Los oficiales del Ejercito Rojo convocan una asamblea en Mosc¨² para hacer oir su voz

SOLEDAD GALLEGO-D?AZ Los oficiales del Ej¨¦rcito Rojo han decidido hacer o¨ªr su voz en medio de la batalla sobre el futuro de las Fuerzas Armadas que ha provocado la desaparici¨®n formal de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y la decisi¨®n de Ucrania de apropiarse de la flota del mar Negro. Los militares han anunciado que celebrar¨¢n una asamblea general el pr¨®ximo d¨ªa 14, en Mosc¨², y que ya se est¨¢n eligiendo delegados en todas las unidades. Amablemente, han invitado a escuchar sus debates a los presidentes de las 11 rep¨²blicas que integran la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

El anuncio de la asamblea ha coincidido con las primeras manifestaciones del presidente Bor¨ªs Yeltsin sobre el enfrentamiento con Ucrania. "La flota del mar Negro continuar¨¢ bajo el mando ¨²nico de la Comunidad de Estados Independientes", asegur¨® momentos antes de iniciar una gira de tres d¨ªas por varias ciudades de la Federaci¨®n Rusa.Yeltsin se mostr¨® tajante e incluso ir¨®nico: "En cualquier caso", dijo, "esa flota no es de Ucrania". Daba a entender que, si alguna rep¨²blica tuviera derecho a reclamarla, su due?o exclusivo ser¨ªa Rusia (que tambi¨¦n tiene costa en el mar Negro), no Ucrania.La batalla parece irse inclinando a favor de Rusia. El presidente ucranio, Leonid Kravchuk, no ha conseguido que los oficiales y marineros le reconozcan como comandante en jefe, aunque todav¨ªa no ha terminado el plazo que concedi¨® (20 de enero). Su maniobra de exigir juramento de lealtad ha despertado, por el contrario, fuertes reacciones contrarias en los mandos de la Armada y en muchos dirigentes pol¨ªticos rusos, que exigen ahora a Yeltsin que "defienda" las Fuerzas Armadas.Temor en el exterior

Kravchuk tampoco ha recibido apoyo internacional, lo que no es extra?o. Si Ucrania se quedar¨¢ con la flota del mar Negro, este nuevo pa¨ªs pasar¨ªa a contar de la noche a la ma?ana con una Armada acostumbrada a patrullar en el Mediterr¨¢neo y ampliamente superior a la espa?ola en su conjunto e incluso a la francesa.Los intentos de provocar la divisi¨®n entre los militares destinados en Ucrania no parecen haber obtenido mucho ¨¦xito. El jefe del Estado Mayor ucranio, general Zhivits, reconoce que s¨®lo han jurado hasta ahora 6.400 de los m¨¢s de 300.000 militares que cumplen servicio en su pa¨ªs y que pr¨¢cticamente todos ellos pertenecen a unidades sin capacidad operativa.Zhivits intenta animar a los uniformados asegurando que ser¨¢ Ucrania la que pague ya este trimestre sus salarios y pensiones. Los mandos de la Armada contraatacan afirmando que Ucrania no tiene medios para mantener unas Fuerzas Armadas tan potentes, y que, pasada la primera euforia, deber¨¢ reducirlas e incluso vender parte del armamento para sufragar el mantenimiento del resto.El debate subi¨® ayer otra vez de tono. El comandante de la flota del mar Negro, el almirante ruso ?gor Katzatonov, que se hab¨ªa mantenido en segundo plano, irrumpi¨® en escena con fuerza: "Est¨¢ perfectamente claro que no juraremos lealtad a Ucrania", afirm¨® desde su cuartel general en el hist¨®rico puerto de Sebastopol. "En esta flota, s¨®lo un 19% de los oficiales es ucranio, y los marineros y suboficiales de esa nacionalidad no superan el 30% del total". El debate sobre la flota del mar Negro, que las dem¨¢s. rep¨²blicas contemplan en silencio, ser¨¢ decisivo para el futuro del Ej¨¦rcito Rojo, pero tambi¨¦n de Rusia y de Ucrania. Los acuerdos aprobados en la CEI establecen que continuar¨¢n bajo mando ¨²nico (en la pr¨¢ctica bajo control de Mosc¨²) todas las fuerzas con el armamento nuclear. Kiev lo interpreta al pie de la letra: todas las dem¨¢s unidades est¨¢n excluidas del pacto.Por el contrario, Rusia -y las autoridades militares- mantiene que tanto la marina como la aviaci¨®n deben estar tambi¨¦n sometidas a la CEI, independientemente de que las unidades concretas manejen armamento nuclear o no.Mientras, el Ej¨¦rcito de Tierra contin¨²a perplejo. Los acuerdos de la CEI permiten que las rep¨²blicas que lo deseen creen sus propias Fuerzas Armadas (Ucrania, Azerbaiy¨¢n y Moldavia ya han anunciado que lo har¨¢n), y nadie ha negado que esos nuevos ej¨¦rcitos utilicen las unidades militares que se encuentran en los respectivos territorios.