Pap¨¢ Estado liberaliza el f¨²tbol
Los clubes del Este europeo buscan f¨®rmulas para sobrevivir
En los pa¨ªses del desintegrado bloque comunista, el f¨²tbol se ve obligado a hacer frente a la desconexi¨®n econ¨®mica por parte de los entes estatales que lo hab¨ªan sustentado. Y ello significa que 1992 ser¨¢ un a?o de trastornos. Clubes h¨²ngaros, checos, b¨²lgaros, rusos, ucranianos, serbios y croatas viven una situaci¨®n nueva pero complicada: Pap¨¢ Estado ya no les subvenciona. Deben buscarse la vida. Y ante esa dificultad, la salida general es recurrir a la venta de jugadores, que significa pan para hoy pero hambre para ma?ana... salvo honrosas excepciones.En Budapest estuvo hace poco Ferenc Pancho Puskas como invitado de honor cuando el Honved (defensor de la patria) recuper¨® su antigua denominaci¨®n de Kispost tras desenchufarse del ej¨¦rcito. Inmediatamente la secci¨®n de f¨²tbol se dio cuenta de que no pod¨ªa seguir apoyando a las dem¨¢s secciones y descubri¨® que el 95% de su presupuesto ten¨ªa que cubrirse con las ventas de jugadores.
En Checoslovaquia se vive el mismo proceso. Mientras el Dukla de Praga sufre traum¨¢ticas secuelas de la retirada del ej¨¦rcito, el Slavia sobrevive gracias a una inyecci¨®n de d¨®lares por parte de Boris Korbel, un acaudalado estadounidense de origen checo que se ha hecho due?o del club. El Sparta, que rechaz¨® a Korbel, se apoya ahora en el patrocinio de Opel / General Motors.
En taquillas, los clubes est¨¢n condenados a respetar tarifas comunistas de 48 pesetas la general y 80 la tribuna. Cuando el Sparta fij¨® precios entre 140 y 400 pesetas para su primer partido europeo frente al Glasgow Rangers, hubo protestas y s¨®lo pagaron 11.053 espectadores.
Oleg Romantsev, t¨¦cnico del Spartak de Mosc¨², contempla consternado las consecuencias deportivas. "La temporada pasada", comenta, "eliminamos al N¨¢poles y al Real Madrid y llegamos a las semifinales de la Copa de Europa. Esta temporada perdimos en la primera ronda frente al AEK de Atenas. Tuvimos que vender a cinco jugadores y luchamos para poner un poco de orden en nuestra casa. Quiz¨¢s tardemos cinco a?os en tener otro equipo competitivo". En este contexto, tienen ventaja los m¨¢s avispados en la reconversi¨®n comercial. El Spartak ha salvado los muebles gracias a patrocinadores franceses y coreanos. El CSKA, hist¨®ricamente apoyado por el ej¨¦rcito, basa su futuro econ¨®mico en la explotaci¨®n comercial de un hotel, un restaurante y un casino que acaba de abrir en su ciudad deportiva. El Torpedo est¨¢ siendo dirigido por la empresa automovil¨ªstica Zil. Y uno de los s¨ªmbolos del nuevo orden es Hussam Al-Jalidi, un empresario de origen iraqu¨ª que compr¨® el Krasnaya Presnaya, un equipo de tercera divisi¨®n; lo bautiz¨® con el nombre de sus empresas, Asmaral; lo ascendi¨®; y paga 10 veces m¨¢s que el sueldo medio.
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