"Quiero irme a casa", ¨²nica declaraci¨®n del jefe de la Stasi ante sus jueces de Berl¨ªn

"Quiero irme a casa", dijo ayer Erich Mielke, de 84 a?os, el que fuera ministro de la Seguridad del Estado en la desaparecida Alemania comunista y, como tal, m¨¢ximo jefe de la Stasi, la odiada polic¨ªa pol¨ªtica, durante la primera sesi¨®n del juicio que se le sigue por la muerte de dos polic¨ªas que, supuestamente, cometi¨® hace m¨¢s de 60 a?os. Estas fueron las ¨²nicas palabras que se dign¨® pronunciar ante el tribunal.Las informaciones de la prensa sensacionalista, en el sentido de que grupos clandestinos de antiguos miembros de la Stasi se dispon¨ªan a liberar a su antiguo jefe, obligaron a las autoridades berlinesas a tomar fuertes medidas de seguridad, que contrastaban con la decr¨¦pita imagen del que fuera el hombre m¨¢s temido del pa¨ªs. El juicio fue trasladado al ala de seguridad de la c¨¦lebre prisi¨®n de Moabit.

El tribunal, seg¨²n el consejo de los m¨¦dicos, ha limitado las sesiones del juicio a un m¨¢ximo de tres horas a la semana. Ayer, por tres veces, Mielke llam¨® a su m¨¦dico a la sala. Los abogados defensores pidieron la suspensi¨®n del juicio, argumentando que dado el tiempo pasado ya no existen evidencias sobre el famoso incidente de la B¨¹lowplatz, en 1931, y que el sumario actual, redactado por jueces del III Reich, fue obtenido por los fiscales nazis a base de tortura.