"Los extremistas kurdos tendr¨¢n guerra"
Suleiman Demirel, el primer ministro turco, es bien conocido por su longevidad pol¨ªtica. Desde octubre, se encuentra, por s¨¦ptima vez, a la cabeza del Gobierno, cohabitando, con no pocas dificultades, con su adversario pol¨ªtico, el presidente Turgut Ozal. Su proyecto es el de conciliar el kemalismo, la doctrina moder nizante de Mustaf¨¢ Kemal Ataturk, con las ra¨ªces de una Turqu¨ªa profunda, esencialmente rural, lo que le ha llevado a veces, a enfrentarse duramente con los militares defensores de la ortodoxia kemalista.
El destino quiere que Suleiman Demirel se encuentre al tim¨®n del Gobierno turco en una importante pero delicada fase hist¨®rica. La desaparici¨®n de la URSS abre a su pa¨ªs nuevas y excepcionales perspectivas en Asia Central mientras contin¨²a su marcha hacia Europa. Pero, al mismo tiempo, la explosi¨®n en estos momentos del problema kurdo supone graves peligros. Demirel los valora con firmeza y serenidad. "Si los extremistas kurdos quieren guerra, la tendr¨¢n", dice.Seg¨²n ¨¦l, la culpa de que no haya podido cumplir con su promesa de que los kurdos tengan un Nour¨®z (A?o Nuevo) en paz es "de los asesinos", como denomina al ilegal Partido Kurdo de los Trabajadores (PKK). "Si entre la multitud hay militantes del PKK armados que comienzan a disparar, ?qu¨¦ se puede espera0% pregunta. "Abren fuego contra la polic¨ªa, el Ej¨¦rcito, las sedes institucionales. ?A qui¨¦n se debe acusar? ?A las fuerzas del orden o a esa gente?, El culpable, es el primero que ha empezado a disparar".
Pregunta. Sin embargo, hay quien afirma que fueron las propias fuerzas del orden, las que comenzaron el tiroteo.
Respuesta No tiene sentido. ?Qui¨¦n puede creerse esto? Nadie. No existe una raz¨®n l¨®gica. ?Por qu¨¦ deb¨ªan empezar a disparar los soldados?, ?qu¨¦ sentido tendr¨ªa esto? No se crea nada de todo esto.
P. Se habla de un n¨²mero de v¨ªctima muy elevado, cerca de setenta.
R. Seg¨²n mis informes, 37.
P. El l¨ªder del PKK, Abdul¨¢ Ocal¨¢n, declara que, despu¨¦s de todo lo sucedido, todos los d¨ªas habr¨¢ derramamiento de sangre.
R. El que tenga intenci¨®n de hacer eso, que lo haga. Nuestro pa¨ªs es grande, es un gran Estado democr¨¢tico, y estas palabras, como cualquier tipo de amenaza, no nos intimidan. Que vaya adelante con estos prop¨®sitos, despu¨¦s tendr¨¢ realmente de qu¨¦ lamentarse.
P. Sadam Husein ha sido condenado por el mundo entero por la represi¨®n contra los kurdos. Ahora, Turqu¨ªa tambi¨¦n se encuentra en una situaci¨®n an¨¢loga. ?Cu¨¢l es la soluci¨®n a este problema?
R. Turqu¨ªa es un pa¨ªs unido, y los pueblos que viven aqu¨ª son todos iguales, son ciudadanos con igualdad de derechos..
P. Lo que falta a- los kurdos es el reconocimiento de la autonom¨ªa.
R. La tienen. Eligen a sus alcaldes, a sus diputados. Pueden acceder a cualquier carrera y posici¨®n. Por ejemplo, jueces, industriales. Pueden residir en cualquier parte de Turqu¨ªa. Hace miles de a?os que convivimos y nos queremos. Nos conocemos y estamos unidos.
P. A prop¨®sito de su vecino iraqu¨ª, ?sigue pensando que Sadam Husein, despu¨¦s de la guerra del Golfo, todav¨ªa se reserva alguna sorpresa?
R. No creo que le haya quedado fuerza para hacerlo. Se ha da?ado a s¨ª mismo y a su pa¨ªs, y contin¨²a haci¨¦ndolo. La verdad es que todo el mundo se puso en contra de ¨¦l. Deber¨ªa saber que un hombre solo no puede luchar contra el mundo entero. Tarde o temprano, deber¨¢ encontrar una soluci¨®n.
Los problemas de Gaddafi
P. Bush la ha tomado ahora con Gaddafi, a pesar de que el l¨ªder libio hablase anteriormente de forma positiva sobre sus relaciones con Estados Unidos. ?Es un error norteamericano?
R. No estoy en condiciones de juzgar estos hechos. Libia se encuentra en una posici¨®n muy curiosa. Ha mostrado a la opini¨®n p¨²blica mundial a los dos libios como sospechosos. Se ha creado una situaci¨®n emotiva, los familiares de las v¨ªctimas buscan a los culpables, y si Estados Unidos y los dem¨¢s pa¨ªses dicen que son los dos libios, ¨¦stos tienen las de perder. Si Gaddafi los entrega tendr¨¢ problemas, pero, si no lo hace, tambi¨¦n los va a tener.
P. ?Podr¨ªa Turqu¨ªa asumir el papel de mediador entre el mundo ¨¢rabe y Occidente, haciendo posible el di¨¢logo?
R. No es f¨¢cil. El mundo ¨¢rabe es un mundo cerrado. Tambi¨¦n el occidental. Desde el punto de vista pr¨¢ctico, no s¨¦ c¨®mo resultar¨ªa. Nosotros, en Turqu¨ªa, tenemos la democracia, que todav¨ªa debe avanzar, de acuerdo. Pero en el mundo ¨¢rabe, por ahora, ning¨²n pa¨ªs es democr¨¢tico. Es una elecci¨®n que deben tomar ellos solos.
P. Se nota un resurgimiento del sentimiento islamista en Turqu¨ªa, e incluso se le ha acusado a usted de haberlo favorecido. ?No teme que el avance integrista y la acentuada represi¨®n contra los kurdos frenen la marcha hacia Europa?
R. No, es imposible. En este pa¨ªs, el derecho de la gente a elegir la propia religi¨®n est¨¢ muy protegido. Toleramos y protegemos cualquier religi¨®n.
P. La intervenci¨®n de Turqu¨ªa en el C¨¢ucaso a favor de Azerbaiy¨¢n ha hecho que Armenia saque a la luz viejas causas en relaci¨®n con Turqu¨ªa. ?Vuelven a representar los armenios un problema?
R. No, en absoluto. Si seguimos en nuestra posici¨®n equilibrada, podemos mantener la situaci¨®n bajo control. No hemos instigado a los azerbaiyanos a la guerra, pero los armenios han matado a muchos de ellos. Al contrario, nosotros hemos aconsejado al mundo que no incite ni a los armenios ni a los azerbaiyanos, porque si lo hacen se encontrar¨¢n con otro problema como el de jud¨ªos y ¨¢rabes.
P. La situaci¨®n actual pone a Turqu¨ªa en una posici¨®n favorable de puente entre Occidente y las rep¨²blicas asi¨¢ticas de la ex URSS. ?Es una oportunidad hist¨®rica?
R. Son pa¨ªses hermanos con los que tenemos una lengua y una herencia cultural comunes. ?stos son pa¨ªses ricos en materias primas, desde el petr¨®leo al gas, desde el algod¨®n a los minerales, que la ex URSS les hab¨ªa robado sin darles nada a cambio. Ahora quieren desarrollarse, y nosotros deseamos ayudarles a trav¨¦s de la cooperaci¨®n.
P. ?No cree que estos proyectos de Turqu¨ªa podr¨ªan traer problemas con Ir¨¢n?
R. No. Estas rep¨²blicas nunca han sido colonias ni de Ir¨¢n ni de Turqu¨ªa. Ahora son pa¨ªses libres de llevar a cabo sus propias alianzas de forma acorde a su historia, que no es precisamente la de Ir¨¢n. Nosotros no pretendemos nada de ellos. Su natural inclinaci¨®n ser¨¢ lo que decidan. Podr¨ªan tener problemas porque el paso de un r¨¦gimen y una econom¨ªa marxistas a un gobierno libre y a una econom¨ªa de mercado no es f¨¢cil. Se necesitar¨¢ tiempo.
Como perro y gato
P. Usted y el presidente Ozal intentan ofrecer al mundo una imagen cre¨ªble de Turqu¨ªa. ?Por qu¨¦ en la pol¨ªtica interna son como el perro y el gato?
R. Desde el punto de vista humano estoy de acuerdo con Ozal, que durante muchos a?os trabaj¨® *a mis ¨®rdenes como subsecretario, cuando yo era primer ministro. Pero tenemos que respetar la Constituci¨®n, y el presidente Ozal hace uso de derechos que no est¨¢n contemplados en la Constituci¨®n.
P. ?Por qu¨¦ no le quieren los militares? ?Quiz¨¢ porque temen que usted aleje de Europa a la Turqu¨ªa de Ataturk?
R. No, no es cierto. Me considero un seguidor de Ataturk. Todo lo que yo he hecho lo so?aba Kemal Ataturk. Por ello, nadie puede dirigirme una acusaci¨®n de este tipo.
P. Entonces, ?si Ataturk volviera?
R. ?l estar¨ªa satisfecho de m¨ª. En especial, en el campo de la democracia y de los derechos humanos. No tendr¨ªa nada que reprocharme.
Copyright: Olga Bisera para Espa?a. Traducci¨®n: Clara de Marco.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.