"Rusia no puede ocuparse de su periferia"

Galina Starovoitova, de 46 a?os, es uno de los personajes malditos de los sectores patri¨®ticos rusos. La semana pasada, estos sectores recibieron su nombre con silbidos cuando alguien la mencion¨® en el Congreso de Fuerzas C¨ªvicas y Patri¨®ticas en Mosc¨². Lo que no sab¨ªan los patriotas es que Galina, acompa?ada del guardaespaldas que la sigue a todas partes, presenciaba la intervenci¨®n del vicepresidente de Rusia, Alexandr Rutskoi, desde el anfiteatro de la sala.Starovoitova es candidata al puesto de ministro de Defensa de Rusia, una vacante que, seg¨²n dice, se ocupar¨¢ en las pr¨®ximas semanas, ya que la Federaci¨®n Rusa ha decidido crear un Ministerio de Defensa propio para ratificar los acuerdos internacionales de armamento. Su candidatura, asegura, es apoyada por varios generales, entre ellos Dimitri Volkogonov, consejero militar de Bor¨ªs Yeltsin. "El primer viceministro del Gobierno y secretario de Estado, Guennadi B¨²rbulis, sin embargo, sonri¨® y dijo que la idea no le parece realista".

Al principio, Starovoitova consider¨® una "broma" la posibilidad de acceder al cargo, pero hoy dice sentir una cierta "tentaci¨®n". Esta etn¨®loga, de profesi¨®n cree que as¨ª "quedar¨ªa asegurada la supremac¨ªa del control civil sobre el estamento ipilitar y cesar¨ªan las rivalidades entre los aspirantes al cargo, incluido el general Konstantin Kobiets, jefe de la Comisi¨®n de Defensa del Parlamento ruso".

Intereses estrat¨¦gicos

Starovoitova ha formado un equipo dedicado a elaborar una nueva concepci¨®n de los intereses estrat¨¦gicos de Rusia. En ¨¦l est¨¢ el antiguo jefe, del Estado Mayor de la URSS, VIad¨ªmir Lobov, relevado poco antes de constituirse la Comunidad de Estados Independientes (CEI).

Rusia, acostumbrada a su papel de imperio y gran potencia, vive hoy una crisis de identidad y busca su lugar en el mundo. El reciente viaje del presidente Yeltsin a Novorosik, el puerto ruso del mar Negro donde se reuni¨® con representantes de la flota, es, seg¨²n Starovoitova, un ejemplo del "cambio de las prioridades en la pol¨ªtica exterior de Rusia que se han desviado desde Occidente a los pa¨ªses de la CEI".

Rusia ha abandonado formalmente el papel imperial, en la medida en que tienen alg¨²n valor los documentos que sustitu¨ªan la URSS por la CEI. En la pr¨¢ctica, las cosas son m¨¢s complicadas. Galina Starovoitova est¨¢ en contra de las reivindicaciones territoriales a otras rep¨²blicas.

Starovoitova piensa que los sectores dem¨®cratas rusos se han dividido en dos grandes bloques: "Los que est¨¢n dispuestos a utilizar la fuerza para mantener la identidad imperial de Rusia y los que no est¨¢n dispuestos a esto". Galina se incluye en el segundo bloque.

Unos y otros tratan de influir en Yeltsin, y los resultados son mixtos. Starovoitova cuenta que Guennadi B¨²rbulis coment¨® con alegr¨ªa el retorno de Georgia al foro com¨²n de las ex rep¨²blicas sovi¨¦ticas. Ella, en cambio, piensa que la violaci¨®n de los derechos humanos puede ser un motivo para no admitir a Georgia en la CEI.

"Bor¨ªs Yeltsin conceb¨ªa la CEI como una agrupaci¨®n de Estados eslavos, y consciente mente dej¨® de lado al presidente de Kazajst¨¢n, Nursult¨¢n Nazarb¨¢iev", apunta Starovoito va, a quien Yeltsin pidi¨® su pron¨®stico sobre el refer¨¦ndum de Ucrania 10 d¨ªas antes de que ¨¦ste se celebrara. Starovoitova dice que Yeltsin se sorprendi¨® ante su estimaci¨®n del voto in dependentista en Ucrania, que fue bastante exacta. En aquella ocasi¨®n, Yeltsin la inform¨® de su proyecto para crear una comunidad de Estados eslavos que respond¨ªa a la idea del escritor ruso Alexandr Solzhenitsin.

La consejera de YeItsin se muestra hoy reservada respecto al potencial estabilizador de la CEI. "Ucrania cree tener al lado un peligroso enemigo, pero es una impresi¨®n falsa, porque en realidad el vecino de Ucrania es un pa¨ªs destruido en el que nadie se propone luchar, aunque haya un grupo de diputados que grite mucho". "La CEI es un acuerdo de caballeros entre presidiarios huidos de la c¨¢rcel que a¨²n est¨¢n atados por la misma cadena", afirma Starovoitova, citando al pol¨ªtico ucranio Yuri Sherbak.

Europa o Asia

Rusia tiene ante s¨ª un dilema ,antiguo: debe decidir si mira hacia Europa, si mira hacia Asia, o si trata de mantener un ojo en cada parte en su calidad de Estado euroasi¨¢tico. Tal como van las cosas hoy, el concepto de Euroasia puede ser sustituido por el de Asiopa.

"Rusia construye hoy su propio Estado, est¨¢ concentrada en su interior y no puede ocuparse de su periferia", dice Starovoitova, que pone en duda la capacidad de Mosc¨² para defender los intereses de los rusos residentes en las rep¨²blicas de Asia central. Estos rusos, que pueden llegar en avalancha a la metr¨®poli como refugiados, son una raz¨®n para no dejar abandonadas aquellas rep¨²blicas a la merced de las corrientes isl¨¢micas fundamentalistas. En una conversaci¨®n a solas en v¨ªsperas de la transferencia de poderes a Yeltsin, el ex presidente de la URSS Mija¨ªl Gorbachov le dijo a Starovoitova que hab¨ªa que luchar para no abandonar a las rep¨²blicas asi¨¢ticas.

Los intereses del Estado ruso son cuestionados por las tendencias nacionalistas y separatistas que surgen en su propio seno. Galina Starovoitova cree que se ha incrementado el separatismo regional, aunque ¨¦ste no tiene la magnitud del problema nacionalista.

Starovoitova ve tres posibles aglutinantes de la idea estatal rusa. Por una parte, la religi¨®n cristiana, que, pese a extenderse, no puede cubrir el vac¨ªo dejado por el sistema comunista. Por otra, los valores culturales occidentales, que impregnan las capas ilustradas de las grandes ciudades, y por ¨²ltimo el fascismo ruso, que tiene un gran potencial en provincias y que cuenta con una gran multitud de gente pobre y desideologizada.

"La situaci¨®n hoy en Rusia", dice Starovoitova, "recuerda en mucho la situaci¨®n en Alemania despu¨¦s de la I Guerra Mundial". "Yeltsin est¨¢ condenado y nosotros con ¨¦l", afirma la consejera del presidente, que ve deteriorarse el capital obtenido por Yeltsin en las urnas y por su intervenci¨®n en el golpe de agosto. "Est¨¢ claro que este Gobierno est¨¢ condenado, aunque algunos pol¨ªticos pueden conservarse gracias a su popularidad personal".