢n las reservas rusas y la ayuda internacional para salir del apuro?
R. Rusia tiene suficiente combustible. S¨®lo en lugares aislados habr¨¢ carencias energ¨¦ticas. Pero en lo que se refiere a los alimentos, no lo conseguiremos sin ayuda de Occidente, o del Este...
P. ?Y si no consiguen esa ayuda?
R. Si ya no somos capaces de alimentar a nuestro pueblo, tampoco lo seremos de sacar adelante reformas fundamentales; al contrario, se producir¨¢n revueltas.
P. ?Qu¨¦ necesitar¨ªa Rusia para alcanzar sus ambiciosos objetivos de reforma en 1992?
R. Alimentos. Despu¨¦s, tecnolog¨ªa para el almacenamiento y procesamiento de productos agr¨ªcolas, tecnolog¨ªa para carreteras y transporte... Sus conocimientos t¨¦cnicos, su experiencia en la privatizaci¨®n...
P. ?Conseguir¨¢ Rusia bajo su liderazgo recuperar el respeto y su peso como superpotencia?
R. Puede que yo no viva lo bastante para verlo. Pero no me cabe ninguna duda de que Rusia volver¨¢ a conquistar su posici¨®n.
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