El coordinador del Liceo dice que Montserrat Caball¨¦ "tendr¨¢ que ceder"
El Gran Teatro del Liceo de Barcelona sigue viviendo momentos dif¨ªciles. Cuando el problema principal, el del d¨¦ficit de unos 5.000 millones de pesetas, parece entrar en una v¨ªa de soluci¨®n tras un acuerdo institucional, estallan nuevas cr¨ªticas de Montserrat Caball¨¦ exigiendo la dimisi¨®n del director art¨ªstico, Albin H?nserroth. Sobre esta delicada situaci¨®n se pronuncia el director de producci¨®n y coordinaci¨®n, Josep Maria Folch: "Montserrat Caball¨¦ tendr¨¢ que ceder".
Josep Maria Folch, barcelon¨¦s, nieto del escritor Folch i Torres, asumi¨® la direcci¨®n t¨¦cnica y de producci¨®n del Liceo en 1988, despu¨¦s de haberse formado como director de escenario en varios teatros de Ginebra, ciudad en la que realiz¨® sus estudios universitarios.Pregunta. Respecto al tema Caball¨¦, ?qui¨¦n ceder¨¢?
Respuesta. Me parece que tendr¨¢ que ceder Montserrat Caball¨¦.
P. Pero Montserrat Caball¨¦ pide la cabeza de una persona.
R. S¨ª, ?y qu¨¦?
P. ?Se le ofrecer¨¢ la cabeza de esta persona como si de la de Yokanaan se tratara?
R. Espero que no. Ser¨ªa muy triste que tuvi¨¦ramos que funcionar de esta manera. En el fondo son coletazos.
P. ?Coletazos de qu¨¦?
R. De una manera de hacer las cosas que no quiere dejar de ser, pero que me parece que no tiene otra alternativa. Ser¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil encontrar otras v¨ªas m¨¢s honrosas de aceptar que las cosas ya no son como eran. En lugar de pedir la cabeza de una persona, Montserrat Caball¨¦ tendr¨ªa que plantear cosas que tuvieran m¨¢s sentido.
P. ?Qu¨¦ quiere decir con eso?
R. Que no hablamos de lo que hay que hablar.
P. ?Y de qu¨¦ hay que hablar?
R. De cantar, de ¨®pera, de recitales, de conciertos, de fechas.
P. ?Y por qu¨¦ ella no quiere hablar de lo que hay que hablar?
R. Porque se ha obsesionado con una cosa, con una persona.
P. ?Cree que Montserrat Caball¨¦ desistir¨¢ de su actitud?
R. No tengo ni idea.
P. ?Le preocupa?
R. A m¨ª lo que me preocupa es levantarme y encontrarme con que la se?ora Caball¨¦, una persona respetabil¨ªsima, plantee cosas sobre las que no se puede discutir. No podemos empezar a hablar de si el se?or H?nserroth ha de dimitir para que ella vuelva a cantar. Es una cuesti¨®n que no la ha de plantear una cantante de ¨®pera; la decisi¨®n, en todo caso, corresponde al teatro.
Una pantalla
P. ?El enfrentamiento con H?nserroth es una pantalla que tapa un problema mayor?R. Podr¨ªa ser, pero no me arriesgar¨ªa a decirlo. Cuando Montserrat Caball¨¦ anul¨® su participaci¨®n en La Walkiria alegando que se hab¨ªa modificado la escenograf¨ªa, a m¨ª, como responsable t¨¦cnico, me supo muy mal y adem¨¢s era mentira. Los esfuerzos que se realizaron para que ella se encontrar¨¢ bien no quiso valorarlos.
P. ?C¨®mo acabar¨¢ todo esto?
R. Yo pienso que si la coherencia de la gesti¨®n del Liceo se mantiene, en ning¨²n caso se puede plantear la vuelta de Caball¨¦ a cambio de la salida de H?nserroth, no es aceptable. Si se tuviera que aceptar esta salida creo que la cabeza de H?nserroth no ir¨ªa sola.
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