Debate p¨²blico y difamacion
JUSTIFICAR EL nuevo delito de difamaci¨®n -incorporado al anteproyecto de C¨®digo Penal- en la necesidad de contar con un instrumento eficaz frente a los excesos de la prensa es dif¨ªcilmente defendible desde el derecho penal y constitucional. Otra cosa es que alguien pretenda crear un clima de autocensura que produzca efectos parecidos a los de la censura previa, expresamente prohibida por la Constituci¨®n. La respuesta a la tendencia, bastante frecuente en los ¨²ltimos tiempos, d¨¦ algunas personas con acceso a los medios de comunicaci¨®n a decir lo primero que les venga a la boca o a la pluma, incluyendo aquello que pueda da?ar gravemente el honor o la fama de los aludidos, no est¨¢ en tapar la boca a todo posible emisor, del mismo modo que la defensa frente a los que abusan de un derecho no puede estar en la supresion de ese derecho. La respuesta pasa por las reformas procedimentales que permitan una respuesta r¨¢pida de los tribunales a las reclamaciones de los perjududicados. Pero tambi¨¦n por la elevaci¨®n del tono de los de bates entre los personajes p¨²blicos, cuya frecuente zafiedad no depende de su reflejo en los medios, y por la ya urgente autorregulaci¨®n de los periodistas, de forma que los usuarios de los medios sepan expl¨ªcitamente bajo qu¨¦ criterios trabajan unos profesionales y otros, y elijan sin posibilidad de enga?o. En todo caso, no hay que olvidar que la democracia es un, r¨¦gimen de libertad -de expresi¨®n y de in formacion, entre otras- y que sus l¨ªmites penales de ben ser lo m¨¢s tenues posible si no se le quiere transformar en algo distinto o incluso en su contrario. La libertad de opini¨®n y de cr¨ªtica social, manifestada fundamentalmente a trav¨¦s de los medios, no puede ser sacrificada al humor o las apetencias de quienes tienen la representaci¨®n en el ¨¢mbito pol¨ªtico y social. Los costes de esta representaci¨®n deben ser asumidos por quienes la ostentan y no intentar librarse de ellos mediante el recurso de mantener en libertad vigilada algunos derechos fundamentales.
Pero esto ¨²ltimo es lo que trasluce la redacci¨®n del t¨ªtulo sobre los delitos contra el honor, y muy especialmente del de difamaci¨®n, del borrador de nuevo C¨®digo Penal. No existe jurista o analista pol¨ªtico que no haya visto en los medios de comunicaci¨®n el principal destinatario de ese t¨ªtulo. Y ello con el objetivo de levantar un espeso muro penal -c¨¢rcel, multa y extra?amiento profesional- tras el que pueda resguardarse la clase pol¨ªtica frente a los riesgos de la informaci¨®n y de la cr¨ªtica. La ambig¨¹edad del nuevo delito de difamaci¨®n, las referencias al de calumnias reiteradas, la supresi¨®n de la exceptio veritatis en las injurias a funcionarios, el reforzamiento del desacato, la sanci¨®n, de inhabilitaci¨®n especial del periodista e incluso del director de la publicaci¨®n, son innovaciones que trazan un l¨ªmite penal dif¨ªcilmente compatible con la libertad de expresi¨®n y el derecho a la informaci¨®n. Pero, adem¨¢s, constituyen una agresi¨®n directa a los profesionales de la informaci¨®n -los ¨²nicos a los que el anteproyecto de nuevo C¨®digo Penal se?ala expresamente como presuntos delincuentes-, ponen en entredicho la legitimidad de su funci¨®n social y son una seria hipoteca al libre funcionamiento de la empresa period¨ªstica.
Es de esperar que en el largo proceso de elaboraci¨®n del nuevo C¨®digo Penal la mesura se imponga y no llegue a consumarse un desprop¨®sito que pone patas arriba principios b¨¢sicos del derecho penal como el de intervenci¨®n m¨ªnima -se dar¨ªa el contrasentido de que la protecci¨®n penal del honor fuera mucho m¨¢s fuerte y m¨¢s amplia que la civil-. El Consejo General del Poder Judicial, a cuyo dictamen est¨¢ sometido actualmente el anteproyecto, no puede dejar de poner las cosas en su sitio y de, velar para que el nuevo C¨®digo cumpla realmente su cometido: ser un instrumento -el m¨¢s en¨¦rgico de todos- para la defensa de los valores y derechos constitucionales y de ning¨²n modo una amenaza contra cualquiera de ellos. S¨®lo as¨ª se evitar¨¢ cualquier tipo de patente de corso.
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