Ocio 'Made in USA'
J. V. La cultura del ocio est¨¢ ya muy norteamericanizada en Francia. Seis millones de ni?os ven cada domingo en la cadena televisiva TF-1 el programa Disney parade, y 1,7 millones de oyentes escuchan cada s¨¢bado en RTL Qu¨¦ hay de nuevo en la casa de Disney. Son esos chavales que adoran las zapatillas deportivas Nike, los vaqueros Levi's, las camisetas y cazadoras con emblemas de universidades o equipos de b¨¦isbol norteamericanos, la m¨²sica de Michael Jackson, todo lo relacionado con el rap y las hamburguesas de McDonalds.
En la ¨²ltima d¨¦cada, la presencia de pel¨ªculas norteamericanas en las salas francesas ha pasado del 31 % al 59%. Constatando que, por el contrario, el mercado estadounidense, "el mejor protegido del mundo", s¨®lo acepta un 2% de obras extranjeras, Dominque Wallon, director del Centro del Cine Franc¨¦s, denuncia la existencia de "una pol¨ªtica imperialista de monopolio" en el intercambio de im¨¢genes entre Europa y Estados Unidos.
En materia de televisi¨®n o discos viene a ocurrir lo mismo. Pese a las cuotas que protegen la, producci¨®n nacional y europea, la proporci¨®n de obras norteamericanas difundidas por los canales de televisi¨®n franceses se elev¨® en 1990 al 31,4%. Los productos de Estados Unidos representaron ese a?o el 45,5%, del mercado discogr¨¢fico franc¨¦s.
Desde hace 25 a?os el fil¨®sofo Michel Serres ense?a en Estados Unidos, y, sin embargo, afirma: "No estoy dispuesto a renunciar a mi lengua, mis gustos y mi modo de vivir. Cuando veo esas palabras norteamericanas en los muros de Par¨ªs, tengo ganas de hacer la resistencia".
Pero no todo el mundo protesta por estos datos. El pensador liberal Jean-Fran?ois Revel se levanta contra cualquier forma de proteccionismo cultural frente a Estados Unidos. "Los europeos", afirma, "rabiamos al ver que los norteamericanos han conseguido introducir en los medios de comunicaci¨®n de masas las recetas milenarias del gran espect¨¢culo popular: el melodrama, las hadas, lo espantoso, el misterio, la farsa, la violencia, los vicios y virtudes elementales". El problema estriba, en su opini¨®n, en que hay que escoger "entre la subvenci¨®n y la libertad".
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