"Luchar¨¦ por una transici¨®n a la democracia que siga el ejemplo espa?ol"
Sali Berisha, cardi¨®logo de 48 a?os, nacido en Tropoja, en la alta monta?a del norte de Albania, es el nuevo hombre fuerte, y con seguridad el primer presidente democr¨¢tico de este peque?o pa¨ªs adri¨¢tico que emerge de cinco d¨¦cadas de un terror comunista sin parang¨®n en toda Europa. Vanidoso y egoc¨¦ntrico seg¨²n los cr¨ªticos que tiene tambi¨¦n en su propio partido, pero inmensamente popular, ha demostrado una gran habilidad, rapidez e inteligencia en los ¨²ltimos dos a?os para construir un partido de la nada y demostrar a los albaneses que hay alternativa al miedo y a la miseria que han sufrido. Tuvo carn¨¦ del Partido del Trabajo (PTA, comunista) como todo aquel en Albania que quiso estudiar y hacerse con las migajas de cultura que dejaba penetrar el r¨¦gimen en el pa¨ªs, pero es de las personas que parecen sufrir menos las taras psicol¨®gicas que la humillaci¨®n cotidiana ha infligido a la poblaci¨®n de Albania."La dictadura de Franco no fue ni de lejos tan feroz como la de Enver Hoxha en Albania. Espa?a no se aisl¨® del mundo. La nuestra ha sido una tragedia sanguinaria que debemos superar ahora todos juntos. Conf¨ªo en lograrlo, porque tengo confianza en la sabidur¨ªa y prudencia de nuestro pueblo. Tenemos que aprender del ejemplo espa?ol, porque en esto es el mejor del mundo", se?ala.
Ajeno a la 'nomenklatura'
Berisha, cabrero en su infancia, de familia campesina, es el primer l¨ªder de Albania que no procede de la cerrada nomenklatura creada en este pa¨ªs en torno a Enver Hoxha y los m¨¢s fan¨¢ticos comunistas que en las brigadas partisanas hicieron la guerra a italianos, alemanes y a su propio pueblo. Es consciente de que las expectativas de su pueblo son grandes y dif¨ªciles de satisfacer en un pa¨ªs virtualmente en ruinas como el que ahora hereda. "Nos vamos a esforzar por no decepcionar", dice. "La frustraci¨®n y la desesperaci¨®n ser¨ªan muy peligrosas para la democracia. Lo primero ahora es restablecer el orden y poner fin al caos y a la anarqu¨ªa que dominan el pa¨ªs".
Con la anunciada nueva Constituci¨®n que, con m¨¢s_de dos terceras partes de los esca?os del Parlamento, su partido podr¨¢ redactar sin problemas, Berisha considera prioritaria esta reinstauraci¨®n de la ley. "En primer lugar debemos organizar las elecciones locales. Ser¨¢n en uno o dos meses como m¨¢ximo. El poder municipal jugar¨¢ un papel vital en restablecer el orden".
Respecto a Ramiz Alia, el sucesor del dictador Enver Hoxha que, aunque heredero e ¨ªntimo colaborador de ¨¦ste, a¨²n es presidente de la rep¨²blica, Berisha se niega a especular sobre su posible encarcelamiento o exilio, y vuelve a referirse a la reconciliaci¨®n nacional espa?ola. "Ser¨¢ el Parlamento el que decida su futuro. Como dije, soy partidario del ejemplo espa?ol y contrario a todo enfrentamiento y venganza".
El l¨ªder de la nueva Albania niega que su pa¨ªs se est¨¦ convirtiendo en una cabeza de puente de Estados Unidos en los Balcanes como sugieren los, estrechos contactos de su partido con la Embajada norteamericana en Tirana y el Departamento de Estado. "Tenemos muy buenas relaciones con EE UU y estamos muy ligados a ¨¦l. Nos ha ayudado mucho en este periodo, y lo agradecemos. Pero tambi¨¦n nos ayud¨® Europa occidental, y no lo olvidamos. Adem¨¢s Albania es un pa¨ªs europeo, y nuestra vocaci¨®n y nuestro destino est¨¢n en la Europa democr¨¢tica. Nuestra prioridad ser¨¢ siempre Europa. Albania necesita ahora ayuda para reconstruir este pa¨ªs destruido, y esperamos la europea tambi¨¦n la espa?ola. Necesitamos ante todo ayuda econ¨®mica y t¨¦cnica para poner en movimiento este pa¨ªs arruinado".
Berisha anunci¨® nada m¨¢s conocerse los primeros resultados que la nueva Albania otorgar¨¢ la ciudadan¨ªa de este Estado a todos los albaneses all¨¢ donde est¨¦n. Esta medida podr¨ªa aumentar el siempre latente peligro de enfrentamiento con los vecinos, especialmente con Serbia, donde viven, bajo una dura represi¨®n de Belgrado, m¨¢s de dos millones de albaneses, casi tantos como en la propia Albania.
Berisha, cuya mujer es de un clan alban¨¦s de Kosovo, no comparte estos temores. "Vamos a defender los derechos humanos y nacionales de los albanees en Kosovo y de las tierras albanesas en Yugoslavia. Haremos todo lo posible para que, de acuerdo con los principios de Helsinki y la Carta de Par¨ªs, disfruten del derecho de autodeterminaci¨®n. Plantearemos el problema de Kosovo y la cuesti¨®n nacional albanesa en los organismos internacionales".
"Yo no sufro de ning¨²n s¨ªntoma de nacionalismo, pero esta cuesti¨®n debe resolverse con justicia", a?ade el dirigente. "Europa debe contribuir a solucionar esta cuesti¨®n, y yo tengo mi confianza puesta en Europa. Albania actuar¨¢ con firmeza para ser la patria de todos los albaneses, una patria justa y democr¨¢tica. No queremos provocar a nadie, pero no vamos a negar a nuestros hermanos albaneses sus derechos en Kosovo ni en ninguna otra parte del mundo".
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