Extranjeros en el frente de Croacia
Un ex periodista dirige los voluntarios internacionales
En las filas de las fuerzas militares croatas que combaten contra el ej¨¦rcito yugoslavo y los irregulares serbios hay un n¨²mero indeterminado de extranjeros. El primer grupo de estas caracter¨ªsticas constituido formalmente act¨²a en el frente de Osijek. Se trata del Prvi Internacionalni Vod (PIV), traducible como primera compa?¨ªa internacional. El perfil de estos extranjeros poco tiene que ver con el del mercenario t¨ªpico y el de los voluntarios que se integraron en las brigadas internacionales en la guerra civil espa?ola.
Johnny, de 25 a?os, es de Chicago. Estudi¨® Ciencias Pol¨ªticas y era entrenador de rugby antes de llegar a Croacia en agosto pasado. Jacques, de 28 a?os, es franc¨¦s. Deambula por las trincheras sin dirigir la palabra a nadie. Hay tambi¨¦n un h¨²ngaro de Vojvodina (hoy provincia de Serbia) que huy¨® a Hungr¨ªa antes de alistarse en las fuerzas croatas.El jefe del grupo es Eduardo Flores, de 31 a?os, nacido en Bolivia y con pasaporte h¨²ngaro que se integr¨® en la Guardia Nacional croata hace seis meses. Flores tiene hoy la graduaci¨®n de capit¨¢n del Ej¨¦rcito croata y antes fue periodista.
"Inicialmente fue una decisi¨®n de romanticismo barato. ?ramos tres extranjeros: un norteamericano, un h¨²ngaro y yo. Llegaron otros, y tras nuestra actuaci¨®n en la defensa de la localidad de Laslovo, donde cayeron nueve de nuestros hombres, el alto mando croata nos legaliz¨® y a m¨ª me nombraron su comandante. Durante dos d¨ªas, en Os?jek hubo largas colas de j¨®venes que se presentaron voluntarios para combatir en el PIV. Seleccionamos a los mejores". Eduardo Flores insiste en que la mayor¨ªa de extranjeros llegaron a Croacia "por razones morales" y que en sus filas "no hay mercenarios".
El ex periodista explica as¨ª su decisi¨®n de cambiar la pluma por el fusil: "Alistarme como voluntario en la Guardia Nacional fue una decisi¨®n completamente irracional, pero tal vez sea la ¨²nica que he tomado en mi vida de la que no me arrepiento en absoluto". Habla de frustraci¨®n y decepci¨®n durante su experiencia como periodista en la guerra yugoslava: "Cuando est¨¢s en un sitio con un mont¨®n de periodistas a tu lado, que est¨¢n viendo lo mismo que t¨², y luego te das cuenta que lo que han escrito notiene nada que ver con la reafidad... Mejor, dejarlo".
Flores ha cortado radicalmente con su pasado. "Hace meses que no llamo a nadie. Ahora mi mundo es Osijek y este peque?o mundo del PIV'. "Mis ¨²nicos valores son la libertad y la democracia. No soy militar profesional y me r¨ªo de los militares profesionales", a?ade. Asegura no tener ninguna intenci¨®n de seguir en el Ej¨¦rcito croata cuando acabe la guerra, aunque piensa quedarse en Croacia.
Distinto a un asesino
Flores dice haber sentido la muerte cerca, "aunque uno se acostumbra". "He vivido ya muchas situaciones l¨ªmite", prosigue. "Yo no podr¨ªa matar a nadie con un cuchillo, vi¨¦ndole la cara. Pero en combate es distinto. Es dif¨ªcil de explicar, pero cuando est¨¢s en lo alto de un ¨¢rbol, con un fusil con mira telesc¨®pica, observando una posici¨®n enemiga, y ves a un chetnik, fusil al hombro, en bicicleta, le das, ves c¨®mo cae y escuchas los gritos de euforia de tus compa?eros. Es una sensaci¨®n distinta de la de un asesino".Chico, como le llaman sus compa?eros, luce un casco lleno de inscripciones y lemas b¨¦licos. "General Flores", dice uno de ellos. Da ¨®rdenes, grita, se enfurece y sus hombres le respetan y le obedecen disciplinadamente. Flores, jud¨ªo, vivi¨® en Bolivia, Chile, Espa?a, Suecia, la URSS, Hungr¨ªa e Israel, donde dice que combati¨® en el Ej¨¦rcito.
En un campo nevado, a varios grados bajo cero, un grupo de hombres cava trincheras y carga minas. Es el batall¨®n de castigo, que compone una imagen que parece sacada de los archivos de la Segunda Guerra Mundial.
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