Histeria en Filadelfia al conocerse que un enfermo de si a pudo infectar a cientos de personas
La histeria se ha apoderado de la ciudad de Filadelfia, en la costa este de Estados Unidos, despu¨¦s de saberse que un enfermo de sida puede haber infectado a cientos de personas en los ¨²ltimos a?os. Desde que las autoridades de la ciudad informaron el viernes de las sospechas sobre las actividades de Edward Savitz, m¨¢s de 500 personas han llamado a los tel¨¦fonos de las asociaciones sobre control de sida para comunicar que creen haber sido contagiadas por el hombre a quien se identifica ya como el T¨ªo Ed.
Edward Savitz es un ejecutivo de 50 a?os que est¨¢ al frente de su propia compa?¨ªa de seguros y asesoramiento. Entre los vecinos de su apartamento del piso 23 de un lujoso edificio del centro de Filadelfia era conocido por su habitual relaci¨®n con muchachos mucho m¨¢s j¨®venes, que frecuentaban su vivienda.Savitz fue detenido el pasado mi¨¦rcoles para investigar una acusaci¨®n contra ¨¦l de dos menores de edad que le acusaban de "depravaci¨®n sexual". El acusado fue puesto en libertad bajo fianza, aunque se le aconsej¨® someterse a tratamiento psiqui¨¢trico, a lo que el, ejecutivo accedi¨®.
El esc¨¢ndalo comenz¨® cuando el fiscal del distrito anunci¨® el viernes pasado que Savitz era enfermo de sida desde hace m¨¢s de un a?o y que era portador del virus desde hace m¨¢s de dos. El fiscal declar¨® tambi¨¦n que "el acusado ha mantenido desde hace a?os relaciones sexuales con varios cientos de j¨®venes varones de edades comprendidas entre los 15 y los 19 a?os". La noticia caus¨® tal conmoci¨®n en la ciudad que las autoridades, temorosas de que Savitz fuera objeto de un linchamiento, volvieron a detenerle el s¨¢bado.
El caso ha provocado en Filadelfia una campa?a tan intensa contra los enfermos de sida y contra los homosexuales que las autoridades han tenido que advertir que no existe peligro para nadie que no tuviera una relaci¨®n sexual anal con el detenido y que ni sus vecinos, ni sus amigos, ni sus compa?eros de trabajo, ni las esposas de ¨¦stos, ni el resto de la gente que tuvo contacto no sexual con ¨¦l tiene por qu¨¦ tener miedo alguno.
En pocos d¨ªas la historia se ha convertido en un tema permanente en la prensa norteamericana no s¨®lo por el fen¨®meno social que ha supuesto, sino por los ingredientes morbosos que tiene el caso. Algunos de los j¨®venes que se han comunicado con las autoridades han revelado que el T¨ªo Ed les compraba sus excrementos por 10 d¨®lares y sus calzoncillos y calcetines sucios por cinco d¨®lares. La polic¨ªa encontr¨® en el apartamento de Savitz 187 bolsas de basura con ese tipo de fetiches, as¨ª como m¨¢s de 5.000 fotograf¨ªas de j¨®venes desnudos.
Esc¨¢ndalo innecesario
Las organizaciones de defensa de los enfermos del sida han acusado al fiscal del distrito de causar un esc¨¢ndalo innecesario, ya que el acusado no ten¨ªa relaciones sexuales con casi ninguno de los chicos con los que sal¨ªa. "La gente est¨¢ asustada y la historia es repulsiva, pero en la mayor parte de los casos que se han conocido las actividades de Savitz no implicaban riesgos de contagio de sida", dice Francis Stoffa, directivo de una organizaci¨®n de lucha contra el VIH.La mayor¨ªa de la gente que ha hecho p¨²blica su relaci¨®n con T¨ªo Ed ha confesado que el acusado les pag¨® por mantener sexo oral con ¨¦l, lo que, seg¨²n los expertos, no supone un grave riesgo de contagio. S¨®lo uno de los comunicantes, seg¨²n Stoffa, dijo que hab¨ªa mantenido una relaci¨®n anal. Entre los que tienen miedo est¨¢n las novias de los j¨®venes que conocieron a Savitz. El abogado del ejecutivo tambi¨¦n ha criticado al fiscal por el sensacionalismo que le dio al asunto y dijo que no hay manera de conocer con exactitud el n¨²mero de j¨®venes que hab¨ªan mantenido relaciones sexuales con su defendido. Los responsables de la acusaci¨®n sostienen que Savitz estaba obligado a confesar su enfermedad a todos los j¨®venes con los que sostuvo alg¨²n tipo de relaci¨®n sexual.
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