S¨®lo quer¨ªa torear, o nada
Primero lucharon los m¨¦dicos por salvarle la vida pues el volteret¨®n del miura le dej¨® al borde de la muerte; luego, pqrque recuperara los movimientos. Tuvieron pleno ¨¦xito, ¨¦sa es la verdad. No como para que Nime?o II volviera a torear, tal cual quer¨ªa -y s¨®lo eso- pero s¨ª para desenvolverse en el mundo con cierta normalidad.Le ingresaron en el centro para tetraplejicos de Cerbere (Francia), en la falda del Pirineo, a orillas del Mediterr¨¢neo. Cuando fuimos a visitarle, apenas cuatro meses despu¨¦s de la cogida, la sorpresa fue enorme: ?andaba! Su hermano Alain, que siempre acompan¨® al torero, estaba realmente emocionad o. Nos dec¨ªa: "Hace un mes permanec¨ªa pr¨¢cticamente inerme en la cama. La recuperaci¨®n est¨¢ siendo formidable y si contin¨²a as¨ª habremos satisfecho el mejor de nuestros optimismos".
Almorzamos en el restaurante de la cl¨ªnica y, aunque con dificultades, Nime?o manej¨® sin mayores problemas los cubiertos para comer los platos de verdura y de pescado. Despu¨¦s fuimos a su habitaci¨®n. Le hab¨ªan llevado all¨ª un piano electr¨®nico, para que se distrajera con la interpretaci¨®n de piezas musicales -que era una de sus grandes, aficiones- y a la, vez pudiese hacer ejercicios de dedos, complementarios a las dur¨ªsimas tablas de rehabilitaci¨®n a que le somet¨ªan durante horas los especialistas.
Sacrificios inimaginables
Ped¨ª a Alain que nos dejara un ratito solos, para entrevistarle con calma, y Nime?o, que hasta entonces hab¨ªa estado'muy animoso, se desfond¨¦. "?Qu¨¦ va a ser de m¨ª?", ?he preguntaba como pregunt¨¢ndoselo a s¨ª mismo. "No he tenido otra ilusi¨®n en mi vida que ser torero, y para eso he hecho sacrificios inimaginables; lo ¨²nico que s¨¦ hacer es torear.Y si este accidente me lo impide ?cu¨¢l va a ser mi futuro?". Fue muy dram¨¢tico cuando afirm¨® con una expresi¨®n trist¨ªsima en la mirada: "S¨®lo quiero torear, eso o nada".
Efectivamente, Nime?o pele¨® mucho para consolidar su identidad torera y poder entrar en las grandes ferias. Era eficaz banderillero, variado con el capote, procuraba esmerarse en el muleteo lidiador. Ten¨ªa gran cartel en Francia y en varias plazas espa?olas deI Norte, pero dec¨ªa menos en el resto del pa¨ªs. Una actuaci¨®n merit¨ªsima en el coso madrile?o de Las Ventas le abri¨® amplios cr¨¦ditos y poco despu¨¦s ser¨ªa cuando el miura le produjo aquel volteret¨®n brutal que le dej¨® inv¨¢lido y, posiblemente, le haya llevado a la desesperaci¨®n y el suicidio. Un a?o m¨¢s tarde, Julio Robles sufr¨ªa un percance de parecida envergadura, del que a¨²n no se ha podido recuperar. Una gran consternaci¨®n, no cabe duda, invade en esta hora tr¨¢gica el mundo taurino.
Babelia
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