Irritante ajuste de cuentas

Un pueblecito de Francia, primavera de 1945. El pa¨ªs que ha sobrevivido a la ocupaci¨®n aIcmana y a los horrores de la guerra comienza a acostumbrarse. a los primeros d¨ªas de la paz. Pero pronto quedar¨¢ claro que las ruinas fisicas son el correlato visible de la miseria y la sordidez moral de toda una generaci¨®n. de malparados franceses. Una muestra: un muy burgu¨¦s padre de familia -el buen Jean-Pierre Mariellealecciona a su hija sobre los peligros de ciertas relaciones adolescentes; pero en el fondo, lo que le dice es que.ser la amante de un hombre rico no es ninguna tonter¨ªa. Ya desde sus primeras secuencias, Uranus muestra con claridad que su discurso no tendr¨¢ piedad. La Francia que sal¨¦ de la guerra es, para el actor y director Claude Berri -y para Marcel Aym¨¦, el autor de la novela de partida-, un pa¨ªs destrozado desde todo punto de vista. No debe extra?ar pues que la ambig¨¹edad moral, el rev¨¢nchismo y el m¨¢s duro cinismo sean las actitudes que, mejor definen al conjunto de los personajes que pululan por el filme.Antisonismo, colaboracionismo y actitudes de feroz insolidaridad fueron la cruz, poco mencionada en los libros de texto, del hero¨ªsmo de la Resistencia-Como si se tratase de ampliar el registro, Aym¨¦ ilustra las mezquindades de la posguerra y fustigan a todo el mundo, aunque con especial delectaci¨®n a los comunistas, con una ira tonante. Porque si bien es cierto que el novelista pod¨ªa hablar desde la estatura moral que le daba haber participado en la oposici¨®n activa a los alemanes, no lo es menos que Berri se suma ahora a llair du temps para lanzar unas diatribas a las que s¨®lo cabe definir como oportunistas.

Mundo cotidiano

Interesado desde,antiguo por el mundo cotidiano de la gente que no sale en los libros de texto, Berri se demuestra, aqu¨ª excesiva mente alejado de los personajes que retrata. No les da apenas opci¨®n -con la excepci¨®n del que encarna G¨¦rard Depardieu- y a los que mira sin la menor conmiseraci¨®n. Puesto a optar, Berri se sit¨²a en las ant¨ªpodas de Claude Autant-Lara, quien adaptara para la pantalla otro texto de Aym¨¦, La travers¨¦e de Paris, en una de las mejores visiones que sobre la Ocupaci¨®n haya dado nunca el cine franc¨¦s. El fondo es com¨²n: la denuncia del poco ejemplar oportunismo cotidiano de que hizo gala el franc¨¦s medio durante la ocupaci¨®n alemana. S¨®lo que Autant-Lara puso en su filme una gran dosis de cari?o, de humano respeto por sus personajes.En el filme de Berri, lo que comienza siendo una atractiva des cripci¨®n de un microcosmos cotidiano con afanes de met¨¢fora hist¨®rica termina en puro y pesado exceso. La confirmaci¨®n de qub al actor Berri le han podido sus actores. Ah¨ª -es nada decir que Depardieu y hasta Noiret es t¨¢n mal en sus personajes: hay que ser muy poco cuidadoso para que ello ocurra. Y, lo que es peor, el filme termina como un mal ajuste de cuentas que, en otras manos, habr¨ªa dado lugar a la gran pel¨ªcula sobre la pos guerra.