La planta incineradora de Almad¨¦n podr¨¢ tratar 47.000 toneladas de residuos at¨®micos cada a?o

La primera planta espa?ola de incineraci¨®n de residuos t¨®xicos, que se construir¨¢ en Almad¨¦n (Ciudad Real), tendr¨¢ una capacidad de tratamiento de 47.000 toneladas anuales y costar¨¢ 7.000 millones de pesetas. Una sociedad mixta, con mayor¨ªa de capital p¨²blico, promovida por Minas de Almad¨¦n y Arrayanes, SA (MAYASA), se encargar¨¢ de su explotaci¨®n. La constituci¨®n de esta empresa fue aprobada el pasado mi¨¦rcoles por el Consejo de Ministros.

La planta ser¨¢ la primera de este tipo en Espa?a y se inscribe en el Plan Nacional de Residuos Industriales de 1989, que contempla la construcci¨®n de otras dos instalaciones de estas caracter¨ªsticas. La incineradora de Almad¨¦n quemar¨¢ residuos industriales procedentes de Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura, Andaluc¨ªa, Murcia y parte de la Comunidad Valenciana. Dichos residuos, seg¨²n un documento elaborado por MAYASA, abarcan desechos de la industria farmac¨¦utica, productos que contienen bifenilos policlorados (PCB) e incluso productos contaminados con dioxinas, entre otros.Junto a MAYASA ser¨¢ accionista de la sociedad de gesti¨®n la empresa estadounidense Waste Management Incorporated (WMI), que ha creado recientemente la Waste Management Espa?a. Se trata de una de las principales multinacionales especializadas en tratamientos de residuos y est¨¢ terminando el proyecto de ingenier¨ªa b¨¢sica de la incineradora, ¨²ltimo paso para obtener el visto bueno de la Consejer¨ªa de Industria de la Junta de Castilla-La Mancha. "La autorizaci¨®n se espera que llegue antes del verano", afirma Enrique Calvet, director de recursos humanos de MAYASA. "La construcci¨®n de la planta se iniciar¨¢ inmediatamente y tardar¨¢ dos a?os", afirma.

La incineradora, que ocupar¨¢ una superficie de seis hect¨¢reas, se ubicar¨¢ en la Dehesa de Castilseras, integrada en una finca de MAYASA, a cinco kil¨®metros de Almad¨¦n, a una distancia similar de Almadenejos y a ocho kil¨®metros de Alamillo. El emplazamiento ha sido decidido, seg¨²n Carmelo Calvo, t¨¦cnico de MAYASA, "por razones de infraestructura y, en especial, por la proximidad de una carretera y una v¨ªa de ferrocarril, y adem¨¢s intentando que no estuviera muy cerca de ninguna poblaci¨®n".

La construcci¨®n de la nueva planta se ha presentado como una salida econ¨®mica para la comarca tras la crisis de la miner¨ªa de mercurio. "Supondr¨¢ la creaci¨®n de 81 puestos de trabajo directo y cerca de 160 indirectos, contribuyendo a paliar en parte el problema social y de empleo de la comarca de Almad¨¦n", seg¨²n el Gobierno. Parte de los puestos directos tendr¨¢n que ser cubiertos por personal especializado, en gran medida vinculados a la empresa estadounidense.

Cr¨ªticas de Greenpeace

La presencia de Waste Management en la nueva sociedad estatal ha sido criticada con dureza por la organizaci¨®n ecologista Greeripeace, que recientemente daba a conocer un informe en el que la calificaba como "la empresa m¨¢s penada por delitos ecol¨®gicos en Estados Unidos". Greenpeace indica que esta firma "ha pagado en EE UU 45 millones de d¨®lares en multas ambientales en el periodo comprendido entre 1980 y 1990" y que "45 de sus instalaciones han incumplido la legislaci¨®n federal y al menos 10 han contaminado acu¨ªferos".El comunicado del Gobierno indica que la planta tendr¨¢ los m¨¢s modernos sistemas de descontaminaci¨®n, garantizando unos niveles de emisi¨®n de contaminantes a la atm¨®sfera inferiores a los exigidos por la legislaci¨®n vigente, y no producir¨¢ ning¨²n tipo de efluente l¨ªquido". Afirma tambi¨¦n que dispondr¨¢ de un "moderno sistema de tratamiento de las escorias y cenizas que se produzcan". Sin embargo, Greenpeace, contraria a la utilizaci¨®n de las t¨¦cnicas de incineraci¨®n para eliminar residuos t¨®xicos, ha mostrado sus reservas frente a la creaci¨®n de la nueva sociedad estatal. "No conf¨ªamos en la gesti¨®n ambiental de las empresas p¨²blicas, porque ah¨ª est¨¢ la trayectoria de ENDESA, acusada recientemente de delito ecol¨®gico, o Minas de Almad¨¦n, para darse cuenta de las escasas garant¨ªas de protecci¨®n ambiental que est¨¢n ofreciendo", dice Dolores Romano, portavoz de la organizaci¨®n.

En 1990, Minas de Almad¨¦n apareci¨® insistentemente en los medios de comunicaci¨®n, tras darse a conocer el estado de abandono de 12.000 toneladas de residuos de mercurio procedentes de industrias de todo el mundo, almacenadas en sus instalaciones sin las medidas de vigilancia requeridas para estos desechos de alta toxicidad.