'Vacas' descubre a un buen cineasta espa?ol
La pel¨ªcula espa?ola Vacas se present¨® la noche del martes en el Panorama, la secci¨®n m¨¢s viva de la Berlinale. Fue bien acogida, porque es una obra inteligente, poderosa y sorprendente si se tiene en cuenta la escasa experiencia profesional de su director, Julio Medem, un donostiarra de alrededor de 30 a?os, que ha elaborado con notable rigor un complejo filme metaf¨®rico, un poema tr¨¢gico sobre la vida rural en el Pa¨ªs Vasco. Por su parte, la secci¨®n oficial gan¨® altura con Il capitano, del sueco Jan Troell, y sobre todo con la excelente Ruan Ling Yu, del chino de Hong Kong Stanley Kwan.
No se o¨ªa respirar al p¨²blico durante la proyecci¨®n de Vacas, una rara pel¨ªcula localista que llega, a golpe de imagen, a cualquier parte del mundo. Es un relato muy peculiar, porque no est¨¢ compuesto de forma narrativa al modo convencional, sino poem¨¢tica, metaf¨®rica, ritual, en las proximidades de un ceremonial -con todo lo que tiene de sagrado, violento y brutal- de corte tr¨¢gico. Sin embargo, sin dejar de ser ante todo un poema es tambi¨¦n un relato: el de casi un siglo de la vida -el que hay entre la primera guerra carlista y la guerra civil de 1936- de una aldea vizca¨ªna formada por dos caser¨ªos habitados por dos familias que se odian y se entrelazan hasta la muerte, generaci¨®n tras generaci¨®n.Testigos mudos de este largo y devastador ritual de odio y de convivencia, son los ojos de las vacas que merodean en las colinas del valle y en su punto de en cuentro, un frondoso bosque
Son ojos oscuros como pozos y, como en el interior de los pozos, en su interior reina s¨®lo el silencio. La pel¨ªcula est¨¢ hecha de silencios y de los secos ruidos que generan silencios. La banda sonora del filme es, por ello, un rasgo esencial y uno de sus m¨¢s altos logros. Y no se trata s¨®lo de la bella m¨²sica que acompa?a a la imagen, sino de la propia cadencia musical de la imagen en cuanto tal.
Esto da idea de la dificultad del filme y del riesgo formal sobre el que se mueve. Su transcurso est¨¢ siempre en el borde de lo excesivo y, no obstante, se mantiene con maneras equilibradas. Su enorme violencia est¨¢ llena de un parad¨®jico sentido de la mesura, lo que la hace casi inexplicablemente cre¨ªble. Y es que la pel¨ªcula busca la forma de expresar lo inexpresable: un misterio, el misterio que se esconde detr¨¢s del tiempo viciado de la vida de un conjunto de personas que a?o tras a?o y d¨¦cada tras d¨¦cada, guardan un terco silencio entre los estallidos sangrientos de su amor y su rencor rec¨ªprocos.
Pocas veces se ha visto en una pantalla una manera tan directa de penetrar en las ra¨ªces de una locura colectiva; es decir, de una guerra fratricida. Sirvi¨¦ndose de mitos y met¨¢foras ancestrales, M¨¦dem construye una pel¨ªcula de ins¨®lita y pentrante actualidad: tal vez la incursi¨®n m¨¢s seria y grave que se ha hecho en los entresijos de la tragedia del Pueblo Vasco y, por ello, dentro de sus locas y sangrientas ramificaciones de hoy, cualquier d¨ªa de estos en cualquier esquina.
La pel¨ªcula adolece, no obstante, de un defecto de acabamiento: aprieta en formidables s¨ªntesis po¨¦ticas un siglo de vida y, en cambio, se desparrama en divagaciones durante la secuencia final, que abarca un solo d¨ªa. Un golpe de arr¨ªtmia cierra as¨ª una pel¨ªcula que es toda ella un alarde de buen ritmo. Medem termina Vacas con una secuencia que pertenece a otra pel¨ªcula, pues est¨¢ compuesta con otro tempo, lo que desorienta al espectador y rompe el hilo de su atenci¨®n en el momento donde m¨¢s necesitaba mantenerlo tenso.
Falta de dominio del tiempo se percibe tambi¨¦n en la, por otro lado magn¨ªfica, reconstrucci¨®n que el joven cineasta chino Stanley Kwan ha realizado de la vida y la muerte por suicidio, en 1935, de una popular actriz china del cine mudo, cuyo nombre da t¨ªtulo al filme: Ruan Ling Yu. Es una de las mejores pel¨ªculas que se han visto en la competici¨®n y podr¨ªa, con toda justicia, aspirar a uno de los premios.
En cambio, el veterano Jan Troell domina a la perfecci¨®n el tiempo de Il Capitano, pero se trata de un filme muy hinchado y que al final resulta ya visto.
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