Plusmarca de impopularidad
Una encuesta realizada el domingo a la salida de los colegios electorales revel¨® que el 68% de los votantes deseaban el cese inmediato de la primera mujer en acceder a la jefatura del Gobierno franc¨¦s. En diez meses en el H?tel Matignon, Edith Cresson ha batido todas las plusmarcas de impopularidad establecidas por sus predecesores de derecha o izquierda. Y, como afirma la ex ministra y escritora Fran?oise Giroud, "el machismo ha tenido poco que ver" en ese fracaso. Si hay que buscar culpables, Giroud, como la mayor¨ªa de los franceses, dirige su mirada a Mitterrand.El 15 de mayo de 1991, al nombrar a Cresson primera ministra, Mitterrand pretend¨ªa atajar el descenso en la popularidad de los socialistas, pero el electrochoque que buscaba fue fugaz. A las dos semanas, Cresson ya estaba quemada. A los seis meses, la mayor¨ªa de sus compatriotas deseaban su reemplazo.
Los franceses nunca comprendieron por qu¨¦ Mitterrand se desembaraz¨® de Michel Rocard, un primer ministro discreto, leal y trabajador, que, excepci¨®n hecha de Jacques Delors, es el socialista m¨¢s popular del pa¨ªs. O mejor dicho, comprendieron que Mitterrand despidi¨® a Rocard por la man¨ªa personal que tiene al hombre que pretendi¨® disputarle el liderazgo del socialismo franc¨¦s y sigue aspirando a sucederle.
De ser aceptada con simpat¨ªa por su condici¨®n de mujer, Cresson pas¨® a ser vista como la criatura de un Mitterrand identificado por la opini¨®n p¨²blica con el paro y la corrupci¨®n. La primera decepci¨®n lleg¨® con la composici¨®n del gabinete. El presidente impuso que todos los elefantes socialistas y sus amigos personales guardaran sus carteras. Eso confirm¨® que Cresson no ten¨ªa margen de maniobra.
Mala suerte
Cresson ha tenido mala suerte. Al poco de su nombramiento se hizo p¨²blico el estancamiento de la econom¨ªa francesa y se anunci¨® que el pa¨ªs entraba en la recta final que le conduc¨ªa a los 3 millones de parados. Poco despu¨¦s, los suburbios registraban un aumento de fiebre juvenil. Los esc¨¢ndalos pol¨ªticos y financieros siguieron saliendo a la luz, la ultraderecha progresando y el aislamiento internacional de Francia profundiz¨¢ndose. Cresson cosech¨® de inmediato la herencia negativa de la larga presidencia de Mitterrand.La oposici¨®n de centro y de derecha ha sido implacable con ella. El ex ministro Charles Pasqua la tild¨® de "el loro de Mitterrand". La vieja y estrecha relaci¨®n personal y pol¨ªtica entre Cresson y Mitterrand llev¨® a un diputado de la oposici¨®n a bordear los l¨ªmites de la correcci¨®n al llamar a la primera ministra Ia Pompadour socialista", en alusi¨®n a la amante y consejera pol¨ªtica del rey Luis XV.
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