Realismo iran¨ª
LAS ELECCIONES legislativas del pasado d¨ªa 10 marcan un cambio significativo en la evoluci¨®n de Ir¨¢n. Los datos de la primera vuelta indican una derrota seria de los radicales, los jomeinistas intransigentes, que pierden la mayor¨ªa en el Majlis (Parlamento); varios de sus l¨ªderes m¨¢s ruidosos se han quedado sin esca?o. En consecuencia, el presidente de la Rep¨²blica, Hachem¨ª Rafsanyani, representante de las tendencias m¨¢s moderadas y realistas, tendr¨¢ ahora una mayor libertad de maniobra para introducir algunas reformas. Hasta ahora, el acoso de un Parlamento escorado hacia el radicalismo frenaba iniciativas de apertura o reforma. Estas elecciones demuestran que la poblaci¨®n iran¨ª, despu¨¦s de largos a?os de restricciones y de rigidez de costumbres impuesta por Jomeini, aspira a un mayor bienestar y est¨¢ cansada de extremismos pol¨ªticos e ideol¨®gicos.No se puede olvidar, sin embargo, que esa lucha entre radicales y moderados se libra en el seno de un r¨¦gimen cuyos rasgos de clericalismo isl¨¢mico nadie puede poner en cuesti¨®n. La oposici¨®n no pudo presentarse ante los electores, ya que se halla en la clandestinidad o en el exilio. Es probable que en la nueva etapa de Rafsanyani se adopten medidas que alivien una represi¨®n que sigue siendo brutal. Uno de los dirigentes del Partido Liberal, encabezado por Bazargan, ha sido liberado: llevaba dos a?os en la c¨¢rcel por haber enviado una carta al presidente en la que se denunciaba el despotismo y la "dinast¨ªa clerical", causantes de la ruina del pa¨ªs. Por otra parte, Rafsanyani tendr¨¢ la posibilidad de realizar ahora una pol¨ªtica m¨¢s abierta para reconstruir la econom¨ªa destruida por ocho a?os de guerra contra Irak y para facilitar el retorno de algunos emigrados con actitudes prudentes.
En el plano exterior, las elecciones van a permitir a Ir¨¢n desarrollar una pol¨ªtica m¨¢s acorde con sus aut¨¦nticos intereses. Para su reconstrucci¨®n necesita fomentar las inversiones y la cooperaci¨®n t¨¦cnica con los pa¨ªses occidentales. Ciertos pasos se han dado ya en esa direcci¨®n; Ir¨¢n ha desempe?ado un papel en la liberaci¨®n de los rehenes occidentales que estaban secuestrados en diversos lugares de L¨ªbano. Su actitud en Afganist¨¢n contribuye a los esfuerzos de la ONU en pro de una soluci¨®n negociada. Sin embargo, no se puede olvidar que las autoridades iran¨ªes siguen ayudando a los grupos fundamentalistas en diversos pa¨ªses y no han renunciado a exportar su revoluci¨®n isl¨¢mica. Estrechando sus lazos con la junta dictatorial de Sud¨¢n quieren reforzar su influencia en ?frica. En esta misma l¨ªnea se sit¨²a la campa?a de Teher¨¢n contra las negociaciones de paz entre los pa¨ªses ¨¢rabes e Israel, su esfuerzo por convertirse en una potencia regional y por afirmar su presencia en las rep¨²blicas musulmanas de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica.
En una etapa en la que las relaciones con Ir¨¢n ser¨¢n sin duda m¨¢s prometedoras, y tambi¨¦n m¨¢s complejas, ser¨ªa conveniente que los diversos miembros de la Comunidad Europea lograsen coordinar su pol¨ªtica y evitar rivalidades que, en no pocos casos, resultan contraproducentes para nuestros intereses.
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