El triunfo del Atl¨¦tico devuelve el aire a la Liga
Los entrenadores de fuste est¨¢n por encima de las trabas que les ponen los partidos. Sus ideas les sirven para los buenos y los malos tiempos. Antic vive m¨¢s de los n¨²meros que de las ideas, como se vio en el Manzanares. Marc¨® Vizca¨ªno en el primer minuto y se desplom¨® todo el tinglado del yugoslavo. Aldana sali¨® de titular, de aguador en el centro del campo, y un minuto despu¨¦s no le serv¨ªa para nada. Tampoco le sirvi¨® Hierro. Toda su exhuberancia rematadora se difumina en los grandes encuentros y entonces asoman los problemas que crea a Milla. Y se dibuja luego la tremenda soledad de Butrague?o, injustificable en un equipo con pretensiones. Y la prevalencia de los futbolistas m¨¢s discretos sobre los jugadores de clase. Ah¨ª aparece el desprecio por Alfonso, y la tozudez en convertir en protagonistas a Villarroya, Aldana o Hierro. ?se fue el mayor m¨¦rito del Atl¨¦tico de Madrid: sacar todas las carencias del Madrid, escondidas bajo el peso de sus grandes n¨²meros. Su victoria confirma que el Madrid es vulnerable y devuelve el aire a la Liga.El Atl¨¦tico jug¨® c¨®modo, sin alardes, bien distribuido para contener la creaci¨®n de juego del Madrid. Sus ¨²nicas dificultadas vinieron en los momentos siguientes a su primer gol. Quedaron tan conmocionados los rojiblancos como los madridistas. La defensa lineal de Luis estaba demasiado poblada con cinco jugadores y no hab¨ªa forma de poner orden por all¨ª. En uno de los agujeros, Hagi penetr¨® por la izquierda y encontr¨® a Aldana, que remat¨® duro al travesa?o. Era el minuto cuatro y el partido se anunciaba bueno. El Madrid manej¨® el juego durante unos breves minutos, pero incluso en aquellos instantes la crecida madridista se deb¨ªa a las concesiones de sus rivales. El traspaso de Donato al centro del campo, all¨¢ por el minuto 20, acab¨® con el espejismo. El Madrid estaba varado en la cancha. La decisi¨®n de su juego quedaba en manos de Chendo, Villarroya, Aldana y Hierro, con la colaboraci¨®n circunstancial de Hagi. En el mejor de los casos, este grupo s¨®lo asegura la conducci¨®n de la pelota, nunca la producci¨®n de juego. La paradoja del equipo de Antic es que su primer distribuidor, Milla, ha acabado por especializarse en la recuperaci¨®n del cuero. El ¨²ltimo problema del Atletico lo solucion¨® Luis de forma radical: empared¨® a Michel entre Solozabal y Toni. El interior qued¨® anulado. Butrague?o estaba aislado entre la tropa de defensas del Atl¨¦tico. En esas condiciones, el Atl¨¦tico ten¨ªa asegurada la victoria. La precisi¨®n psicol¨®gica de sus dos goles a?adi¨® m¨¢s certeza sobre su triunfo. El partido condenaba todas las teor¨ªas de Antic, inclu¨ªda la estad¨ªstica. Los datos comienzan a revolverse contra el Madrid. El Atl¨¦tico acaba de perder dos partidos ante el Athletic y el Sevilla, pero s¨®lo se encuentra a cuatro puntos del Real Madrid. Hay Liga. Y con todas sus plusmarcas a cuestas, el equipo de Antic no ha ganado ninguno de sus tres ¨²ltimos encuentros. M¨¢s que eso, la derrota del Manzanares es de las que provoca problemas de confianza en los futbolistas. El Madrid se vio sin ning¨²n recurso para superar un partido complicado. En el vestuario se toman notas de estas cosas. Lo m¨¢s probable es que en la plantilla se abra un debate sobre la situaci¨®n real del equipo.
El Real Madrid est¨¢ muchos puntos por encima de su juego y con un dato que avala sus deficiencias: su montaje t¨¢ctico no le ha permitido ganar a ninguno de los equipos de prestigio que ha encontrado hasta ahora. Perdi¨® con el Ajax. y el Oporto durante el verano, y nadie duda que son equipos que ver¨¢ cualquier temporada por Europa. Y en Espa?a, fue muy inferior al Barcelona en Chamart¨ªn y ha ca¨ªdo con justicia frente al Atl¨¦tico, que recupera el pulso, a pesar del empe?o de su presidente por colocarle cada semana al borde del precipicio. Por una vez, el Atl¨¦tico de Madrid ha demostrado fortaleza de car¨¢cter en los malos momentos.
Es la primera derrota del Madrid de la Liga, pero es significativa. Antic siempre ha preferido agarrarse a la eficacia de los resultados que a la calidad del juego. Si alg¨²n d¨ªa se ve rechazado por los n¨²meros, no tendr¨¢ argumentos para sostenerse.
Los r¨¦cords de Antic
Radomir Antic lleg¨® en marzo de 1991 al Real Madrid como soluci¨®n temporal y de emergencia en una de la mayores crisis del club. El equipo hab¨ªa visto dos entrenadores, John Toshack y Alfredo Di St¨¦fano, y estaba enzarzado en una dura lucha electoral. 10 derrotas en la Liga y la eliminaci¨®n de la Copa fueron las razones que colocaron a Antic en el Madrid. Se le ten¨ªa por un t¨¦cnico diplom¨¢tico y con buena mano con los jugadores. Era un remedio bals¨¢mico para una situaci¨®n que parec¨ªa traum¨¢tica.El Madrid perdi¨® los dos primeros partidos con Antic -Burgos y Espa?ol-, pero desde su victoria (4-0) frente al Valencia el 14 de abril no ha vuelto a perder un encuentro de Liga. El Madrid consigui¨® 17 puntos en los ¨²ltimos nueve partidos de Liga y se encaram¨® al tercer puesto. Antic sigui¨®.
Esta temporada, su equipo hab¨ªa conquistado 27 puntos de lbs 30 en juego, un r¨¦cord en la Liga. Esta eficacia le ha sostenido, aunque la contrataci¨®n de Beenhakker en octubre no habla de la confianza de Mendoza en el yugoslavo.
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