Un a?o de cambios
Occidente parece haberse despertado en A?o Nuevo no tanto con resaca como con un agudo estado depresivo. Por todas partes, desde la econom¨ªa hasta el desplome sovi¨¦tico, la gente teme lo peor. La sensaci¨®n de realismo sombr¨ªo est¨¢ justificada, pero no el pesimismo.Tenemos la mayor oportunidad de este siglo de reconstruir la forma del conflicto militar y de utilizar la paz como una forma de encontrarse con los problemas en casa. La tentaci¨®n de los pol¨ªticos es hacer justo lo contrario ( ... ) Pero ahora m¨¢s que nunca, en este nuevo mundo de cambios, los pol¨ªticos necesitan elevar sus miras, tanto por razones de pol¨ªtica interior como por cualquier otra raz¨®n. La paz y la seguridad no vendr¨¢n por s¨ª solas. De hecho, los conflictos que hacen el panorama tan- incierto precisan mucho m¨¢s trabajo duro y negociaci¨®n eficaz que las lentas rondas de negociaciones sobre desarme nuclear. ( ... )
Occidente no gan¨® la guerra fr¨ªa, sino que fue el comunismo el que cay¨® bajo el peso de su propia ineptitud. ( ... ) Al canciller Helmut Kohl le gusta una cita de Bismarck sobre los pol¨ªticos que esperan hasta o¨ªr "los pasos de Dios resonando en los acontecimientos para dar un salto y agarrar una esquina d¨¦ su manto". ( ... ) Kohl aprovech¨® el momento para la reunificaci¨®n alemana. Los dem¨¢s pol¨ªticos ( ... ) deber¨ªan mostrar la misma. capacidad, pero deben - apresurarse, porque el manto est¨¢ pasando ya.
, 5 de enero
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